domingo, 29 de enero de 2006

La nariz contra el vidrio (*)

Claudia Selser

Son nenas de entre nueve y once años, apuradas por entrar al mundo de la adolescencia. Viven tan preocupadas por la ropa y la silueta como por las desventuras de Floricienta. ¿Grandes en miniatura? Ellas son las betweens.

Disfrutan jugar a las escondidas tanto como practicar coreografías de Shakira.Todavía prefieren el atracón de chupetines al esfuerzo de una dieta que se les perfila inevitable en el camino de crecer (a juzgar por lo que escuchan de sus mamás y sus hermanas mayores), pero padecen esa pancita creciente y esa falta absoluta de cintura que apareció de golpe justo cuando soñaban con ponerse el primer corpiño. Miran con tanta vergüenza como curiosidad los arrumacos amorosos de los más grandes sin soñar siquiera con una salida con el chico que les gusta.



Ellas tienen entre 9 y 11 años y conforman un nuevo sector de consumidores que ya logró nombre propio –en los Estados Unidos las llaman Betweens , es decir “entre”, y en la Argentina, chiquiteens – gracias a su incidencia en el mercado de la moda, la telefonía celular y el espectáculo. El fenómeno, que se impuso en nuestro país hace cinco años, es comprobable con sólo recorrer un shopping de la ciudad de Buenos Aires o espiar un cumple de 10: cada vez más la nena de 9 años es una adolescente en miniatura, simulando escotes donde todavía no hay nada y trepando a taquitos para robarle centímetros a un almanaque que anda más despacio de lo que ellas quisieran.

Frente al espejo

¿Cómo es este universo en la Argentina? Chicos.net –un sitio de Internet de contenidos lúdicos, didácticos e informativos para niños y preadolescentes– realizó una encuesta exclusiva para Viva . A través de las respuestas anónimas de 400 nenas de entre 9 y 10 años, si bien la muestra es relativaen si misma, sirve para intentar trazar un panorama:

• No tienen ídolos. Un 52% aseguró no tener ningún ídolo, pero los que aparecen vienen, en gene ral, de la TV o la música: Floricienta (14%), Benjamín Rojas (el rubio de ojos claros de Floricienta ), 9%; Ricky Martin y Daniel Radcliffe (el protagonista de Harry Potter ), 8%; Shakira (7%) y Dios (2%).

• Música infantil . En cuanto a los cantantes, ninguna de las chicas eligió música infantil. La mayoría son voces latinas, rock nacional y pop en inglés: Miranda (17%); Shakira, Ricky Martin y Hillary Duff (parejos con 9%); Avril Lavigne, Chayanne y Britney Spears (7%); Belinda (6%), Robbie Williams, Juanes y Floricienta (5%); Green Day y Airbag (4%) y Cristina Aguilera (3%)

• El deporte es favorito. La mayoría eligió el deporte como juego en tiempo libre (28%), seguido por la computadora (25%), la mancha y las escondidas (18%), los juegos de mesa (13%); cantar y bailar (11%); y los más osados verdad y consecuencia o la botellita (5%).

• Simpatía y buen humor. A la hora de elegir la cualidad más importante para tener muchos amigos, ellas destacaron: bondad (30%), simpatía (28%), buen humor (27%), belleza (9%), y ser buena alumna y ser inteligente (ambas con sólo un 3%).

• Espejo contradictorio. ¿Cómo te ves cuando te mirás al espejo? Las respuestas confusas reflejan los altibajos de la edad. Muchas chicas pusieron, en la misma respuesta, linda y también fea; gorda y también flaca.

• La moda, todo un tema. ¿Cuánto te importa vestirte a la moda? Mucho (44%); más o menos (44%); poco (12%).

Hablan ellas

Previo a un pijama party , que las tiene en ebullición desde hace una semana, un grupo de amigas reunidas por Viva opina sobre la etapa que les toca vivir.

Rocío cumplió los 10 en setiembre, hace collares y pulseritas de mostacillas, admira a Robbie Williams y piensa que lo más es ir al cine con amigas, o cualquier otra actividad, siempre con amigas.

¿La vida es mejor a los 10 que a los 8?

Y... sí, porque estás más grande y te permiten hacer más cosas. A los 8 te dicen: No: sos muy chiquita ; y a los 10 te dicen: Bueno, voy a pensarlo.

¿Te gusta algún chico?

No, porque los chicos de la colonia o de la escuela no son muy lindos que digamos... Algunos son inteligentes pero a veces, de tanta inteligencia, se hacen los cancheros.

¿El tema que más te preocupa?

Y... Me preocupo pensando qué voy a hacer mañana: qué ropa me puedo poner... Esta me queda mejor. No; mejor ésta. ¿O ésta? Porque yo no soy flaca pero tampoco soy gorda, y no sé qué hacer. Eso es para mí lo más complicado: decidir entre la ropa que me hace más flaca y la que me gusta más. Camila acaba de cumplir los 11. Es alta para su edad, le gusta jugar tenis y voley y no se perdió una de Harry Potter porque el actor es su ídolo. ¿Su mayor problema? No le gusta como le queda la ropa:
-Yo veo algo y ya sé que no me va a gustar, pero mi mamá me dice: Probátelo, probátelo . Yo me lo pongo y sé que me va a quedar mal. Y aunque me quede bien digo No me gusta.. . Tampoco me gusta mi pelo. Siempre mi mamá me lo arregla y yo me lo saco, pero tampoco me gusta lo que yo me hago. Y estoy dos horas para peinarme.

¿Te gusta maquillarte?

Sí. Todo el tiempo. En el colegio y sin que nos cache la director, vamos al baño y nos pintamos. Me pinto los labios, brillitos así y también en los cachetes...

¿Que te gustaría hacer a los 14?

En realidad yo quiero que para mi cumpleaños de 15 me regalen un viaje a Disney porque si voy recién cuando sea grande, no me voy a poder subir a ningún juego. Julieta cumplió 10 el 4 de octubre, tiene una hermana de 17 años y no se perdió un capítulo de Floricienta. Y a la hora de elegir un negocio para comprar ropa dice: “Cualquiera. Me da lo mismo, la ropa no me importa.”

¿Qué te importa?

Estar bien. Lo que me preocupa es estar flaca. El otro día estaba llorando, porque soy gorda...

Una cuestión de peso

Da pena. Tan chicas y ya tan preocupadas por la silueta. No importa cómo luzcan, a poco de comenzar a preguntar aparece el cuco de la obesidad. Y no es sólo un tema psicológico: muchas veces, por desinformación de las mamás, termina siendo un problema físico de graves consecuencias como el nuevo fenómeno de la osteoporosis pediátrica.
Así lo explica la médica de Adolescentes Ana María Armatta, del Hospital Cosme Argerich: “Las nenas son perseguidas para que sean exitosas en la belleza. De ellas se dice: ¡Es hermosa! ¡Tiene un cuerpito! En la mujer siempre la primera referencia es lo físico, mientras que del varón suele destacarse su inteligencia o su destreza corporal.” Lo peor es que esa preocupación por el cuerpo lindo hoy se acompaña de la desvalorización de las formas femeninas que tienen características propias no sólo en términos estéticos sino de desarrollo saludable.
Y esto pocos lo saben: “El denominado estirón puberal es un pico de crecimiento que tiene un ritmo promedio de entre 8 y 12 centímetros por año y ocurre alrededor de los 10 a 13 años en las niñas y entre los 12 y 15 años en los varones. Pero para que este estirón se produzca tiene que haber previamente una acumulación del tejido graso. A eso se debe el que durante el período de máximo crecimiento –entre los 10 y 14 años–, las niñas suban en promedio de 6 a 9 kilos que se acumulan, por acción de las hormonas femeninas, en torno al abdomen. Es típico de las nenas pre menárquicas (menarca: primera menstruación), lo que les da esa forma redondeada: panzonas y sin cintura.”

La médica Armatta aclara que es importantísimo que esto sea así porque cada cambio que se produce en este período tiene una función a mediano o largo plazo como, por ejemplo, que para que se produzca la menarca alrededor de un 17% del peso corporal tiene que ser tejido graso. Y para que la menstruación se mantenga con regularidad la relación entre la grasa y el peso total tiene que ser de 22%. ¿Qué quiere decir esto? Que cualquier descenso brusco de peso hará faltar la menstruación o irregularidades en el ciclo.

