martes, 23 de mayo de 2006

Sacralizando los modelos eclesiales

Comunión, qué palabra ésta. Es tan importante en el contexto de la iglesia que descuidarla implica prácticamente el condenar a la gente a la apostasía. Es claro para todos que si no hay comunión, no hay crecimiento, no hay iglesia, no hay vida, no hay nada. Por ello la importancia de la iglesia no como organización eficiente e inexpugnable sino como comunidad abierta y abarcante. Como un lugar en donde exista una conglomeración de personas que apoye, que soporte, que ame, que corrija, que enseñe, que escuche, que festeje las alegrías y llore las penas, que ayude a crecer. Esta comunión brilla esplendorosa en cosas tan cotidianas como en la conversación uno a uno sentados en el pasto de un parque, en la charla telefónica, en el almuerzo de amigos, en la pequeña reunión de cumpleaños con los amigos más íntimos, en las salidas de distracción a algún lugar indeterminado, en la plática sobre Dios y sus cosas en un auto estacionado en la puerta de una casa.

¿Qué prácticas debe tener esta comunidad para incentivar, reflejar la comunión? ¿Qué debe hacer? Porque para ser sinceros, no se habla en la Biblia de cultos de adoración los domingos, de escuelas dominicales, de academia bíblica, de reuniones de grupos de crecimiento, células, grupo de jóvenes, matrimonios, retiros, encuentros, ni nada de esas cosas. Se menciona ekklesia, la comunidad, pero no se nos circunscribe a una práctica determinada, salvo la de guardar la comunión, evento directamente vinculado a la permanencia a un grupo estable y a la relación con éste.

¿Cómo debe ser la relación de un individuo con su grupo matriz? Ante esta interrogante han surgido siempre los modelos. Porque aunque quizá nunca lo pensamos, la forma en la que hacemos las cosas en la iglesia fue concebida en algún momento por alguien que las estableció, se objetivaron después, y finalmente se sacralizaron. La ropa de los religiosos, la forma de la alabanza, la estructura del culto, la supeditación de la prédica de un sermón a estrictas reglas homiléticas, la frecuencia y el modo de la Santa Cena, todo fue establecido en algún momento. Pocas cosas en tiempos bíblicos, mucho más en el transcurso de la historia. Muy adecuado y necesario todo esto, pero no deja de ser solamente un modelo. ¿Te reúnes en células para afianzar la comunión? El modelo celular está bien documentado y tiene sus variantes. Desde la distribución por grupos de edad, de género o de estado civil, como en mi iglesia, hasta los grupos de familias completas, como en Corea. Y ambas han funcionado en sus ambientes muy bien.

El problema es la sacralización del modelo. Nuestras cabezas limitadas, orgullosas y obcecadas han confundido la expresión pura y libre de la comunión con los modelos eclesiales, y eso es un gravísimo error. Supongamos una iglesia con modelo celular y una persona que, por algún tipo de escrúpulo personal, no quiere ir a las células establecidas. Inmediatamente es mal vista, es considerada anárquica, rebelde, malcriada. No importa si esta persona “revolucionaria” mantiene los vínculos de comunión espontáneos, o sea, se reúne con amigos en casa para conversar, orar, o simplemente apoyarse mutuamente, o mantiene lazos con algún cristiano de más años mediante su consejo. Nada interesa. Si no participas en la comunión mediante el modelo, estás fuera, te estás “enfriando”, tu vida espiritual es puesta en duda. Tomás de Torquemada revive y nos condena en el tribunal.

La inquisición se manifiesta en miles de formas, casi todas tan sutiles que nadie las percibe. Esta inquisición juzga a quien entiende la realidad de la iglesia de una forma distinta (en el caso del supuesto, quien comprende la lógica de los modelos y entiende a las células como uno más) y trata de hacer las cosas de un modo diferente (en este caso, no ir a las células). Esta inquisición lo aparta y lo expulsa. El que reflexiona, el que piensa un poco tomando una decisión respecto a su participación en la iglesia y no sigue a los demás como borregos es subversivo. Esta inquisición es tradicionalista, es temerosa, es letrista, es limitada en pensamiento porque no tiene la capacidad de dar el paso hacia adelante. ¿Es esta inquisición reflejo del amor de Dios? No es reflejo de este amor, sí de la limitada humanidad que cree tener siempre la razón

domingo, 23 de abril de 2006

No me Judas con eso, no tiene asidero...

¿Qué es ese nuevo evangelio? Judas es un absurdo exceso de publicidad causada por Dan Brown y su "Código da Vinci", libro lleno de inexactitudes y de mitos que son plenamente conocidos por la gente involucrada en temas teológicos y específicamente en historia eclesiástica. Como el común de los mortales ahora está atento y sensible a esos temas, aparece un "Evangelio de Judas" dizque nuevo que dice que Judas fue bueno, que cumplió una misión divina y necesaria, y todos se emocionan y especulan profusamente. Pero la verdad es que, como ya dije arriba, esa información es plenamente conocida por expertos y existe literatura abundante sobre esto, pero especializada para ser francos. Quizá este puede ser parte del problema de la bola de nieve que estamos viviendo hoy: no se ha educado a la grey sobre esos textos antiguos, y cuando son “descubiertos”, causan furor.

Los evangelios y todo el resto del Nuevo Testamento fueron escritos en el primer siglo de la era cristiana. Lo último en ser escrito fue el Apocalipsis alrededor del 100 d.C. Sin embargo, otros cristianos escribieron otros libros que no están el la Biblia pero que fueron reconocidos como libros importantes (El Pastor de Hermas, la Didaché, las Cartas de Clemente, etc), pero hubieron otros evidentemente falsos escritos con el fin de desprestigiar a la naciente iglesia, a los que se les denomina en la literatura como los evangelios o libros apócrifos (el Apocalipsis de Pedro, las epístolas de Pedro, y una muy larga lista). A la vez de estos, y dentro de la categoría de apócrifos, hubieron otros textos escritos por sectas cristianas aparecidas en el siglo II o III que trataron de hacerlos pasar como hechos por los apóstoles con el fin de legitimar tanto al libro como a su contenido. Una de estas sectas era la gnóstica. ¿Qué creían ellos? En esencia –y vinculado al tema de este “evangelio”-, que Dios había creado tanto el bien como el mal - a diferencia de los cristianos, que pensaban y pensamos hasta hoy que el origen del mal no se encuentra en Dios-. Como Dios creó el mal, entonces figuras conmunmente estigmatizadas por su negatividad, como Caín, Esaú, Judas Iscariote o un poco María Magdalena, fueron consideradas como elementos importantísimos en el Plan de Dios, ya que sin su obra, el Plan Divino no hubiera podido llevarse a cabo. Entonces escribieron libros resaltando el papel de estos personajes y circularon por el mundo conocido en esa época, mezclados con los materiales genuinamente cristianos (tengamos en cuenta que el Nuevo Testamento tal como lo tenemos recién se oficializó en un concilio en el siglo V d.C). Estos apócrifos son fáciles de conseguir en muchas librerías cristianas o en una buena biblioteca de Teología.

Por ello me sorprende mucho todo el alboroto. Ese evangelio de Judas es evidentemente gnóstico, ya que exalta la figura de Judas que hizo un mal pero para traer un bien, ¡y no brinda información nueva a la que ya se conocía! ¡Todo ya se sabía! Hay apócrifos que hablan de que Jesús no murió (al igual que El Corán, que usó como fuente a uno de esos libros), otros hablan de una relación entre María Magdalena y Jesús (que Brown recoge en la leyenda del Santo Grial y la populariza) que dice cosas como los besos en la boca de Jesús a ella o que ella fue la que escribió el evangelio de Juan, otros que niegan la resurrección, y muchas otras cosas de ese tipo. Todo esto es conocido hace siglos. Claro, pero sólo por los conocedores. Ojalá aprovechemos la coyuntura y se eduque a todos al respecto.

domingo, 16 de abril de 2006

La religión según Bachelet (*)

ROCÍO MONTES R.

