sábado, 22 de noviembre de 2008

Cena madrileña

Con Luis Pérez, de Cristianosh, me unen muchas cosas. Más de las normales.

Además de que ambos somos cristianos y bloggers, trabajamos en lo mismo (los riesgos de mercado). Yo, midiéndolos para un Banco; él, habiendo participado en la creación de un sistema que los mide y ahora involucrado en su venta. Una parte de nuestra conversación fue hablar del Value at Risk (VaR), las volatilidades, backtestings y demás cosas que componen nuestro día a día.

Sin embargo, lo que más tenemos en común son unas tristes circunstancias, no idénticas pero sí parecidas, que nos sucedieron a y a él hace algún tiempo. Un dolor compartido que aún se siente, allí muy fuerte, pero que se soporta porque un Dios poderoso está a nuestro lado, ayudándonos a seguir adelante.

Luis es una persona increíble, con una enorme entrega a Dios y una fe transparente y completa que confía sin dudar en nuestro Señor. Escuchándolo mientras cenábamos en Madrid, recordaba que yo -a veces- me olvido de eso, que de vez en cuando me invade cierta autosuficiencia inutil que me hace vivir el día a día ensimismado en mis propios pensamientos, dejando a Dios de lado. Escuchándolo me di cuenta que esa fe que le sale a borbotones es la que no debo perder jamás, una fe que por nada del mundo debo permitir que se escurra por la rutina, el cansancio o la mucha lectura. Una fe que, simplemente, reconozca que Dios es nuestro Señor día a día, a cada momento y en todo lugar.

Luis: gracias por recordarme eso.

6 comentarios:

Jaaziel dijo...

Mi querido hermano Abel,
Las "conexiones" no me dejan de sorprender...
Mañana se cumplen 7 años.
El Señor sabe que necesitaba escuchar tus palabras que me han sido de animo.
Ya lo sabes, no hay "secretos"... mañana me tomo el día (no quiero que me atropelle la voragine del trabajo)... y también necesito escucharle a Él.
Solo Él nos renueva, solo Él es capaz de quitarle "la espada" al dolor.

Me encantó la cena que tuvimos.. me quede con ganas de más, ojala el Señor lo permita pronto.
Recibe un abrazo fraterno de quien te quiere en Madrid.

Nicolás Farina dijo...

Abel,
Comparto tu lucha. Y batallo a diario con esa autosuficiencia que suele gestarse en mí al “intelectualizar” la fe. Y cada vez que me veo inmerso en ella, me propongo volver al primer amor, a vivir una fe descarnada en Jesús, y que difícil que se hace.
Que la fe no se escurra!

Un abrazo,

Abel dijo...

Luis:

Sí, sólo Él renueva. ¿Quién más podría hacerlo? Sólo Él, que permite esas conexiones ta especiales, mostrándonos su interés, su presencia constante con nosotros en la alegría, la pena, el dolor y él júbilo: en toda circunstancia de la vida.

Yo también quedé con ganas de más. Ojalá la cena pueda ser repetida =)

Muchos saludos para ti.


Abel.

Abel dijo...

Así es Nicolás: la fe no debe escurrirse. Pero es tan complicado a veces, ¿no?

Saludos para ti.

Anónimo dijo...

y hacerle presente con nuestra conducta

s

Abel dijo...

Yo también creo eso: la fe, sin presencia mediante la conducta no es nada. Por eso son tan sabias las palabras de tu tocayo Santiago, que en la Biblia decía que "la fe sin obras es muerta".

Saludos para ti.