–¿Qué decirle a la mamá preocupada por la repentina redondez de su nena? ¿Y a la nena que llora por ser un corchito?

-A las mamás hay que explicarles que, por lo general, el aumento del apetito y la sensación hambre coinciden con el aumento de la velocidad de crecimiento. Que el mayor requerimiento de calorías en las mujeres ocurre justamente en este período (en Argentina el promedio es de 12 años), pero que esa demanda máxima va seguida de una reducción progresiva. Y que es muy importante que chequee con su médico la dieta (proteínas, calorías y minerales, especialmente calcio y hierro) que requiere el desarrollo por venir.
Es importante que las mamás acompañen a sus hijas a comprarse ropa. Que les expliquen que las remeritas de lycra las van a hacer más gorditas y que el tiro corto nunca las favorecerá porque es un pantalón masculino que termina produciendo problemas en sentido estético (saca rollos en la cintura) y en la salud (comprime la vulva y produce vulvovaginitis).

A las nenas hay que decirles que no se preocupen por la forma de corchito porque esos kilitos que le aparecieron de golpe son centímetros que van a crecer después de que tengan la primera menstruación. Explicarles que si se pusieran a dieta, los kilos que pierden son centímetros que perderán de crecer en altura.

En el probador

La imagen es característica de los últimos años: frente a las vidrieras de cualquiera de los 100 locales que la marca 47 Street tiene en Argentina, hay un revoltijo de chicas de más de 8 y menos de 12 con alguna mamá en problemas. Porque salir a comprar ropa con una nena de esa edad es todo un tema. Ya no quieren comprar ropa donde compraban antes y donde compran sus hermanas menores, y tampoco se ven bien con las marcas para adolescentes consolidadas. Ellas aspiran a poder ponerse un modelo de la marca. Gustavo Kogan, el dueño de 47 Street desde su creación en 1986, explica que el boom tiene sólo siete años:“Empezamos con el target adolescente hará 10 años, cuando nos dimos cuenta de que era un nicho que no estaba muy explotado. Las marcas de niños hacían ropa más grande para adolescentes y las marcas de mujer achicaban los talles, pero no había ninguna marca que fuera representativa de este sector. Estudiamos el fenómeno y nos llevó tres años encontrar la imagen que buscábamos, con una forma distinta de locales: en lugar de los tradicionales blancos despojados de los shoppings innovamos con locales rosas, colores y objetos estrafalarios, con la estética de ese sector adolescente. Y ellas recibieron el
mensaje: aquí se encuentran las amigas. Las madres y las hermanitas quedan afuera.”

–Las chicas de 9 y 10 años quedan con la ñata contra el vidrio. ..

-Es que la edad bajó. Hoy el reclamo más importante que recibe la marca es que hagamos talles más chicos para que puedan comprar las de 9 en adelante.

¡Atención mamás!

En la experiencia de los médicos de adolescentes es casi una constante las mamás preocupadas por el peso y obsesionadas por el tema de la silueta, tema del que también ellas son víctimas. Esto quedó reflejado en la encuesta de Chicos.net , cuando se preguntó a las nenas con qué frases relacionan a las mujeres que las rodean: “Tengo que hacer gimnasia y dieta para adelgazar” (33%); “Me siento bien con la edad que tengo” (29%); “Hago gimnasia porque me gusta” (16%). Y agregaron, de su propia cosecha las siguientes frases más oídas, en este orden: “Estoy flaca”; “No puedo comer esto porque engorda”; “Si no bajo de peso me hago una lipo”; “Estoy demasiado gorda”; “Hago dieta por tu padre”y, en último término:“Estoy contenta de ser tu mamá”.

Para Marcela Czarny, licenciada en Educación y directora de Chicos. net, “los educadores y los padres deberíamos ser una malla de contención y un freno a los aceleradores de etapas. Estar alertas a los contenidos de los programas de TV que ven las nenas, conversar mucho con ellas, preguntarles y escuchar, escuchar, escuchar.” La preocupación apareció también en los registros de la psicóloga Andrea Peso, psicopedagoga de la Escuela Argentina 2000: “La niñez es cada vez más corta y los chicos se ven impulsados a conducirse como adolescentes de la misma forma que la cultura impulsa a los adultos a comportamientos adolescentes. Que los chicos no sean chicos sino grandes en miniatura produce una ilusión de simetría cuyo carga recae sobre los mismos chicos, en los que se ve cuadros de ansiedad, angustia, y dificultades en el aprendizaje y en las relación con los compañeros.”
¿Lolitas a los 9? ¿Cuánto de esto tiene que ver con el imperio de la Barbie? La psicoanalista Beatriz Taber, autora del libro Qué piensan los jóvenes (Unicef), da una respuesta interesante: “No son Lolitas. Lolita tiene que ver con la ingenuidad perversa, y está directamente relacionada con la sexualidad. Por el contrario, lo ridículo de esta situación es que son nenas que siguen siendo nenas. Pueden jugar a vestirse como grandes o a las barbies como antes jugaban a la mamá y al papá. Pero, de últimas, las nenas siguieron jugando a la mamá. La diferencia es que antes la mamá que veían era la mamá que se ocupaba todo el día de su hijo, y ahora ven que tanto la mamá de 35 años como la abuela de 55 juegan a ser la Barbie. En realidad, estas nenas están presas del mismo juego de la estética al que jugamos todos”.

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(*) Título original: “La ñata contra el vidrio”. Extraído de “El Clarín” de Buenos Aires, Argentina.
Enlace al original: http://www.clarin.com/diario/2006/01/29/sociedad/s-01132408.htm

jueves, 26 de enero de 2006

Los eventos futuros y el comportamiento de la iglesia en el presente (6)

A modo de conclusión: preguntas pendientes[xvi]


Ante esta situación, más que conclusiones directas quedan una serie de preguntas pendientes que es necesario responder. Juan Stam se interroga con respecto al quehacer escatológico, y aunque su trabajo tiene otro enfoque, los cuestionamientos son plenamente relevantes para los fines de la presente monografía.

1. A la luz del fin de la historia revelado en la escatología bíblica, ¿cómo hemos de entender el proceso histórico que vivimos hoy? cómo hemos de mostrar hoy nuestra fidelidad a Aquel que es el Alfa y la Omega, "el Rey de los siglos"? ¿Cuál es la relación entre la escatología y la teología de la historia?

2. ¿Cuáles son los principios exegéticos para una fiel interpretación de los pasajes bíblicos proféticos, escatológicos y apocalípticos?

3. Como corolario pedagógico-pastoral de dichos principios, ¿cómo podemos ayudar al pueblo evangélico a leer fiel y sensatamente estos pasajes, sin ser confundidos por los complicados problemas históricos y exegéticos resultantes de casi dos mil años de distancia temporal y de un abismo de diferencia cultural que nos separan de los lectores originales?

4. ¿Cómo debemos entender la relación entre la historia de la salvación y la historia mundial, y entre escatología y política? ¿Qué relación hay entre la escatología y el Apocalipsis en particular, y las potencias de hoy (especialmente Estados Unidos, Rusia e Israel), con todos los conflictos internacionales actuales, y cuáles son las pautas hermenéuticas válidas para controlar las "relecturas" modernas?

5. ¿Qué significa la escatología cristiana para nuestra ética social y política?

6. Inversamente, ¿qué deben significar para nuestra interpretación de la escatología bíblica los conceptos modernos de la historia, por un lado, y las modernas ciencias socia-les, por otro lado? ¿Podemos interpretar la escatología fiel y responsablemente, sin "traducir" sus conceptos fundamentales, por lo menos en parte (y quizá inevitablemente) a los términos de las realidades actuales?

7. En la interpretación escatológica, ¿cómo podemos determinar el "grado de certeza" de diversas enseñanzas? ¿Cuáles interpretaciones deben tener un carácter confesional, como inviolables desde el punto de vista de la fidelidad bíblica y evangélica, y cuáles deben relegarse al terreno de la opinión personal, con legítimo espacio para diferencias de criterio? ¿Caben entre evangélicos diferencias de postura en relación al milenio o al rapto? Por otra parte, ¿podría un evangélico negar la Parusía o el castigo eterno? ¿Cómo determinar cuáles aspectos toleran diferencias de opinión dentro de una verdadera fidelidad exegética, y cuáles no?