La gobernante, que se declara agnóstica, tiene estrechos lazos con la masonería, es amiga de varios sacerdotes jesuitas, ha hecho gestos históricos al pueblo evangélico y el número de judíos en su gabinete es sólo superado por el Estado de Israel. Con la creación de la Oficina de Asuntos Religiosos inaugurará una modalidad distinta de diálogo con los diferentes credos.

Eran ya los últimos días de diciembre -jornadas en que la carrera presidencial entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera se encontraba en su punto más álgido- cuando la candidata de la Concertación recibió la más dura de las críticas que se haya pronunciado durante la campaña respecto de su agnosticismo: el alcalde de Independencia, el evangélico y militante de RN Antonio Garrido, dijo que la doctora del PS "era hija del Diablo" por no creer en Dios.


Las declaraciones del edil habían sido precedidas por las palabras del teólogo Fernando Moreno, quien había escrito que "es inmoral que un presidente de un partido que se llama Demócrata Cristiano pretenda imponer la votación por una candidata que es atea".

Por esos días, Michelle Bachelet realizaba sus últimas giras a regiones antes de las elecciones del 15 de enero. El 30 de diciembre se encontraba en la Octava Región. Allí, cuando el debate sobre la adhesión religiosa estaba ardiendo entre bacheletistas y piñeristas, la candidata de la Concertación se reunió con un grupo de 200 pastores y representantes de las distintas iglesias evangélicas en el centro de eventos Suractivo, de Concepción.

Fue ahí cuando anunció que de llegar a La Moneda crearía una Oficina de Asuntos Religiosos con el fin de garantizar que todos los credos se puedan expresar y comunicar con el Gobierno. Una entidad a la que nunca más se refirió públicamente, pero que, con Bachelet ya instalada en La Moneda, está comenzando a organizarse bajo el amparo del Ministerio Secretaría General de la Presidencia (Segpres).

Michelle Bachelet, a diferencia del ex Presidente Ricardo Lagos, no es bautizada. Proviene de una familia laica, y su padre y abuelo materno pertenecían a la Gran Logia. Su único matrimonio no fue por la Iglesia.

"Desgraciadamente, soy agnóstica", dijo en enero de 2002. "Creo que uno se acaba con la muerte, pero hay miles de cosas que desconocemos. No me cierro a aceptar otras posibilidades, pero mi formación médica se basa en evidencias".

Debido a su agnosticismo, pero sobre todo a sus escasas relaciones con personeros de los diferentes credos, la doctora del PS tuvo que comenzar a establecer vínculos con las distintas iglesias durante su carrera a La Moneda. Un alto miembro de su ex comando señala que "era bien complejo el tema, porque ella es mujer, agnóstica, separada, socialista y más encima vivió en la RDA".

Por ello, aun por sobre sus convicciones personales, en su programa de gobierno Bachelet no se impuso metas complejas desde el punto de vista valórico. "Con un gobierno de sólo cuatro años ella determinó no enredarse con temas que, por ejemplo, la podrían complicar con la Iglesia Católica", señala un asesor de La Moneda. "La suya es una agenda social, ésa es su prioridad. No una agenda valórica. Sabe que en lo primero le puede ir bien. Tiene el financiamiento y el piso político. Lo otro, en cambio, sería una aventura", dice.

Un hecho que se demostró esta semana, cuando el Gobierno determinó que no insistirá en reponer el veto sobre la Ley de Clonación y Genoma Humano, que se estaba tramitando en el Senado y que amenazaba con convertirse en el primer gran conflicto en temas valóricos con la Democracia Cristiana.

Sin embargo, en un hecho histórico, el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet se encuentra trabajando en la creación de una entidad que estará dedicada exclusivamente a las relaciones entre los diferentes credos y el Ejecutivo: la llamada Oficina de Asuntos Religiosos que dependerá de la Segpres.

Porque el tema de la igualdad entre las diferentes creencias tiene un especial interés para Bachelet. Así lo plantea en su programa y así se lo ha hecho saber también a los representantes de las religiones minoritarias en Chile.

En el documento, por ejemplo, jamás se habla de una única Iglesia, evitando darle supremacía a la Católica, sino que en todo momento se refiere a "las iglesias". "Promoveremos la libertad de culto, el desarrollo de todos los credos y velaremos por la libre expresión de los diversos cultos en la sociedad", dice el programa presidencial.

Por ello, la Oficina de Asuntos Religiosos -que se comenzará a diseñar una vez completadas las 36 medidas de los 100 primeros días de gobierno- promete tener un efecto "ecualizador" entre las diferentes religiones. Una especie de "ventanilla única" para nivelar los vínculos de los diversos sectores espirituales con La Moneda.

Un hecho que, según advierten en la Concertación, podría tener el riesgo de generar ruidos en la sensibilidad católica. Es que nuevamente, igual como ocurrió con la Ley de Libertad de Culto de 1999 -que prácticamente igualó los derechos y deberes de los distintos credos y en un principio provocó la protesta de la curia-, la institucionalidad que creará el gobierno de Bachelet podría estrechar la distancia existente entre la Iglesia Católica y los grupos religiosos minoritarios en Chile.

RAÍCES EN LA GRAN LOGIA

El homenaje de los masones al general Bachelet

La Presidenta tiene una relación especial con la Gran Logia. Su abuelo materno, Máximo Jeria Chacón -una calle de Ñuñoa lleva su nombre por ser el primer ingeniero agrónomo chileno- era laico y masón.

De hecho, fue por su influencia que el padre de la Mandataria, general Alberto Bachelet, ingresó a la Gran Logia en la década del '40, aunque provenía de una familia católica y conservadora. Ello no sólo le permitió ganarse la simpatía de su suegro, quien era un implacable antimilitarista, sino que además le permitió conocer a destacados políticos masones como Salvador Allende, a quien apoyó en sus cuatro intentos por llegar al Palacio de La Moneda.

El general Bachelet llegó a ser maestro de la masonería; es decir, tenía el grado 3. Eso le permitió ser parte de la directiva de la Gran Logia.

Debido al vínculo familiar, la doctora socialista ha tenido contactos especiales con los masones desde que era ministra de Lagos. Por ejemplo, mientras era titular de Defensa, inauguró el año académico de la universidad masónica La República, y en otra oportunidad participó en un homenaje que la propia casa de estudios le rindió al fallecido general Bachelet en el edificio Diego Portales.

De hecho, ella y su madre estuvieron presentes en la inauguración de una de las salas de la biblioteca central de la universidad que lleva el nombre del fallecido general FACh, ubicada en la sede de calle Cienfuegos. En esa ocasión (2003), los masones pusieron en el salón un retrato de Alberto Bachelet y, además, le regalaron a la hoy Mandataria un óleo con su rostro, copiado de una fotografía de los años '70.

Ya en la campaña presidencial, los masones tuvieron varios encuentros con Michelle Bachelet. Durante la precandidatura, por ejemplo, hubo dos encuentros: el 7 de enero, cuando su propio comando pidió una audiencia con el gran maestro Jorge Carvajal, y el 6 de mayo, cuando participó de un almuerzo de tres horas junto a 200 masones en la sede de la Gran Logia. Luego, el 7 de enero, ya en la campaña de segunda vuelta, nuevamente se entrevistó con Carvajal, a quien le entregó su programa de Gobierno. La última de las reuniones se realizó el 22 de enero, cuando la directiva masónica la visitó en su ex casa de Manquehue, estando ya electa.