8. La respuesta a la pregunta anterior parece implicar un criterio hermenéutico de "grados de certeza exegética", Aunque la escatología en general involucra problemas hermenéuticos algo complejos, es indudable que algunas enseñanzas escatológicas y apocalípticas tienen un fuerte grado de certeza (el Retorno de Cristo, el juicio final, la tierra nueva, etc.) y otros un grado menor (los 144.000, las calles de oro, las bodas del Cordero) o quizá un saldo negativo exegéticamente. Esto nos impone la tarea de un análisis exegético riguroso, crítico y científico de cada uno de los puntos de la escatología tradicional y de todos los libros que nos llegan del exterior, a fin de estar seguros de tener una base bíblica y no meramente condicionados por especulaciones humanas y hasta erradas.

En toda interpretación, y sobre todo en la interpretación escatológica, ¿cuál es la relación entre "métodos exegéticos" (de estricta interpretación del texto como tal) y "métodos sistemáticos" (con inferencia racional y correlación lógica según esquemas no presentes en el texto mismo)? ¿Hasta qué punto proponen los textos bíblicos "esquemas globales" para un ordenamiento sistemático de su rica diversidad de detalles? ¿Hasta qué punto son válidos exegéticamente los esquemas escatológicos que se proponen hoy, o válido bíblicamente el intento de esquematizar las enseñanzas en tales sistemas?

¿Qué hacer ante el desbarajuste provocado por la visión premilenialista en la iglesia? ¿Es posible revertirlo? ¿Es necesario? ¿Cómo hacerlo? ¿Hay que volver al postmilenialismo o adoptar el amilenialismo?

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[i] Ryrie, Charles. “Teología Básica”. Miami: Editorial Unilit, 1993. Pag. 503.
[ii] Ryrie, Charles. Op. Cit. Pag. 504.
[iii] Los siguentes tres ítems se basan en http://www.ejesus.com.br/home/exibir.asp?arquivo=2996, original en idioma portugues. Traducción libre.
[iv] http://www.uaca.ac.cr/acta/1991oct/adimare.htm
[v] Berkhof, Luis : “Teología Sistemática”. Grand Rapids, TELL. 1979. Pag. 793.
[vi] Op. Cit.
[vii] Op. Cit.
[viii] Op. Cit. Pag. 794.
[ix] Op. Cit.
[x] Op. Cit.
[xi] http://www.kairos.org.ar/sdelreino.php?ID=1838
[xii] Kuzmic, Peter. “Historia y Escatologìa”. En. “Al servicio del reino”, Grellert, Myers y McAlpine, compiladores. San José: Varitec, 1992. Pag. 80.
[xiii] Op. Cit.
[xiv] Op. Cit.
[xv] Op. Cit.
[xvi] http://www.kairos.org.ar/articuloderevistaiym.php?ID=1732

Los eventos futuros y el comportamiento de la iglesia en el presente (5)

Las consecuencias de la migración de pensamiento escatológico en la misión


¿Qué consecuencias en la misión trajo el cambio desde el postmilenialismo hacia el premilenialismo? “La filosofía de la historia sobre la que descansa el premileniarismo tiene consecuencias negativas inevitables para la responsabilidad social cristiana. Esta perspectiva lo llevó a abandonar los asuntos mundanos. Se espera que el mundo vaya de mal en peor y se tiene una nula esperanza de poderlo mejorar por el esfuerzo humano.

En un período relativamente corto, entonces, hubo un significativo giro de una comprensión totalizadora postmileniarista de la misión (Edwards y Finney consideraron que la predicación del evangelio junto con la acción política y la reforma social eran medios de hacer avanzar el reino de Cristo) a una postura premileniarista con sus dudosos efectos para producir una dicotomía que es tan común entre los evangélicos conservadores hoy en día.

Donald Dayton, en su libro Evangelical Heritage lo analiza de la manera siguiente:

Este giro en la escatología tuvo un impacto profundo, algo confuso, en la participación social de los evangélicos. Por un lado, la expectativa del inminente retorno de Cristo liberó a muchos del afán de construir para el futuro inmediato (garantías sociales, planes de pensión, etc. ) para entregarse sin reservas al trabajo misionero en ultramar. El consecuente contacto con los pobres y los pueblos oprimidos a menudo impelió a estas devotas almas a ofrecer socorro y ayuda asistencial y ocasionalmente en alguna reforma.

Pero lo más característico fue la tendencia a abandonar totalmente la superación social a cambio de un masivo esfuerzo por predicar el evangelio a la mayor cantidad posible de personas, antes del retorno de Cristo. La visión era rescatar al mundo caído. Puesto que Jesús aparecería repentinamente en las nubes para llevarse a sus santos, el que trabajaba en los barrios bajos fundaba misiones para rescatar pecadores del mundo los cuales, entonces, se sumarían a los que se encontrarían con el Señor en el aire. El esfuerzo evangelístico que hasta entonces había provisto impulso y personal para hacer avances reformadores se reorientó hacia especulaciones exegéticas sobre el tiempo en que Cristo regresaría y hacia el mantenimiento de la expansión de la conferencia profética.

(a) El gran cambio

El surgimiento y esparcimiento del fundamentalismo norteamericano en el siglo XX está intimamente relacionado, entonces, con el surgimiento del premilerialismo. La actitud de los fundamentalistas se tornó fuertemente defensiva cuando sintieron que la fe cristiana era agredida desde varias direcciones. Primero, era atacada por la teología liberal, que minaba las doctrinas cristianas cardinales; segunda, la asediaba el clima secular generalizado, que se acrecentaba rápidamente gracias a los nuevos descubrimientos y a las teorías de las ciencias naturales y sociales. En tercer lugar, los fundamentalistas se sintieron amenazados con el llamado movimiento del “evangelio social”. El resultado de esta controversia entre los fundamentalistas fue desastroso para la preocupación social evangélica.

Según Mardsen, este gran cambio (frase acuñada por Timoteo Smith) tuvo una etapa preparatoria de 1865 a 1900 que consistió en la transición de la visión calvinista de la cultura cristiana, la cual consideraba las “acciones políticas como medios muy importantes para adelantar el reino, a la perspectiva cristiana pietista, que no veía en las acciones políticas más que medios para refrenar el mal. Este cambio también se debió “al paso del postmilenialismo al premilenialismo en cuanto a la relación del reino con el presente orden social y político”. El gran cambio ocurrió en realidad desde cerca de 1900 a 1930 “cuando todo el interés progresista social, tanto político como privado, empezó a verse con sospecha por los evangélicos partidarios del avivamiento y se relegó con una función casi insignificante”. El estigma del evangelio social y su identificación con el liberalismo teológico ciertamente contribuyó a una fuerte y desbalanceada reacción de los dispensacionalistas conservadores y los empujó mucho más a abrazar el premilenialismo, y especialmente la variedad dispensacionalista que llegó a dominar el fundamentalismo americano en la década de 1920.

Lo anterior no significa que todos los evangélicos premilenialistas fueran pasivos en reacción con los males sociales.

(b) Salvar almas, no sociedades

Ya hemos establecido que el premileniarismo es débil en cuanto al interés social y hemos mencionado algunas razones históricas para tal actitud. Además de estos factores, la misma visión pesimista de la historia humana es la razón principal para su relativa falta de involucramiento en el destino político, social y cultural del “planeta tierra” y de sus habitantes. Por un lado, los premileniaristas parecen tomar esta tierra en serio al rechazar espiritualizar las profecías que otros toman sólo simbólicamente o como algo cumplido en la iglesia. Por otro lado, sin embargo, estas promesas y la esperanza para la tierra se considerarían como sólo realizables en el futuro. No se espera que sean realizadas por el esfuerzo humano, sino solamente por la segunda venida de Cristo y su reino de 1000 años sobre esta tierra. El mal está tan fuertemente atrincherado y entrelazado con la matriz de la sociedad humana, que sólo el retorno poderoso de Cristo será capaz de vencerlo. Puesto que se espera, especialmente en opinión de los dispensacionalistas, que el mundo vaya de mal en peor, como parte del programa de Dios para los últimos días, no tiene sentido tratar de mejorar la sociedad. Sería solamente un desperdicio de tiempo y energía. Algunos, inclusive, podrían considerar que involucrarse en esta tarea es un peligroso entretenimiento y que de alguna manera va en detrimento de la esperanza cristiana.

Los premileniaristas, sin embargo, tienen un notable historial en evangelización. “El avivamiento urbano y el nuevo premileniarismo se desarrollaron lado a lado”. Los historiadores de la religión norteamericana nos dicen que “desde Dwight L. Moody, todos los avivamientos han sido premileniaristas”.

Los premileniaristas consideran que este mundo va rápidamente cuesta abajo y espera el juicio. Lo ven “como un barco que se hunde, cuyos pasajeros están condenados y sólo pueden salvarse asiéndose del bote salvavidas que es la conversión personal”. Moody describió esta posición en uno de sus sermones de la manera siguiente:

Veo este mundo como un barco destrozado. Dios me ha dado un bote salvavidas y me ha dicho: “Moody, salva a todos los que puedas”. Dios vendrá a juzgar y a quemar este mundo… el mundo se adentra cada vez mas en la oscuridad y su ruina está cada vez más cerca. Si tienes amigos que no han sido salvados del naufragio, no pierdas tiempo en ir en su búsqueda.

El énfasis del premileniarismo sobre el inminente retorno de Cristo hace que la evangelización tenga un cierto sentido de urgencia. Puesto que Cristo podría regresar en cualquier momento, el tiempo es corto tanto para los evangelistas y su labor, como para los que quizás no respondan hasta que sea demasiado tarde. El premileniarismo dispensacional ve la profecía cumplida con precisión en nuestros días de muchas maneras y señales, y usa ampliamente esta “prueba” de las “señales de los tiempos” como un eficaz ardid para hacer que la gente tome decisiones rápidas”[xiv].

Otro ardid escatológico empleado frecuentemente por el acercamiento evangelístico dispensacional es presentar el rapto de la iglesia antes de la tribulación. Kuzmic se pregunta, sin embargo, por “la calidad y duración de los resultados en las conversiones que se pueden obtener con tales métodos. También debe plantearse si tal presentación de la salvación no raya en una traición del evangelio (buenas nuevas) y lo que la Biblia nos explica de la naturaleza amorosa de Dios. Esta técnica apocalíptica de “terrorismo apocalíptico” pretende introducir, por miedo, al cielo tanto a cristianos nominales que necesitan salir de la iglesia “apóstata” (uno de los símbolos de los últimos días), como a los incrédulos que probablemente también desearán escapar de los horrores venideros que han oído y visto de la manera más gráfica y aterradora posible. La mayoría de las veces, “estar listo” para el retorno del Señor significa, según el dispensacionalismo pretribulacionista, estar listo para el rapto secreto a fin de evitar los “horrores” de la tribulación y la ira del anticristo. Los resultados de este método tienen una motivación que es más negativa que positiva. Es el temor de ser “dejado”, más que el anhelo de “ver” al Señor, lo que subyace a este esquema escatológico cuando se aplica a la evangelización[xv].

La concepción misionera del premilenialismo se basa en “Y será predicado este evangelio en todo el mundo para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mat. 24:14). “Esta afirmación de Jesús es crucial para comprender la motivación de los premileniaristas en su evangelización del mundo y las formas en que disciernen el tiempo de Dios. Aunque no esperan gran cantidad de resultados como los postmilenialistas, y a pesar de su visión pesimista del futuro de la humanidad, y su fuerte creencia en el poder del mal, los premilenialistas se sienten profundamente comprometidos con la evangelización y las misiones en el extranjero. Este compromiso se interpreta a veces como la forma de “acelerar” el retorno del Señor, el cual, por tanto, se considera supeditado a la evangelización del mundo.

Los premiliaristas desempeñaron un papel importante en el Movimiento Voluntario Estudiantil y fundaron las “misiones de fe”, las escuelas de preparación misionera y los institutos bíblicos. Para la década de 1920, proclamaron que “quienes creían en la inminente segunda venida conformaban entre un 75 y un 80 por ciento de la fuerza misionera a nivel mundial.

La expansión misionera del siglo XX está grandemente marcada por el despliegue de la versión o versiones norteamericanas del premileniarismo-dispensacionalismo. Esto explica, al menos en parte, porqué la cristiandad evangélica en muchos partidos del tercer mundo sufre las mismas dicotomías y distorsiones –o al menos muy similares- que se dan en occidente, las cuales instan a retirarse del mundo hacia una posición escapista que aguarda el cielo mientras el mundo sucumbe en el fracaso. De esta manera, con mucha frecuencia, defienden el statu quo en contextos donde el cambio se hace imperativo. Con su renuencia a ver y vivir la totalidad de la enseñanza de nuestro Señor, minan seriamente la credibilidad e importancia del evangelio, tanto para los pobres y multitudes hambrientas, como ante la juventud inteligente y los líderes para quienes la misión vacía de compromiso social no tiene ningún significado.”

Los eventos futuros y el comportamiento de la iglesia en el presente (4)

¿Por qué la migración del pensamiento? ¿Por qué pasamos desde el postmilenialismo al premilenialismo?


5.1 Lo primero: Los avivamientos del S. XVIII[xi]


Es probable que de todos los ejemplos de impacto social que se podrían extraer de la historia del protestantismo alrededor del mundo ninguno sea tan significativo como el impacto que produjeron los grandes avivamientos espirituales que ocurrieron en Europa y los Estados Unidos en el siglo XVIII.

Todo se centra en la influencia de John Wesley (1703-1791), la figura central en el avivamiento espiritual que recibió el sobrenombre de metodismo. Según algunos historiadores, este avivamiento fue uno de los principales factores para que en Inglaterra sucediera en ese siglo una profunda transformación social sin que fuera necesaria una revolución sangrienta como la que tuvo lugar en Francia.

Varias descripciones de la situación de la Inglaterra de los tiempos de Wesley dan la impresión de una total descomposición moral, social y espiritual que afectaba no sólo a la sociedad sino también a la iglesia. La corrupción más bochornosa se extendía a todas las clases sociales, desde la corte del rey Jorge II hasta las masas populares. La opresión de los pobres, el abuso del poder, la crueldad del sistema carcelario, la borrachera, la prostitución, el adulterio, la superstición y el libertinaje eran marcas comunes del estilo de vida de la época. El soborno a los jueces y la impunidad que favorecía a los poderosos eran la moneda corriente en los tribunales. La horca pública, muchas veces por delitos menores, era una diversión popular. A todo esto se agregaba el execrable tráfico internacional de esclavos, que arrojaba grandes ganancias en las arcas de los traficantes no sólo de negros del África sino también de blancos de Escocia e Irlanda, y no sólo de adultos sino también de niños secuestrados.

En este contexto, la predicación de Wesley enfocó la necesidad tanto de la regeneración personal como de la justicia social. Un célebre sermón que predicó en Oxford en 1744 resume una convicción básica de todo su ministerio: «Todo proyecto para reconstruir la sociedad, que pasa por alto la redención del individuo, es inconcebible . . . Y toda doctrina para salvar a los pecadores, que no tiene el propósito de transformarlos en cruzados contra el pecado social, es igualmente inconcebible». En concordancia con esa convicción, en 1771 publicó su Serio discurso al pueblo de Inglaterra sobre el estado de la Nación, en el cual se pronunció abiertamente contra el nefasto comercio de esclavos. «¡Ruego a Dios –decía—que ya no haya más de eso! ¡Que jamás robemos y vendamos ya a nuestros hermanos como bestias! ¡Que ya no los asesinemos por miles y decenas de miles!». En 1774, en su libro intitulado Pensamientos sobre la esclavitud, volvió a la carga contra ese tráfico, que se llevaba a cabo con aprobación legal. «¿Hay leyes algunas que obliguen más que las eternas leyes de la justicia?», preguntaba. Y luego respondía: «A pesar de diez mil leyes, el bien sigue siendo bien, y el mal sigue siendo mal. . . . Yo niego de manera absoluta que cualquier posesión de esclavos sea consistente con grado alguno de justicia, aun de la justicia natural».