IGLESIA CATÓLICA

Afinidad con los jesuitas

Fue a mediados del 2003 cuando Michelle Bachelet, siendo ministra de Defensa y posible candidata presidencial, conoció a los dos sacerdotes con que tiene más afinidad al interior de la Iglesia Católica: los jesuitas Fernando Montes, rector de la Universidad Alberto Hurtado, y Felipe Berríos, capellán del programa Un Techo para Chile.

Bachelet conoció a los religiosos en una de las reuniones de camaradería organizadas por el diputado Jorge Burgos (DC) y el actual presidente del Consejo de Defensa del Estado, Carlos Mackenney. Ambos, que se conocen desde los tiempos de la Parroquia Universitaria, son a su vez muy cercanos a los dos jesuitas: Burgos, porque toda la vida fue compañero de curso de Berríos en el San Ignacio El Bosque, y Mackeney porque estableció vínculos con los religiosos al haber educado a sus hijos en el colegio de la Compañía.

Por ello, habitualmente se reunían con los sacerdotes en alguna de sus casas, citas a las que, a su vez, invitaban a otros amigos en común, como los ex ministros Francisco Vidal y Nicolás Eyzaguirre. En una de esas tertulias, en la casa de Mackenney, llegó la entonces ministra Bachelet, quien tuvo sintonía inmediata con Montes y Berríos.

Fue la primera de una serie de encuentros entre Bachelet y el grupo. En otra ocasión, por ejemplo, se reunieron para celebrar un cumpleaños de Nicolás Eyzaguirre. Otra vez fue Bachelet quien se trasladó a las viviendas básicas donde residen los dos sacerdotes, quienes viven en una comunidad jesuita instalada en la parte de atrás de Infocap, en Departamental con Santa Rosa.

En los encuentros se hablaba de todo: desde temas cotidianos hasta problemas coyunturales, donde los sacerdotes entregaban su visión. En más de alguna ocasión, Bachelet y Eyzaguirre tocaron guitarra y Vidal trató de cantar, según dice uno de los comensales.

Aunque las reuniones se interrumpieron por la apretada agenda de Bachelet en la época de campaña, lo cierto es que la amistad con los dos sacerdotes sigue viva desde que ella llegó a La Moneda. De hecho, la propia Bachelet a los pocos días de instalarse en Palacio, llamó por teléfono a Felipe Berríos y sostuvo con él una larga conversación.

SECRETARIOS DE ESTADO

Los judíos y el gabinete

De acuerdo a Julio Froimovich, presidente de la Comunidad Judía de Chile, los contactos más directos con Bachelet comenzaron durante la campaña presidencial de 2005. Uno de ellos, por ejemplo, fue el que se realizó el 22 de agosto, cuando ya era abanderada única de la Concertación. Y el último, el que se produjo una vez que ganó la elección, el 23 de enero.

Ahí le plantearon tres temas que son prioritarios para la comunidad: la preocupación por la beneficencia, la lucha por los Derechos Humanos y la imperiosa necesidad de que se cuente con una ley contra la discriminación en Chile.

Sin embargo, aunque los vínculos son más bien recientes, lo cierto es que Michelle Bachelet tiene una fuerte presencia judía en su gabinete. De hecho en enero, poco después de darse a conocer el primer gabinete de Bachelet, el sitio web "Jerusalem Summit", destacó que, después de Israel, el de Chile es el Gobierno con mayor cantidad de judíos como secretarios de Estado. Nombraban a Eduardo Bitrán de Obras Públicas, Clarissa Hardy de Mideplan, Karen Poniachik de Minería, además del subsecretario de Relaciones Exteriores, Alberto Van Klaveren.

Con ellos, los judíos se configuran como la tercera tendencia religiosa al interior del gabinete, después de los católicos y los agnósticos.

Los católicos del gabinete son: Andrés Zaldívar, Alejandro Foxley, Isidro Solís, Álvaro Rojas, Martín Zilic, Sergio Espejo, Patricia Poblete y Laura Albornoz.

Los agnósticos son: Ricardo Lagos Weber, Andrés Velasco, Paulina Veloso, Ingrid Antonijevic, Vivianne Blanlot, Soledad Barría, Paulina Urrutia y Rommy Schmidt.

Osvaldo Andrade se ha declarado sin religión.

EVANGÉLICOS

Relación con protestantes

El pastor de la Iglesia Pentecostal Apostólica, Francisco Anabalón, coordinador del Consejo de Organizaciones Evangélicas (COE), cuenta que cada vez que han sostenido reuniones con Michelle Bachelet, le piden autorización para orar. Ella acepta, dice Anabalón, y en silencio escucha los rezos.

El pastor relata que con ella han tenido relaciones desde que era ministra de Salud, y que los vínculos continuaron una vez que se instaló en Defensa. De hecho, recuerda que cuando se fueron las tropas chilenas a Haití, ella hizo un gesto inédito para su credo: con el fin de que actuara como capellán, se preocupó de llevar en la comitiva oficial al pastor Roberto López.

Los contactos con este sector continuaron durante la campaña presidencial de Bachelet. De hecho, según señala un alto personero que participó de su comando, nunca se perdió de vista que más de 1,6 millón de chilenos profesa este credo.

También mantuvo vínculos con el obispo Bernardo Cartes, de la Unión de Iglesias Evangélicas (UNIECH), personero que encabezó el último Te Deum. De hecho, en el oficialismo se señala que fue este sector el que adoptó una postura más proclive a la candidatura de la doctora del PS. Tanto es así que el 29 de marzo el senador del PPD Guido Girardi organizó una comida en su casa de La Reina a la que invitó a Cartes y, entre otras personas, al vocero del Gobierno Ricardo Lagos Weber. Girardi, según uno de los asistentes al encuentro, durante su propia campaña senatorial había establecido fuertes vínculos con esta fracción evangélica y "la idea de la comida era que Guido sirviera de puente para que se conocieran y así se establezca una relación directa entre ellos y La Moneda".

CAPELLANES

Religiosos de Palacio

Son los llamados capellanes de La Moneda, quienes sirven espiritualmente a los que allí trabajan: el sacerdote católico Percival Cowley y el pastor evangélico Neftalí Aravena.

Ellos son los que realizan actos ecuménicos en fechas especiales como Navidad o, por ejemplo, la habitual conmemoración anual del 11 de septiembre.

Pero la dupla no estuvo siempre presente en Palacio. Fue recién durante el gobierno del ex Presidente Ricardo Lagos que la casa de gobierno abrió las puertas a un representante de la Iglesia Evangélica de Chile. Aravena, obispo metodista y ex integrante de la Mesa de Diálogo, asumió la tarea dos años después de haberse promulgado la Ley de Igualdad de Cultos, inaugurando con ello la cohabitación de religiones en La Moneda.

(*) http://diario.elmercurio.com/2006/04/16/reportajes/_portada/noticias/322A5A94-7D0F-45DC-AF52-88F1AFE0EAA4.htm?id={322A5A94-7D0F-45DC-AF52-88F1AFE0EAA4}

sábado, 15 de abril de 2006

El 79.2% de peruanos es católico (*)

Un estudio promovido por el Instituto Bartolomé de las Casas y el de Opinión Pública de la Universidad Católica del Perú reveló que el 79,2% de los peruanos manifiesta profesar la religión católica frente a otras creencias. Un 12.8% de peruanos asegura ser evangélico, pentecostal o cristiano no católico, mientras que un 3.7% dice ser adventista, testigo de Jehová, mormón o israelita del último pacto.