La semilla de abolición de la esclavitud plantada por Wesley dio su fruto posteriormente gracias a un miembro del Parlamento inglés, William Wilberforce, un hijo espiritual del famoso predicador. Cuando Wilberforce, el gran emancipador de los esclavos, fundó la «Sociedad Pro Supresión del Tráfico de Esclavos», en 1787, Wesley, ya anciano, le dio su apoyo y unos pocos días antes de morir le escribió la última de sus cartas, alentándolo a seguir luchando por «la empresa de oponerse a esa execrable villanía, que es el escándalo de la religión, de Inglaterra y de la naturaleza humana».

Aunque Wesley no vivió para ver la abolición de la esclavitud, el tráfico de esclavos se abolió legalmente en 1807, y el Acta de Emancipación dio el golpe final a la esclavitud legal en 1833.

Este no fue, sin embargo, el único fruto del avivamiento espiritual metodista. Como señala Gonzalo Báez-Camargo, «Wesley luchó, predicando y protestando, contra la explotación de los niños y las mujeres en las fábricas, abogó por el saneamiento y humanización de los talleres, propugnó la reducción de la jornada de trabajo, que era entonces de doce horas, y demandó el aumento de salarios». La Revolución Industrial había creado otro tipo de esclavitud, que era la de los «esclavos industriales», que en número creciente vivían aglomerados en barrios insalubres. Los predicadores metodistas, que conocían de cerca la opresión en que vivían estos esclavos, difundían el mismo mensaje en los barrios bajos. Prepararon así el terreno para las grandes reformas sociales que se llevarían a cabo posteriormente, en el siglo 19, y que están asociadas con el nombre de Lord Shatesbury (elegido como miembro del Parlamento británico en 1826), quien se ocupó sucesivamente de la condición de los enfermos mentales, los niños empleados en las fábricas y molinos, los deshollinadores y los "limpiachimeneas", las mujeres y los niños de las minas, y los niños de los barrios bajos, entre los cuales en Londres más de treinta mil carecía de hogar, y más de un millón en todo el país carecía de educación.

A todo lo dicho respecto a los efectos sociales del avivamiento metodista se debe añadir por lo menos una mención de su aporte a lo que Báez-Camargo ha denominado la «disciplina democrática», es decir, a una forma de gobierno no jerárquica, respetuosa de la autoridad pero también de la dignidad humana y de la libertad personal. Las así llamadas clases, formadas en 1742 con el propósito de fomentar el crecimiento cristiano, se constituyeron en verdaderos centros de educación democrática. No es exagerado afirmar que estos grupos, que se reunían semanalmente, junto con el movimiento de ministerio laico, fueron factores absolutamente decisivos para el proceso de instauración de la democracia en Inglaterra.

Wesley era postmilenialista y su postura hacia la sociedad está completamente de acuerdo con esa doctrina. El predominio de esa visión escatológica está a tono con la ilustración y la fe en el avance y el progreso de la humanidad.


5.2 Lo segundo: la guerra civil y la aparición del modernismo


En resumen, “Desde Agustín hasta los puritanos del siglo XVII, el amilenialismo fue la posición escatológica más popular. A esto le siguieron más o menos dos siglos de énfasis prostmilenialista, donde la predicación del evangelio y el trabajo social caminaron de la mano. Las creencias premilenialistas que abrazaron muchos de los padres de la iglesia en la época pre-agustiniana fueron de nuevo ampliamente esparcidas en la última parte del siglo XIX[xii]. Hoy en día es el premilenialismo lo que predomina en las iglesias y se defiende con agresividad y vehemencia. Mi iglesia, la Alianza Cristiana y Misionera, tiene esa postura teológica.

¿Por qué apareció? Kuzmic postula que el punto crítico fue la guerra civil en los Estados Unidos. Hasta antes de ella todavía predominaba un espíritu de progreso en los Estados Unidos, pero luego de ella, “las cosas en vez de mejorar se tornaron peor y peor. Esto aumentó la desilusión y el pesimismo, minando seriamente la credibilidad del postmilenialismo con su perspectiva optimista en cuando al progreso espiritual y cultural de la sociedad. Este desánimo, precedido por los trágicos acontecimientos del cambio de siglo y seguido por dos guerras mundiales en el siglo XX, proporcionó el marco para entender, al menos parcialmente, las razones que motivaron el rápido esparcimiento y popularidad del premilenialismo en los tiempos modernos. Es un hecho históricamente observable que el premileniarismo, con sus supuestos apocalípticos, tiene un atractivo especial y tiende a florecer en tiempos de gran crisis y angustia. Esto se debe tanto a su énfasis en el poder del mal y la resultante desesperanza en lo que concerne a la era presente, y a la defendida esperanza de una drástica irrupción de la intervención divina que reinvindica a los justos, seguida de un período de justicia, paz y prosperidad bajo el reinado de Cristo en esta tierra.


Sin embargo, hubo un desarrollo teológico un tanto paralelo que amplió la esfera de influencia premilenialista y fortaleció su posición. Tuvo que ver con una extraña alianza táctica que hicieron los premilenialistas, que interpretaban literalmente las escrituras, y los conservadores de la vieja escuela de Princeton, que defendían intelectualmente la autoridad de la Biblia al enfrentarse a un enemigo común y ver en el modernismo una amenaza a los presupuestos básicos de su cosmovisión.

Es necesario mencionar la fuerza dispensacionalista, que completa el panorama histórico, con John Nelson Darby y la profusión de la Biblia Scofield en América Latina. “Los premilenialistas dispensacionalistas han desempeñado un importante papel en la lucha entre el fundamentalismo y el modernismo en los Estados Unidos de América
[xiii].

Los eventos futuros y el comportamiento de la iglesia en el presente (3)

El pensamiento escatológico a través de la historia


La teología no es un armatoste monolítico sino que es un ente dinámico, con desarrollos diversos que la han hecho relevante a su época. Por ejemplo, dentro de las pruebas del proceso de la demostración lógica de la existencia de Dios, se encuentra el argumento “cristológico”, de Anselmo de Cantembury. Él, hijo del racionalismo extremo escolástico, “debía resolver este problema de forma lógica, encontrarle razón de ser, precisa y puramente racional, "remoto Christo" (como si Cristo no hubiera existido). Por ello escribió entonces su "Cur Deus homo", ya mencionado, en el cual dio las motivaciones de la divinidad, como si Dios fuese un señor medioeval; si así fuera, lo primero para Él sería proceder con la solemnidad debida, tomarse en serio, proceder congruentemente, con "rectitud", haciendo las cosas como debían hacerse, como correspondía, sin que fuera posible, ¡aunque Dios lo deseara ardientemente!, perdonar sin antes haber recibido la reparación debida, que habría deser una germana "wergild" (compensación), proporcional a la dignidad del ofendido, como estipulaba la costumbre medioeval. Esto implicaba que el perdón, la redención, estuviera fuera del alcance de la humanidad, incapaz de rendir una compensación infinita, como era lo debido.

Por donde Anselmo concluyó que Dios, en su abnegación, hubo de disponer que se pagara la "wergild" debida a su majestad divina con el acto expiatorio de un inocente, para que expiara por actos ajenos y no por los propios con su sacrificio, quien habría de ser un miembro de la humanidad, un hombre, pero, al mismo tiempo, Dios. Partiendo del "remoto Christo", de la inexistencia de Cristo, ha llegado a demostrar, aplicando ordenadamente la inteligencia, que Cristo debía existir, ineludiblemente
[iv].