Según la encuesta realizada del 24 al 26 de marzo a 1.945 personas de 24 provincias urbanas del país, el 91% de los entrevistados dijo ser creyente (que profesa determinada fe religiosa), mientras que un 4.23% afirma no ser creyente y un 4.72%se considera indiferente. Del mismo modo, un 3.19% de los encuestados se reconocen como creyentes pero a la vez afirman no pertenecer a ninguna religión.

Asimismo, el 50,4% piensa que la Biblia está inspirada por Dios y que debemos tratar de comprender lo que nos dice, otro 36,1% dijo que la Biblia es la palabra verdadera de Dios y debe interpretarse tal como está escrita, mientras que el 10,5% consideró que es un libro antiguo de leyendas, historias y principios morales escrito por seres humanos.

Además, el 49,6% de los católicos, dice que ir a misa es una de las prácticas religiosas con las que más a gusto se sienten, mientras que un 29,7% respondió que trabajar con gente de su comunidad o grupo religioso para resolver algún problema de su barrio o localidad. Otro 14,2% de católicos dijo que participar en fiestas patronales.

Del mismo modo, el 73,3% de creyentes dijo que la honradez es el valor que debe ser parte de la formación religiosa. El 65,8% respondió la solidaridad con los demás, el 62,6% el respeto por los demás, mientras que el 59,1% la humildad. Asimismo, un 42,5% respondió que practicar la justicia, el 30,7% la obediencia, el 28,6% la confianza en los demás, el 23,1% la libertad, entre otras respuestas.

(*)http://www.elcomercioperu.com.pe/EdicionOnline/Html/2006-04-13/onlPortada0489012.html

sábado, 1 de abril de 2006

¿Desde cuándo los pastores son gerentes?


La pastoral, sea en el grupo religioso que sea, es un tema complejo. Esto a pesar que, dentro de un contexto cristiano, la enseñanza de Cristo pareciera ser categórica y suficiente como patrón a seguir en el desarrollo de la relación con las personas y el trato con respecto a su crecimiento cristiano, problemas personales y su relación con el Creador de todo.

En los últimos años, el crecimiento de la iglesia evangélica en todos los países de Latinoamérica ha sido explosivo. Esto ha generado iglesias más y más grandes y una organización eclesial más sofisticada debido a los grandes eventos que existen hoy en día, la formación de redes de iglesias interdependientes, nuevos centros de capacitación y la atención de miles de nuevos conversos.

Si soy optimista, puedo sugerir este proceso como uno de los provocadores de un cambio en la pastoral evangélica. Pastores, valga la redundancia, con la influencia de algunas tendencias aparecidas en la moderna bibliografía, empezaron a trastocar el ejemplo de Cristo y se empezaron a convertir en gerentes de la fe. Despachando en oficinas, coordinando actividades mediante el fax y el correo electrónico, viajando a muchos lugares para participar en diversos eventos, dirigiendo múltiples organizaciones especializadas, han cambiado todo. Lo más serio viene a la hora del trato hacia la gente. Nos olvidamos del pasaje bíblico aquel que cuenta del pastor que busca a la oveja perdida y lo cambiamos por la secretaria que te reserva una cita. Se ha modificado la visión del pastor que busca a la persona y la trae de regreso por el esquema de la persona que busca al pastor cuando tiene un problema. El gran peligro de esto es que la persona que se pierde se da cuenta de esto cuando ya está hundida hasta la coronilla, y recién pide ayuda. ¿Tarde? En ocasiones, sí.

Y no es que esté mal eso. En ocasiones las iglesias crecen y es complicado para el pastor atender a todas las personas y hay que poner un orden, delegando o estableciendo un liderazgo que empiece a asumir algunas funciones que por el tamaño de la iglesia no puede hacerlas una sola persona. Sin embargo, el gran problema es la actitud. La prioridad ya no es la atención de la gente sino es hacer reuniones, grandes eventos, enseñar clases o gestionar el material humano del que se compone el liderazgo, como un gerente de una empresa, haciendo el trato con la gente completamente impersonal. El pastor, simplemente recibe, escucha, dice lo que hay que hacer. Pero si la oveja se pierde, no hace nada. O muy poco. Pueden pasar años sin que el pastor converse personalmente con un miembro de la iglesia. Lamentablemente cambiamos el principio bíblico del lavado de pies de Cristo a los discípulos invirtiéndolo completamente. ¿Cuántos pastores y líderes de corazón repetirían lo que hizo el Maestro dos mil años atrás?

Vuelvo a ser optimista y diría que quizá se toleraría esto con pastores de alto rango. Quizá. Pero es más complicado cuando este comportamiento aparece en pastores del primer nivel, o sea, que dirigen iglesias pequeñas, que guían jóvenes en iglesias medianas o aquellos recién egresados de seminario.

Pero siendo realistas, en verdad es intolerable en todos los casos. El pastorado es un don que se siente como la vocación o el amor por la pareja, incontenible y claramente definido, y quien lo tiene no puede desligarse de aquel regalo hermoso de Dios. La gerencia en la iglesia va en contra de él, lo mata, lo tritura, lo desmenuza sutilmente, sin darnos cuenta y peor aún con una apariencia de piedad. A Dios gracias que hay muchos líderes que aún conservan la esencia del ejemplo de Cristo, pero no es en todos los casos. Y esto debe cambiar.

martes, 28 de marzo de 2006

¿Y el tema religioso?

A falta de doce días para las elecciones presidenciales, el panorama electoral dentro del contexto de la segunda vuelta parece más claro, con el inminente ingreso de Ollanta Humala y la lucha entre Alan García y Lourdes Flores, con la bastante probable victoria de esta última. En esas instancias y a pesar de los últimos reportes de Apoyo y CPI, no hay certezas sobre quién gobernará el Perú por los próximos cinco años.

Como en todas las campañas presidenciales anteriores, la discusión programática ha quedado relegada por los insultos y las referencias personales. Quizá Ollanta ha sido el más atacado, aunque el resto no se ha salvado de adjetivos de grueso calibre que han tenido como triste colofón el calificativo de “hija de puta” por parte de Daniel Abugattas hacia Eliane Karp. Incendiarios candidatos han llenado de humo nuestra corta y parcial visión política aumentando la confusión del electorado que votará, otra vez, en forma incierta.

Los planes de gobierno se han olvidado y a lo más hemos llegado a discutir los “caballitos de batalla” de los candidatos, como la revisión de los contratos por parte de Humala, los seiscientos cincuenta mil puestos de trabajo al año de Lourdes, o la libre desafiliación de las AFP de García. Otros temas de fondo han sido tocados en foros especializados y las conclusiones muchas veces no han llegado al gran público que sin dudar merece conocerlas, aunque desconfíe de los planes de gobierno debido al “no shock” de Fujimori o al “no tocaré los depósitos del público” de Alan.

Algo que no he escuchado, por ejemplo, son las propuestas en el tema religioso. Como es de público conocimiento, el presente Congreso intentó sin éxito impulsar los principios de Estado Laico para el Perú. Enfatizo fuertemente que un Estado laico no significa una gobierno impulsor del ateísmo o enemigo de la fe, como sugieren algunos, sino que bajo ese concepto el Estado se compromete como institución representante de todos a respetar a todas las religiones y creencias que profesen los ciudadanos y a no identificarse ni privilegiar en ninguna forma a alguna en particular. Mientras respeten a los otros, no traten de impedir las creencias y prácticas religiosas de los demás y no realicen actos ilícitos como parte de su práctica cultual, los ciudadanos son libres de adoptar la fe que deseen.