La anterior es una explicación absolutamente feudal de la interrogante de la existencia de Dios. El mismo fenómeno sucede con la escatología con concepciones distintas según el horizonte temporal. Durante el período del Imperio Romano, “la iglesia fue conciente perfectamente de los elementos separados de la esperanza cristiana, por ejemplo, que la muerte física no es la muerte eterna, que las almas de los muertos sobreviven, que Cristo volverá otra vez, que habrá una bienaventurada resurrección de los que pertenecen al pueblo de Dios, que ésta será seguida por el juicio general, en el que se pronunciará condenación eterna sobre los malvados y en donde los píos serán recompensados con las glorias eternas del cielo. Pero estos elementos se veían nada más como partes aisladas que correspondían a una esperanza futura, y que no se construían todavía en forma dogmática. Aunque los diversos elementos se entendían muy bien, su interrelación todavía no se veía con claridad[v]. Todo parece notar una visión amilenialista, pero Berkhof enfatiza que “el resultado fue que la escatología no se desarrolló durante este período[vi]

En el período posterior, hasta la época de la reforma, “la atención de la iglesia se dirigió desde lo futuro hacia lo presente[vii]. El autor recalca que “había una creencia general en la vida después de la muerte, en el retorno del Señor, en la resurrección de los muertos, en el juicio final y en un reino de gloria, pero se reflexionaba muy poco sobre la manera de cada uno de éstos. El pensamiento de un reino material y temporal dejó camino al de la vida eterna y de la futura salvación. Con el correr del tiempo la iglesia quedó colocada en el centro de atención, y la iglesia jerárquica se identificó con el reino de Dios. Ganó campo la idea de que fuera de la iglesia no había salvación, y que la iglesia determinaba la preparación pedagógica adecuada para el futuro. Se puso mucha atención en el estado intermedio y, en forma particular, a la doctrina del purgatorio. En relación con esto se colocó en primer plano la mediación de la iglesia, la doctrina de la misa, la de las oraciones por los muertos y la de las indulgencias[viii]. A pesar del exiguo desarrollo, podríamos hablar otra vez de amilenialismo.

Desde la reforma, el pensamiento teológico se circunscribió a la idea de la salvación, “y se procuró desarrollar la escatología partiendo esencialmente desde ese punto de vista. Muchos de los antiguos teólogos reformados la tratan nada más como un punto adjunto a la soteriología, tratando de la glorificación de los creyentes. En consecuencia, sólo una parte de la escatología se estudió y llegó a un mayor desarrollo. La reforma adoptó lo que la iglesia primitiva enseñó respecto al retorno de Cristo, la resurrección, el juicio final y la vida eterna”. Además, “en su oposición a Roma también reflejó mucho acerca del estado intermedio y rechazó los diversos principios desarrollados por la Iglesia Católico Romana. Difícilmente puede decirse que las iglesias de la reforma hayan hecho mucho por el desarrollo de la escatología. Ésta hizo su aparación de nuevo en el pietismo. El racionalismo del siglo XVIII retuvo de la escatología nada más la idea estéril de una inmortalidad sin color, de la mera sobrevivencia del alma después de la muerte.

Bajo la influencia de la filosofía de la evolución con su idea de un interminable progreso, la doctrina escatológica, si bien no se hizo anticuada, cuanto menos se encontró decadente. La teología amplitudista ignoró por completo las enseñanzas escatológicas de Jesús y colocó todo el énfasis en sus preceptos éticos. Como resultado no tiene nada que sea digno del nombre de escatología. Lo del más allá dejó el campo para lo de aquí y ahora; la esperanza bienaventurada de la vida eterna quedó reemplazada por la esperanza social del reino de Dios, exclusivamente reducido a este mundo; y la anterior seguridad respecto a la resurrección de los muertos y de la gloria futura fue suplantada por la vaga confianza de que Dios puede tener almacenadas para el hombre mejores cosas aún que las bendiciones de las que este goza actualmente
[ix]. Estas descripciones caben dentro de la postura postmilenial.

En los últimos tiempos, ha habido un cambio. Berkhof menciona que “apareció una nueva ola de premilenialismo, el cual no se limita a las sectas, sino que ha encontrado entrada en algunas de las iglesias de nuestro día, y sus abogados sugieren una filosofía cristiana de la historia, basada en particular sobre el estudio de Daniel y Apocalipsis y ayudan a poner atención sobre el fin de los siglos. [Teólogos como] Weiss y Schweitzer llaman la atención al hecho de que las enseñanzas escatológicas de Jesús fueron mucho más importantes en su bosquejo de pensamiento, que sus preceptos éticos, los cuales, después de todo, representan nada màs que un pensamiento intermedio. Y Kart Barth también acentúa el elemento escatológico de la revelación divina[x]. No es difícil observar en el presente evangélico que el premilenialismo es la postura predominante el día de hoy.

Los eventos futuros y el comportamiento de la iglesia en el presente (2)

Marco teológico básico: la escatología y el estado del desarrollo del pensamiento escatológico protestante

La escatología es el estudio de los eventos por venir en base a las enseñanzas bíblicas. “Trata de la consumación de todas las cosas, tanto de las que se relacionan con los individuos como las que tienen que ver con el mundo[i]

Los protestantes evangélicos, basados en la enseñanza de la Palabra de Dios, de forma general creemos –con respecto a los eventos futuros, en la vida después de la muerte, en la segunda venida del Señor Jesucristo, en la resurrección de los muertos, en el juicio final, la creación de un nuevo cielo y una nueva tierra. En estos términos los protestantes conservamos las mismas creencias que los demás cristianos que aceptan las Escrituras Sagradas como única e la última regla infalible de fe y práctica. Sin embargo, tenemos evidentes diferencias con respecto a cómo se van a cumplir. El estudio de la escatología puede realizarse desde varias ópticas. “Una es separar el futuro de individuo del futuro del mundo. Otro sería catalogar el futuro de la iglesia, el futuro de Israel, el futuro de los gentiles y el del mundo. Otra manera de abordarlo puede ser estudiar las varias enseñanzas en orden cronológico. Un enfoque de teología bíblica estudiaría la escatología del Antiguo Testamento, la escatología de Jesús, la escatología de Pablo, la escatología de Juan, etcétera[ii]. En estas distintas posibilidades de análisis surgen las tres grandes escuelas de interpretación: amilenialista, postmilenialista e premilenialista.


3.1 La visión amilenialista[iii]

Los amilenialistas, como L.Berkhof, O.T.Allis, G.C.Berkhouwer y otros creen que las Escrituras Sagradas no hacen ninguna distinción cronológica entre la segunda venida de Cristo, el arrebatamiento de la iglesia y la participación del creyente en el nuevo cielo y la nueva tierra. Para ellos habrá apenas una resurrección general de creyentes e incrédulos, la cual ocurrirá durante la segunda venida de Cristo y el juicio final será para todos los pueblos. La tribulación es algo que experimentamos en la presente era. El milenio referido en las Escrituras (Apocalipsis 20) no significa un milenio literal, pues el reino de Dios, inaugurado visiblemente con la primera venida de Cristo, continúa espiritualmente presente pero invisible (invisibilidad no es sinónimo de inexistencia), y será consumado con la segunda venida visible del Rey de la Gloria. Entramos en este reino por la fe (Juan 3). Para los amilenialistas las Escrituras no hacen distinción entre la iglesia en el Antiguo Testamento y la iglesia en el Nuevo Testamento ("el nuevo Israel", compuesta de circuncisos e incircuncisos).

3.2 La visión post-milenialista

Los postmilenialistas, como Charles Hodge, B.B.Warfield, W.G.T. Shedd, e A.H.Strong, creen que la segunda venida de Cristo ocurrirá tras el milenio (no literal). La era presente se mezclará con el milenio de acuerdo con el progreso del Evangelio en el mundo. En general, los posmilenialistas sumen la misma postura amilenialista con relación a la enseñanza de la resurrección, el juicio final, la tribulación y la posición de Israel y la iglesia.

3.3 La visión premilenialista

Los premilenialistas se dividen en dos grupos principales: los premilenialistas históricos (como G.E.Ladd, A.Reese e M.J.Erickson) y los premilenialistas dispensacionalistas (como L.S.Chafer, J.D.Pentecost, C.C.Ryrie, J.F.Walvoord e Scofield). Los premilenialistas históricos creen que la segunda venida de Cristo para reinar en esta tierra y el arrebatamiento de la iglesia sucederán simultáneamente; habrá resurrección de los salvos al inicio del milenio (la primera resurrección) y la resurrección de incrédulos la final del milenio. Entre tanto, la posición premilenialista histórica es tanto presente como futuro. En el presente, Cristo reina en el cielo. En el futuro, Cristo reinará en la tierra, aunque en general no consideran el período de la tribulación y hacen una cierta distinción entre Israel y la iglesia (el Israel espiritual).

Los premilenialistas dispensacionalistas enseñan que la segunda venida del Señor Jesús acontecerá en dos fases: en la primera, el Señor Jesús se encontrará con la iglesia en el aire, llevará a los salvos para participar de las bodas del Cordero en las regiones celestiales y, tras siete años de tribulación en la tierra sin la presencia de la iglesia, regresará con ella para reinar en este mundo por mil años. Ellos hacen una distinción entre la resurrección para la iglesia, en la ocasión del arrebatamiento, la resurrección para aquellos que viniesen a creer durante a tribulación de siete anos (resurrección esta que ocurrirá en la segunda venida del Señor, al final de la tribulación) y la resurrección de los incrédulos al final del milenio.