En el Perú esto no sucede, porque aunque existe plena libertad de cultos, el Estado privilegia a una iglesia en particular: la Iglesia Católica Romana. Dada esta situación pienso que lo ideal es declarar el laicisismo del Estado Peruano y que el catolicismo, como cualquier otro grupo religioso, avance en la propagación y defensa de su fe sin apoyos gubernamentales como cualquier otro grupo, cosa que de por sí no es un problema ya que es la iglesia más grande, con más recursos y de más arraigo popular. Es importantísimo mencionar que los privilegios no deben ser para nadie, porque tampoco es un secreto que algunos pastores evangélicos estaría felices por tener parte de las ayudas que el Gobierno ofrece hoy al catolicismo.

Sin embargo, de este tema no se ha hablado. Sé que no es un tema capital en la agenda política ya que hay muchos otros asuntos de mayor importancia. Pero sería bueno conocer qué harán tanto Lourdes o Humala al respecto. ¿Dejarán todo como está? ¿Tendrá el comandante dentro de sus planes de fundación de la segunda república consideraciones sobre este punto? ¿Qué pensará Lourdes Flores como católica practicante?

lunes, 20 de marzo de 2006

¿Qué es la vida? (*)

Leonardo Boff

La convención organizada por la ONU sobre la biodiversidad biológica, que se está celebrando estos días de marzo en Curitiba, desde cierto punto de vista es tan importante o más que la de Rio de Janeiro de 1992. Entonces se trataba de ver la relación entre desarrollo y medio ambiente. Se oficializó la expresión desarrollo sostenible. Pasados más de diez años se ha constatado que el desarrollo habido se ha mostrado absolutamente insostenible porque prácticamente todos los indicadores ambientales empeoraron. Se ha comprobado que la lógica de este tipo de desarrollo lleva consigo la devastación ecológica y la creación de desigualdades sociales. Ahora la humanidad está dándose cuenta lentamente de que ese desarrollo puede amenazar la vida de Gaia y el futuro de la humanidad. Por eso el tema más urgente y fundamental es: ¿cómo garantizar y salvar la vida?

En este contexto conviene que reflexionemos brevemente sobre lo que es la vida. Las respuestas consagradas dicen que proviene de Dios o que está habitada por algo misterioso o mágico. Pero nuestra visión cambió radicalmente cuando en 1953 Crick y Watson descifraron la estructura de una molécula de ácido desoxirribonucleico (ADN) que contiene el manual de instrucciones de la creación humana. La molécula de ADN consiste en múltiples copias de una única unidad básica, el nucleótido, que se presenta bajo cuatro formas: adenina (A), timina (T), guanina (G) y citosina(C). Este alfabeto de cuatro letras se desdobla en otro alfabeto de veinte letras que son las proteínas, formando el código genético que se presenta en una estructura de doble hélice o de dos cadenas moleculares. El código genético es igual en todos los seres vivos. Watson y Crick concluyeron: «La vida no es más que una vasta gama de reacciones químicas coordinadas; el \"secreto\" de esta coordinación es un complejo y arrebatador conjunto de instrucciones inscritas químicamente en nuestro ADN». (Cf. DNA, Companhia das Letras 2005, p. 424).

Con este descubrimiento la vida fue introducida en el proceso evolutivo global. Después de la gran explosión del Big bang hace quince mil millones de años, la energía y la materia liberadas se fueron expandiendo, densificando, haciéndose más complejas y formando nuevos órdenes a medida que el proceso avanzaba. Después que se alcanzó un nivel alto de complejidad de la materia irrumpió la vida como un imperativo cósmico. La vida representa, pues, una posibilidad presente en las energías originarias y en la materia primordial. La materia no es «material» sino un campo altamente interactivo de energías. Este evento maravilloso ocurrió en un minúsculo planeta del sistema solar, la Tierra, hace 3.800 millones de años. Pero la Tierra no tiene, según el premio Nóbel de medicina Christian de Duve (1974), la exclusividad de la vida. En su libro Polvo Vital escribe: «El universo no es el cosmos inerte de los físicos con una pizca extra de vida por precaución. El universo es vida con la necesaria estructura a su alrededor. Consiste en billones de biosferas generadas y sostenidas por el resto del universo». (Objetiva 1997, p.383).

No necesitamos recurrir a un principio trascendente y externo para explicar el surgimiento de la vida. Basta que el principio de complejidad y de auto-organización de todo, el principio cosmogénico, haya estado presente en aquel puntito primordial –que primero se inflacionó y luego explotó-, creado, sí, por una Inteligencia suprema, un infinito Amor y una eterna Pasión. La vida, la mayor floración del proceso evolutivo, hoy está amenazada; de ahí la urgencia de cuidarla.


(*) http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=160

viernes, 10 de marzo de 2006

La Iglesia católica ha perdido el 10 por ciento de sus fieles en países latinoamericanos (*)

El aumento de otros grupos religiosos es una las razones por las cuales la Iglesia está perdiendo influencia, según el Celam.

En pocas ocasiones la Iglesia Católica ha advertido expresamente sobre el decrecimiento de su comunidad de fieles y la pérdida de su influencia en la sociedad en los últimos años.

Ayer, en el acto de inauguración del primer Encuentro de los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades, que se lleva a cabo en Bogotá, jerarcas de la Iglesia tanto de Latinoamérica como del Vaticano manifestaron en Bogotá la preocupación por el incremento de otros grupos religiosos no católicos que están captando a sus fieles.

Este fenómeno, según los obispos, se suma a la “globalización de los antivalores y el desmonoramiento de costumbres y leyes”.

Por ejemplo, solo en Chile se ha perdido en la última década un 10 por ciento de los católicos, tendencia que se puede generalizar en la iglesia latinoamericana, afirmó el cardenal Francisco Javier Errázuriz, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), organización que reúne a las conferencias episcopales de la región.“Crece el número de quienes confiesan no pertenecer a ninguna religión y la Iglesia pierde miembros e influencia en la sociedad”, dijo el alto prelado.

Una de las razones para que ocurra este fenómeno es que han crecido los grupos pentecostales (evangélicos, carismáticos, etc...) algo que “habla bien del pueblo, porque siguen invocando a Cristo, pero no habla bien de nosotros como Iglesia”. En esto, dijo, también influye que las reformas educacionales “no se basan en una antropología cristiana”.

Por su parte, monseñor Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos del Vaticano, presente en Colombia, aseguró en su discurso que en “nuestro mundo proliferan falsos maestros que hacen promesas de felicidad a bajo precio”.

El jerarca agregó que “la humanidad actual desconfía de las palabras”. Antes de llegar a Bogotá, monseñor Rylko aseguró a Radio Vaticano que las comunidades de laicos puede ser “una manera de responder al fenómeno de sectas en Latinoamérica”.

Sobre este tema, el cardenal Pedro Rubiano aseguró que en Colombia también se da este desgano por la Iglesia. “Está sucediendo un cambio de época y hay mucha gente que cae en un indiferentismo y en un relativismo. Hay personas que son bautizadas pero no desarrollan su fe”, advirtió el Arzobispo de Bogotá.

Para abrir el encuentro, Beniamino Stella, nuncio apostólico en el país, leyó el mensaje que envió el papa Benedicto XVI para las autoridades religiosas presentes. En este, el Pontífice estuvo en la misma línea de los obispos, debido a que manifestó que en muchos ambientes de América Latina se está promoviendo la “indiferencia religiosa”.

El encuentro, al que asisten 18 obispos de América Latina y unos 50 grupos de laicos, terminará el próximo domingo.


(*) Artículo publicado en “El Tiempo” de Colombia. http://eltiempo.terra.com.co/vidadehoy/2006-03-10/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-2784957.html

miércoles, 8 de marzo de 2006

Los chicos plásticos

Desde que lo conozco, alguien se quejó de la forma en que vivía su vida cristiana. Siempre inconforme, siempre infeliz. No era extraño conversar sobre lo triste y desanimado que se sentía porque no podía vivir el cristianismo de una manera digna y aceptable. No era mala persona, mas bien era uno de los más comprometidos con el trabajo en la iglesia, por encima de lo que yo fui alguna vez. Era más confiable, más experimentado, más eficiente y a mi entender más útil que yo. Me fue claro desde el inicio que él quería seguir ese pasaje de Mateo que dice “Sean ustedes perfectos, como su Padre celestial que está en los cielos es perfecto”.

Y es que la presión por la vida perfecta dentro de la iglesia puede ser asfixiante a veces, y eso que la mía no es extrema en ese sentido. A veces esa presión hace que se forme un ambiente hipócrita en donde todos se portan de forma adecuada, dicen las cosas de forma correcta –con la jerga apropiada, por supuesto-, se visten parecido -mucho recato en las mujeres, por favor- y hacen las cosas como deben hacerse -esto se agrava si la personalidad del pastor es dominante y si su mentalidad es untraconservadora-. Puede generarse un ambiente completamente artificial, parecido a un teatro donde muchos usamos tremendas máscaras, actuando de la mejor manera tratando de parecer impecables. Este medio ambiente plástico muchas veces genera la percepción –para el que lo observa desde fuera- de que los “cristianos” no tienen los problemas que tiene la gente normal, que no se puede hablar de muchas cosas ya que podría generarse un gran escándalo, o –cosa más seria- que allí está el caldo de cultivo para la intolerancia (¿Somos tolerantes acaso?), la mente cerrada (¿Somos empáticos acaso?) y el legalismo (¿No somos letristas acaso?). Claro que en casi todos los casos esto se hace con la mejor intención, pero reza el dicho –valga la redundancia- que de buenas intenciones está lleno el infierno.

Muchos de ellos en sus universidades, colegios o trabajos tienen otra personalidad. Allí afloran las lisuras, los comentarios libertinos o inician relaciones que son “prohibidas” es la iglesia. Aunque se insiste mucho en el templo sobre lo impropia de la doble vida, con frecuencia la presión a ser perfectos, esa que entristecía a mi amigo, nos hace actuar y fingir que somos las mejores personas, cuando realmente no es así, somos otros, distintos, inferiores a la expectativa que poseemos. Y eso es normal: somos imperfectos, y aunque Cristo vino y murió, seguiremos pecando. Y eso debe quedar claro: ¡No seré perfecto! Y aunque lo anhele, ¡No lo seré!, y aunque la iglesia me empuje, ¡No puedo serlo!

Entendiendo esto viviremos más tranquilos. Seremos más honestos con el Dios que ofreció la vida de su Hijo por nosotros. Seremos más honestos con nosotros mismos, y seremos más honestos con la comunidad que nos acoge.

lunes, 6 de marzo de 2006

¡Crash!, somos una mesa coja

En el principio hizo Dios los cielos y la tierra, y esta tierra estaba desordenada y vacía. Según el relato del Génesis, al sexto día la humanidad fue hecha, encarnada en Adán y Eva, a él del polvo y a ella mediante una costilla. La corporalidad de la raza humana es evidente y más aún por su origen, el polvo de la tierra, hecho que enfatiza su pertenencia al mundo material. Resalta que el propio cuerpo físico sea el único vehículo por el que podemos expresar virtudes espirituales y no algún ente intermedio que nos ayude a acercarnos a Dios.

La materialidad de la condición humana (porque aunque lo deseemos, todavía no vivimos en el cielo tocando un arpa) provoca una obvia interdependencia entre los seres humanos y su habitat físico. Necesita del aire, las plantas, los animales, los minerales, el agua, la luz del sol y, por extensión, de Aquel que creó esas cosas con perfección y abundancia y les dio la capacidad de reproducirse. ¿Hay algún vínculo entre lo creado, imprescindible para nuestra vida, y nosotros como seres humanos dependientes de la creación? Indudablemente. Se lo dijo Dios a Adán cuando le encargó cuidar el huerto del Edén. Los seres humanos fuimos creados con la responsabilidad de velar por la creación realizada por el mismo Dios.

¿Es todo el velar por la creación directa de Dios? ¿O es que hay otras, de las que no se nos habla explícitamente? Existe una creación indirecta basada en el diseño del ser humano como hombre y mujer. Hemos sido capacitados para las dimensiones sociales de la existencia, para la asociación y la comunidad. En la relación de unos con otros, los seres humanos encuentran oportunidad para complementarse recíprocamente y forjar su propia creación. Definitivamente estaba dentro del plan de Dios esta capacidad de socializar y de la formación de cultura y sociedades por parte del hombre. También para esta creación indirecta, derivada, se nos ha llamado a velar. Y no hay escape de esto ya que el Señor así lo quiso desde el principio.

El hecho de convertirnos en cristianos no nos exime de la responsabilidad de velar por la creación directa –la naturaleza- y la creación indirecta –el medio social humano-. En cambio, nos debe recordar más todavía el hecho que no debemos ser indiferentes ante el entorno que nos rodea. Por lo tanto, como seguidores de Cristo tenemos entonces una triple responsabilidad muy seria: nuestra sociedad, nuestro mundo físico, y la realidad espiritual que sí conocemos bien. Este triplete es completo y funciona como las patas de una mesa triangular. Basta que falte una para que la mesa sea inútil. El que tenga oídos para oír, oiga.

Por lo tanto, el llamado de Dios hacia un cristiano debe ser en realidad para los tres elementos, aunque puede enfatizar en uno de ellos. Un pastor enfatizaría en el lado espiritual. Un laico puede enfatizar en los otros dos lados. Cumplimos la misión de Dios si nos entregamos a salvar un río, una reserva natural, a controlar el nivel de polución de nuestra ciudad, a hacer más justa una sociedad. Sin embargo la iglesia, sobre todo la evangélica, ha olvidado este mensaje y se ha concentrado solamente en la visión espiritual llegando al extremo de satanizar las otras, llamando sólo al arrepentimiento de los pecados, a la salvación del alma y a ver el futuro desde una perspectiva escatológica.

Ya lo dije en un post anterior: vivimos en cuatro paredes y la iglesia consume nuestro tiempo de tal forma que si Dios nos llamase a cumplir con el cuidado de la creación directa o indirecta, no podríamos. ¡Estaríamos muy ocupados en el activismo del templo! Debemos ser concientes del llamado global y pensar qué es lo que quiere Dios en realidad con mi relación con el entorno. Definitivamente no es vivir “encerrado” en la iglesia. Me han llamado a predicar su Palabra. Me han llamado a cuidar la sociedad. Me han llamado a cuidar el mundo ¿A qué me llama Dios específicamente? ¿A qué te llama a ti?

miércoles, 1 de marzo de 2006

El evangélico, quien vive la vida entre cuatro paredes

No, no me refiero a una cárcel. Con esto debo enfatizar previamente que no es mi intención comparar a una prisión con la iglesia. No, para nada. Me refiero a una característica importante de la vida evangélica: su activismo dentro del templo. Intenso, muchas veces atractivo, emotivo a veces, divertido otras, pero en cuatro paredes finalmente. Y si sale… es solamente para campañas evangelísticas.

Un pastor me dijo que la absorción del tiempo por parte de una iglesia y su activismo era un mito. ¿Lo es?