Los premilenialistas dispensacionalistas hacen, también, una distinción entre el juicio de los creyentes tras el arrebatamiento, el juicio de judíos y gentiles convertidos al final de la tribulación de siete años y el juicio de los incrédulos al final del milenio. Los siete años de tribulación son literales, mas la iglesia será arrebatada antes. El milenio será inaugurado y establecido con la segunda venida, tras la tribulación y durará, literalmente, mil años. Sin duda, esta posición distingue completamente a Israel y su iglesia.

Los eventos futuros y el comportamiento de la iglesia en el presente

Resumen

La escatología, como la parte de la teología que analiza y sistematiza lo que dice la Biblia sobre el porvenir, ha tenido un desarrollo propio de las diversas épocas, de la visión de la iglesia de sí misma y de las vivencias históricas del mundo. Estas ideas puede centrarse en tres grandes divisiones vinculadas con la segunda venida de Cristo y el milenio: la posición amilenialista, que afirma que no existe el milenio; la postmilenial, que dice que Cristo vendrá al final del período milenial luego de un período de bonanza; y la premilenial, que dice que Cristo aparecerá antes del milenio, tras un período de degeneración mundial. El orden anterior es el sucedió en la historia. Los católicos siguen siendo amileniales hasta hoy, y los protestantes hemos pasado de esa postura al postmilenialismo después y al premilenialismo actualmente. ¿Por qué se dio este cambio en la perspectiva escatológica de la iglesia protestante? ¿Qué efectos ha tenido este cambio en la misión de la iglesia, en su manera de ver al mundo? ¿Ha sido inocuo o es algo que ha tenido consecuencias? ¿Qué preguntas surgen ante esta situación? Este es el tema que se desarrolla en la presente monografía de una manera absolutamente exploratoria.
Introducción

El evangélico tiene un modus viviendi particular, una cosmología definida, una forma de ver la vida, de reaccionar, de hablar, de sentir. En teoría, todo eso está de acuerdo con la imagen de Cristo que debemos seguir, o sea, con la idea implícita de que Jesús fue en la tierra como el evangélico promedio, con la actitud, la ropa, la música que escucha, los libros que lee, los pensamientos que tiene, los pudores que lo someten, etcétera.

La pregunta es: ¿Qué tan de cierto hay en eso? ¿Qué tanto de la forma de vivir de un evangélico promedio viene de la imagen de Cristo y cuanto de concepciones teológicas que tuvieron su lugar especial en un momento histórico pero que trascendieron su tiempo y llegaron hasta nuestra época, santificadas? En otros términos, la pregunta es: ¿Qué hay en el pasado que hace que nosotros, los evangélicos latinoamericanos, seamos como seamos hoy en día? ¿Podemos hurgar en la historia eventos o concepciones teológicas que nos ayuden a conocernos y entendernos más a nosotros mismos?

Por ejemplo, un tema sensible es la visión de los evangélicos con respecto al mundo. Hoy en día se piensa que el mundo va a la destrucción, a la degeneración, a la putrefacción moral y, si incluimos el tema ambiental, inclusive física. Si esa circunstancia fuera real, ¿Cuál sería la actitud natural de un creyente? Naturalmente, no involucrarse, ya que si somos santos y puros –al menos en el papel se intenta-, y el mundo es el lugar en donde Satanás actúa, si la contaminación de todos los calibres nos amenaza, ¿por qué debe el cristiano involucrarse? ¿”Puede tener comunión la luz con las tinieblas”? ¿No es más seguro mantenerse al margen, alabar y mantenerse “blancos” ante Dios, y orar nada más por la pronta venida del Señor? Parecería algo razonante y coherente. Definitivamente es más seguro. Sin embargo, ¿es bíblico esto? ¿Es lo que Jesús quería decir o ha habido alguna influencia histórica que explique esta actitud? Si existe, ¿Qué hacer?

Quiero reflexionar sobre el papel de la escatología al respecto. Lecturas previas me han dado el indicio que la inofensiva escatología de los últimos capítulos de los manuales de teología sistemática, esa que sólo nos configura la realidad de lo incierto, ha tenido un papel gravitante en la forma en que los cristianos han vivido la realidad de su presente y de la misión que ejercen en él.

La visión del fin del mundo es importante. Películas como “Impacto profundo” o “Armagedón”, casos de sectas como de los testigos de Jehová y su profecía del fin del presente estado de cosas en 1975, análisis filosóficos como el de Fukuyama y el fin de la historia o el hecho de que toda religión tiene una concepción sobre los eventos futuros, nos recuerdan la inquietud humana por el porvenir. Y la iglesia no está fuera de esto.


sábado, 21 de enero de 2006

El milagro de Jesús en la ficción (*)

(*) ALEJANDRA RODRIGUEZ BALLESTER.

En los últimos dos años, la figura de Jesús fue recuperada por la ficción de una manera abrumadora: a caballo de la moda que impuso "El Código da Vinci", decenas de autores, que van desde Anne Rice hasta Federico Andahazi, aprovecharon la sospecha de que hay una historia oculta que ha sido escamoteada por la religión oficial, para escribir novelas que giran alrededor de la vida de Cristo. A las voces de un teólogo, un antropólogo y varios de estos autores, se suman en esta producción una columna del sacerdote Hugo Mujica y otra escrita especialmente para Ñ por el Premio Nobel José Saramago, autor de la novela "El Evangelio según Jesucristo".

Especular sobre la vida de Jesús, aventurar teorías acerca de su naturaleza humana o divina, suponer hechos ignorados, ocultos en las grandes elipsis de los textos sagrados, ha sido, en la historia del cristianismo, algo que ha motivado violentos cismas y enfrentamientos, o se ha pagado con el fuego de la hoguera. Con resultados menos cruentos, aunque no por eso exenta de debate y anatema, la literatura contemporánea no se ha privado del desafío de reinventar a esta figura clave de nuestra cultura, hurgar en sus debilidades humanas y especular acerca del peso de llevar sobre las espaldas nada menos que la divinidad.

Esta tendencia se ha acentuado en los últimos dos años, tras el éxito de El Código da Vinci. Desde La Elegida. Historia de la hija de Jesús y María Magdalena de Omar Ramos, finalista del Premio Planeta 2005, a La hermandad de la Sábana Santa de la española Julia Navarro, pasando por la saga de Caballo de Troya de J. J. Benítez hasta llegar a la vuelta de tuerca de la vampírica Anne Rice con su novela Cristo, el Señor: Fuera de Egipto, decenas de títulos tocan de manera más o menos directa temas relacionados con la vida de Cristo y sus discípulos.

Las ficciones sobre Jesús casi siempre han resultado polémicas: a la literatura le gusta poner el dedo en la llaga. "Dios totalmente se hizo hombre, pero hombre hasta la infamia... Para salvarnos (...) eligió un ínfimo destino: fue Judas", arriesga Borges en Tres versiones de Judas, donde sostiene que, al encarnarse, el Hijo no estuvo libre de "las complejidades del mal y del infortunio". Diez años después, en 1954, la novela La última tentación de Niko Kazantzakis, que juega con esa misma idea borgeana, fue prohibida por el Vaticano y le valió al escritor la excomunión de la iglesia ortodoxa griega. En ella, el autor de Zorba el griego presenta a un Jesús en lucha con su propia humanidad, que intenta, por distintos medios, eludir su destino. Un Cristo tan humano que es capaz de tener un oficio vil (fabrica las cruces en las que los romanos ejecutan a los judíos), se confiesa débil y atormentado por el miedo, y frente a quien el personaje de Judas irradia dignidad y nobleza. Su última tentación es, simplemente, conocer la vida de un hombre común. La impactante película de Martin Scorsese, basada en la novela de Kazantzakis, también causó revuelo en el mundo católico por mostrar un Cristo demasiado humano, apegado al amor y a la vida.