Si una variable es cuantificable, hay que medirla entonces. Nos olvidamos de subjetividades pues no hay nada más concreto que un número, que un ratio, que un factor. Por ello podemos preguntarnos ¿Cuánto tiempo a la semana pasa un evangélico promedio en la iglesia? ¿Podemos medir esto? Claro que sí, y haremos un modelo muy sencillo al respecto. Como todo modelo, contiene supuestos que pueden ser rebatidos, pero a mi entender son bastante razonables.

La semana tiene 168 horas, de las cuales pasamos en sueño 56 (asumiendo 8 horas). El tiempo efectivo es, entonces, 168 – 56 = 112 horas. En el trabajo pasamos 40 horas a la semana, el transportarnos hacia él serán unas 7.5 horas (1.5 * 5 días), y el período mañanero y de llegada del trabajo pueden ser unas 12.5 horas (2.5 * 5 días). Esto nos da un total de horas libres de 52 horas, que deben repartirse entre las múltiples actividades que tenemos como opción, como la familia, el deporte, la lectura, la televisión, las reuniones sociales, etcétera.

¿Qué porcentaje de esas 52 horas la pasa un evangélico en su iglesia? Imaginemos una iglesia no activa (en el sentido que no tiene actividades todos los días aunque son muchísimas las que tienen muchas cosas casi todos los días) y una persona líder que participa en dos ministerios (el que le corresponde por su edad y estado civil –adolescentes, jóvenes, jóvenes adultos, matrimonios-, y uno extra -caballeros, damas, escuela dominical, alabanza, anfitrión-). El culto son dos horas, la academia bíblica son dos horas más, la reunión o célula del ministerio principal son dos horas, la reunión secular de afianzamiento de vínculos –si eres un líder que realmente hace su trabajo- usualmente sabatina demandan dos horas adicionales, los respectivos comités de actualización y logística son 1.5 horas, el ministerio extra 2.5 horas y actividades especiales (campañas, retiros, reuniones adicionales, consejerías) 1 hora a la semana. Dentro de este tiempo se incluye la actividad previa, como preparar temas, clases o el tiempo de llegada anticipada a la iglesia. En total tenemos 13 horas a la semana dentro de actividades eclesiales.

La matemática es bastante simple. 13 horas en las actividades entre 52 horas del total de tiempo libre dan un total de 0.25 o, si prefieren leerlo así, un evangélico consume 25% de su tiempo libre dentro de la iglesia. Es una proporción mayor a la del dinero que se suele entregar: 10% del diezmo más un 5% en promedio de ofrendas de los ingresos netos (aunque algunos pastores sostienen que debería ser de los ingresos brutos). Un 10% de diferencia. Y la cifra puede aumentar si nuestro sencillo modelo es cambiado. Podemos asumir que la persona trabaja medio día del sábado (horas libres totales = 45h. Tiempo consumido = 28.9%), o todo el sábado (horas libres totales = 40h. Tiempo consumido = 32.5%). E inclusive ampliar nuestro horario de trabajo, y e indicador superaría la barrera del 35%. Pero siendo conservadores, una cifra de 25% resulta más que adecuada.

El problema es que implícitamente se sugiere que a más ratio, más santos somos. En otras palabras, mientras más involucrados estemos en actividades en la iglesia, mientras más ministerios tengamos, mientras vayamos a más reuniones de oración, a más cultos, a más congresos, nos vinculemos en lo más posible, seremos mejores cristianos. Se cree esto porque detrás de todo se piensa que, como el mundo es pecaminoso, es el dominio del diablo y va camino a la destrucción, entonces no vale la pena involucrarse en él más que lo mínimo necesario –el trabajo usualmente es este mínimo. También pueden ser los estudios- por lo que todo puede y debe realizarse dentro del templo, llenado las agendas de los feligreses de actividades (“¿Por qué hacer tesoros en la tierra si todo es corrompible? ¡Hay que hacer tesoros en el cielo!”). ¿Puede el activismo reemplazar la esencia de la vida cristiana? ¿Los retiros, las células, las comisiones, los cursos pueden ser un sucedáneo del amor al prójimo o la comunión? A mi entender, no. Pero es un grandísimo peligro tan igual como el legalismo o la falta de fe. Y un asunto adicional es que muchos pastores incentivan eso –aunque si les preguntas directamente lo negarán, aduciendo alguna excusa-, al extremo de tener en su cabeza de forma inconsciente un indicador de madurez basado en el número de actividades realizadas.

Y ojo, de esto no hay vacaciones. Frecuentemente se ofenden si osas pedirlas: Falta de fe, ingratitud al sacrificio de Cristo, función importantísima que de no hacerse trabará el avance de la obra.

Ese pastor que me dijo que la absorción del tiempo por parte de una iglesia era un mito, ¿Habrá considerado estas cifras? ¿Puede ser 25% un mito? ¿Un 30%? ¿Qué cantidad debería ser la adecuada para desmitificar de la cabeza de este pastor la absorción?

lunes, 20 de febrero de 2006

Evangélico: ¿Estas seguro de saber quién eres?

Evangélico, ¿te has preguntado alguna vez si estas seguro de saber quién eres? Es una interrogante seria. En teoría los cristianos debemos llegar a tener el carácter de Cristo, y ello implica abandonar costumbres anómalas y controlar el indomable carácter. Es cierto eso, y miles de personas pueden dar fe de cómo sus vidas han sido transformadas para bien al seguir preceptos cristianos y al vivir según las enseñanzas de la Biblia. Drogadicciones sanadas, matrimonios restaurados, autoestimas reparadas, enfermedades físicas superadas y tantas otras cosas. Sin embargo, hay una pregunta capital: ¿Cuál es ese carácter de Cristo? ¿Es según como los evangélicos dicen? ¿Es así como dice tu pastor? Recuerda que los pastores tienen las mismas probabilidades de equivocarse que tú o yo.

¿El carácter de Cristo implica llenarse de palabras como “siervo”, “varón”, “hermano”, “alabado sea el nombre del Señor”, “oveja”, “pastor”, “la Biblia dice”, “aleluya”, “amén”, “bendecir” y muchas otras? ¿Significa vestidos largos y jamás pantalones para las mujeres, cabellos hasta la cintura, ropa formal los domingos? ¿Es ir la mayor cantidad de días posibles a la iglesia? ¿Es vivir la vida social por completo en el activismo eclesial? ¿Es centrar la esencia de la vida cristiana en la predicación del evangelio como cosa capital y hasta única? ¿Es leer la Biblia todo el día sin practicar el amor? ¿Es tratar de no involucrarse con el mundo, olvidando su responsabilidad con él? ¿Es someterse a la intransigencia de muchos pastores que piensan que pueden decidir sobre la vida de los miembros de las iglesias que dirigen? ¿Implica no tomar, no fumar, no bailar, no fiestas, no lisuras? ¿El carácter de Cristo implica ser apolítico y simplemente orar por los líderes nacionales?

Evangélico, parte del estilo de vida que sigues, ¿es la imagen de Cristo o es lo que a alguien se le ocurrió o interpretó como forma que debería tener dicha imagen? Lo digo de otra manera, ya que aprecias la Biblia: ¿Ese estilo está realmente de acuerdo con los principios bíblicos? ¿No será que algún misionero hace 80 años metió su cuchara y santificamos su punto de vista? ¿O nunca te pusiste a pensar en eso?

Por ejemplo, ¿Cómo crees que se soluciona la tensión entre 2 Corintios 6:14-15 (“No se unan en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿o qué parte el creyente con el incrédulo?) y Juan 17:15 (“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”)? Pero pensaremos en eso después. Mientras tanto tú, evangélico, no me acuses de tibio, de relajado, de descreído a priori. Yo también soy evangélico. 14 años yendo a la iglesia. 11 años de convertido. 9 años de trabajo en la iglesia. 2 años de estudios en un seminario. 1 año de estudios de una maestría en misiología. Después de tanto tiempo, uno observa lo bueno y lo malo, ¿y por qué molestarse si salen a flote los evidentes defectos? ¿No es así como el cambio comienza? ¿No debemos arrepentirnos de un pecado que se hace evidente para que Dios actúe? ¿No debemos actuar si parte de nuestro modus vivendi ha sido incorrecto o perjudicial?

jueves, 16 de febrero de 2006

El resucitado

La banda sonora, ruidosa y melancólica de julio, con arpas y saxofones vetustos que les hacían recordar la infancia pobre y violenta mientras completamente borrachos lloraban pensando en el desarraigo adolescente que vivieron empujados por el hambre, la pobreza, el dolor, se instalaba al frente de mi casa y se preparaba para gemir por unas horas. Yo los vi siempre, desde el inicio de mis recuerdos hasta el día que me fui, más de un cuarto de siglo después, y siempre las mismas lágrimas, los mismos saxofones y las mismas arpas, la misma bulla que no me dejaba dormir por la noche y que a la mañana siguiente dejaba la callecita de tierra llena de chapas de cerveza y de personas a las que había que levantar como a Lázaro. Una vez, en el invierno de 1994, con la callecita de tierra mojada por la garúa, fui a comprar pan y un muerto a punto de la resurrección dormía sentado junto al quiosco pero parecía haber competido en una competencia lucha en fango, y en sus sueños chacchaba palabras ininteligibles en quechua, su idioma materno, mientras yo mascullaba palabras en mi español colegial de adolescente de quinto de secundaria de escuela pública. Tocaba y tocaba la reja de la tiendecita pero nada, solo escuchaba el quechua y el nombre del pueblecito de donde eran todos dueños de las pequeñas casas de la manzana, una y otra vez, de una forma cansina pero exacerbada a la vez, sin gozo, quizá con algo de pesar. Yo me impacientaba y el muerto quiso resucitar pero en vez de eso empezaron a correr las lágrimas mientras el nombre del pueblito era reverberado como en una especie de transmigración donde a más repetición más rápidamente se llegaría al lugar elegido. Era obvio dónde él quería llegar.

En eso, despertó.

Me miró, quizá se avergonzó un poco por el barro y las lágrimas, pero luego sonrió y se fue. ¿Por qué? Seguramente pensó que la transmigración esa fue real y que el barro del que estaba embadurnado era, en verdad, lodo de la plaza principal del pueblito de su infancia y no el de la callecita de tierra al lado de una acequia limeña. Eso era para él suficiente motivo para ser feliz a muchos kilómetros de la tierra originaria: fundido con ella, uno con la identidad, uno consigo mismo.

Y cierto, se fue feliz.

viernes, 10 de febrero de 2006

El hambre como premio...

Una vez más el hambre hace ganar un premio internacional de fotografía. Las imágenes aparentemente surrealistas, aparentemente de otro planeta, aparentemente de otro tiempo, que Finbarr O'Reilly, proclamado ganador del galardón Foto del Año dentro del "World Press Photo 2005 tomó, puede dejarnos sin palabras ante la abismal realidad de la desigualdad humana, y ante la idea de la inoperancia de un Dios que se fue a dar un paseo por otra dimensión, dejándonos a cargo de todo mientras regresa.

Pero el asunto es que en verdad nos ha dejado a cargo. Y no está inoperante, es consecuente con el hecho que nos ha encargado todo. Mira qué hacemos, está presente, ayuda a la gente, pero sin olvidar que nos ha delegado la administración por lo que no se entromete en la gestión de los recursos y en la forma que hacemos economía. Y la foto debe recordarnos no a Dios de brazos cruzados, sino a nosotros que somos mezquinos y egoístas, haciendo todo mal.

¿Podemos entender la trascendencia de esa afirmación? ¡Dios, dejándonos a cargo del manejo del planeta! Y nosotros, que ni siquiera hemos logrado que la alimentación básica y una vivienda digna sean un derecho de las personas por el hecho de ser seres humanos. No hablo de tener lujos, de tener auto, de lucirnos con ropa vistosa, sino simplemente de tener lo mínimo indispensable para comer y un techo donde resguardarse de la lluvia, sólo eso. Y es que la realidad es que hay pobres y gente que se muere de hambre simplemente porque queremos y no se nos da la gana de eliminar ese problema. Así de crudo. Mientras tanto, por ejemplo, el gobierno peruano le da 6 millones de dólares a Baruch Ivcher por -¡pobrecito!- indemnización por la incautación y los problemas de su canal.

Y los cristianos -que también somos responsables de la mayordomía del planeta y uso adrede una palabra de uso teológico-pensando en el cielo, en regalar biblias o en postular a la presidencia (sabiendo que no tenemos la más mínima posibilidad). ¿Qué hacemos entonces? ¿Y qué hago yo?

domingo, 5 de febrero de 2006

¿Y si la caricatura hubiera sido de Cristo pero en el s. XV?...


... seguro que mandaban al hereje a un tribunal eclesiástico y lo condenaban directamente a la hoguera. Quizá las masas indignadas hubieran quemado la casa del osado, llenado con sal los restos para declararla maldita y hasta inclusive despreciado de por vida a sus familiares directos. Eso y más, seguramente. Sin embargo, las cosas han cambiado tanto que en entornos cristianos hay pocos espacios sacros e imágenes jocosas de Cristo no nos sorprenderían en lo absoluto. De hecho nos reiríamos de ellas.

El tiempo ha pasado en occidente. El fenómeno del secularismo del que hablaba mi profesor de Religión Católica en el colegio nos ha impregnado en todos los sentidos. El desarrollo de las ciencias y la filosofìa nos ha llevado a esto y bien o mal, son los costos del progreso. Se han descubierto muchos secretos y la visión de las cosas otrora santas no es igual, definitivamente. A la vez, el tiempo no ha pasado en el Medio Oriente. El fundamentalismo religioso es profundo y si decimos algo breve del fanatismo, faltarán palabras. Por ello, todo este lío de la caricatura es el enfrentamiento de la visión del siglo XXI de occidente con la del siglo XV del Islam. Y serán irreconciliables las diferencias. Los cristianos del siglo XV viviendo hoy también hubieran quemado embajadas, peleado con la policía y hecho escándalos de proporciones. Esto es algo que tiene que quedar en nuestra cabeza antes de dar opinión.

¿Qué debe hacer la visión del siglo XXI ante el anacronismo del siglo XV? ¿Despreciarlo? ¿Responderle en sus niveles? Creo que ubicarlo en su real proporción, entendiendo el desfase temporal, siendo comprensivos con la molestia, pidiendo disculpas de ser necesario y no darle demasiada importancia. Mas de eso, no. ¿Por qué este ofendido atrasado debe ser el que impone la magnitud de la ofensa y la severidad de los castigos? ¿Quemar una embajada es el castigo? ¿Y dónde quedan los canales judiciales? Finalmente, a los árabes le faltan 500 años de avance en muchos sentidos. La lucha por la libertad (no libertinaje) de expresión fue una conquista durísima, que hoy se olvida porque la vemos como algo natural, ya dado, parte del statu quo. ¿La tuvieron ellos? No, como muchos otros elementos del contrato social que dirige nuestras vidas.

Y finalmente, ¿Qué es mas serio? ¿Unas caricaturas o hombres con bombas en el cuerpo haciéndose estallar en un restaurante o en un mercado?

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La fuente de la imagen es http://www.raton-en-la-luna.blogspot.com/2006/02/por-la-libertad-de-expresion-las.html aunque el original se aloja en http://www.brusselsjournal.com/node/698