Tildado de megalómano por la crítica, Norman Mailer narró en primera persona su Evangelio según el Hijo. Sin embargo, a pesar de su ateísmo y judaísmo, o quizás precisamente por eso, no se aparta en gran medida de la versión dogmática de la Iglesia. Por el contrario, el Premio Nobel José Saramago dibuja en El Evangelio según Jesucristo un Dios cruel, que trama fríamente el martirio de su hijo para aumentar su poder. El Jesús del escritor portugués es una víctima de los planes de Dios padre, quien negocia con el Diablo, hace alianzas con él para engañar a su hijo, y no oculta que su antagonista es un socio natural, que también será beneficiado por la extensión de su reinado a gran parte de la humanidad a la que, por cierto, desprecia. "Serás la cuchara que yo meteré en la humanidad para sacarla llena de hombres que creerán en el dios nuevo en el que me convertiré", dice Dios a Jesús, después de explicarle que el hombre es "palo para cualquier cuchara" ya que está "siempre dispuesto a obedecer".

El argentino Abelardo Castillo también se animó a bucear en los restos antiguos del catolicismo de su juventud y escribió El Evangelio según Van Hutten. En esta novela, Castillo polemiza con los evangelios canónicos y postula un evangelio oculto, revolucionario, "el manifiesto comunista de Dios", descubierto en 1947 en las excavaciones del Mar Muerto, por un arqueólogo que termina escondido en La Cumbrecita.

Revisionismo new age

Pero en este principio de siglo, el interés por la vida de Jesús llega renovado, desde una postura revisionista asociada a cierta espiritualidad new age y a la globalización de un mercado editorial que difunde y potencia las modas literarias. La hermandad de la Sábana Santa, Caballo de Troya, El complot de María Magdalena, El testamento del pescador, Jesús o el secreto mortal de los templarios, Magdalena, la diosa prohibida del cristianismo, son sólo algunos de los títulos recientes más exitosos .

En general, estas narraciones presentan un Jesús más humano, con María Magdalena como esposa o amante y una comunidad de discípulos en la que las mujeres tienen roles tan protagónicos como los de los hombres; se apoyan en mayor o menor medida en los evangelios apócrifos o gnósticos, y también en un rescate de las herejías y en una relectura de las leyendas medievales.

La sospecha de que hay una historia oculta, escamoteada por la religión oficial, parece alentar la abundancia de versiones que se presentan como tejidas con hebras de la verdadera historia, por fin develada. Esta literatura no viene a decir: Dios no existe. Ni mucho menos, como Saramago, Dios es cruel. Todo lo contrario: dice que existe, que es infinitamente bueno, pero la Iglesia, el poder, los discípulos que traicionaron sus enseñanzas, han disfrazado la historia y el mensaje verdadero de Cristo que resultó ser mucho más asimilable a nuestras concepciones contemporáneas sobre el amor, el rol de la mujer en la sociedad y la sexualidad.

"Creo que estos textos son un correlato en el ámbito de la divulgación de las investigaciones históricas de los últimos cincuenta años. Los descubrimientos de Qumrán (1947) y la publicación de sus documentos han contribuido a conocer mejor el judaísmo del tiempo de Jesús. También el conocimiento de la literatura apócrifa, de los targums y de los documentos de Nag Hammadi (1945). Muchos autores dan un gran valor a algunos apócrifos, como los evangelios de Pedro y de Tomás", explica el teólogo Ernesto Leguiza, para quien el desconocimiento del público y de la mayoría de los cristianos de esos documentos durante mucho tiempo, unida a "cierta desconfianza para con las instituciones religiosas tradicionales", es lo que origina la sospecha de ocultamiento, "que es aprovechada en el argumento de varias de estas novelas. Hay un desconocimiento generalizado sobre el cristianismo primitivo. Por eso todo texto que traiga una supuesta versión diferente a la sostenida habitualmente, despierta interés y resulta seductor", interpreta Leguiza.

El fenómeno del revisionismo ficcional de la religión parece comparable, en cierto sentido, al éxito de Felipe Pigna en nuestro país: hay un público no especializado que se sospecha estafado por el poder y la historia oficial y busca, por supuesto, ser reivindicado. Y allí está Pigna para derrumbar mitos que, sin embargo, para algunos historiadores, no son tales (ver la revista Ñ del 31 de diciembre). En ambos casos hay viejos temas que son narrados con nuevos géneros: Pigna cuenta la historia en clave periodística, en clave de denuncia, mientras que las ficciones sobre Jesús narran la religión en clave de thriller o de novela romántica.

"La literatura de masas es crecientemente el territorio en que se alían el consumo, la diversión y la formación de criterios éticos. En un contexto en que las grandes confesiones religiosas afrontan el dinamismo de una grey segmentada y tentada por el escape, la literatura con matices religiosos crea templos invisibles o íntimos parques de diversiones que compiten con las catedrales o allanan el camino a su llegada", opina el antropólogo Pablo Semán, quien llama la atención sobre otro fenómeno editorial asociado: el avance de los libros de espiritualidad. "Todavía está pendiente que alguien saque conclusiones del hecho de que las ferias del libro de distintos países albergan una legión considerable de sellos que editan, exitosamente, magia, religión, novelas esotéricas", agrega Semán.

El número de 2000 millones de cristianos en el mundo permite evaluar el "mercado" de potenciales lectores de toda literatura que toque alguna fibra de esa religiosidad, la interrogue, la cuestione, le saque el polvo o le agregue cuotas diversas de especulación y fantasía. El dato, divulgado en diciembre pasado por una encuesta de la Secretaría de Medios de la Nación, que junto a la constatación de que los argentinos leen poco y nada, agrega que el libro más citado por la gente es la Biblia, viene a confirmar la popularidad del tema en nuestro país. Ya lo había intuído Fernando Savater que arremetió, en 2005, con Los siete pecados capitales en versión contemporánea. Ya cosechó sus beneficios Dan Brown con El Código da Vinci que vendió más de 25 millones de ejemplares. Y bastante bien le está yendo a nuestro escritor de best sellers, Federico Andahazi, con La ciudad de los herejes, que con un protagonista igual a Cristo y una ayudita del Arzobispado que ya hizo oír su queja, lleva vendidos 30.000 ejemplares en tres meses (a Brown lo había "ayudado" nada menos que Ratzinger, el actual Papa Benedicto XVI, que llamó a los cristianos a no leer El Código da Vinci).

Jesús made in Argentina

La novela argentina La Elegida. Historia de la Hija de Jesús y María Magdalena, apuesta claramente a la fórmula que probó El Código da Vinci: combina elementos del thriller y de la novela histórica en una trama que tiene como acontecimiento principal el descubrimiento de un nuevo evangelio, escrito por Sara, la hija de Jesús y María Magdalena. Este, por supuesto, intenta ser silenciado por la Iglesia que persigue a su descubridor, un bibliotecario florentino, de la misma manera que antes persiguió y quemó en la hoguera a los monjes medievales que se interesaron en él. Aunque su autor, Omar Ramos, asegura que no leyó la novela de Dan Brown ("para no influenciarme"), sí cita entre sus fuentes a Los secretos del Código da Vinci.

"También leí los evangelios gnósticos, descubiertos en 1945, y la leyenda de Gregorio de Tours del siglo VI, que cuenta que María Magdalena estaba embarazada y partió hacia Alejandría, donde nació Sara. Con todo esto armé una novela e inventé el evangelio de la Hija de Jesús: este predica el verdadero cristianismo que no tiene que ver con las cruces sino que exalta el sexo y el erotismo", sintetiza Ramos, contento de haber podido pergeñar, por fin, una religión más acorde a sus deseos. Aunque postula la existencia de un nuevo evangelio, su contenido no se desarrolla mayormente ni resulta claro por qué la libertad sexual habría sido un tema prioritario en el siglo I. El esfuerzo parece concentrado en atar los cabos de la trama en la que los sucesos sobrenaturales y sorprendentes son admitidos como parte de una sucesión de revelaciones divinas: el protagonista tiene el privilegio de hacer el amor nada menos que con la descendiente de Cristo, indudablemente, Cristina, la que predica entre los mendigos con un espíritu evangélico que no excluye el ofrecimiento generoso de su propio cuerpo.

La Elegida alterna su narración en distintos espacios y épocas de la historia, y en este sentido responde a lo que parece ser otra demanda de los lectores de estos tiempos: la de la novela histórica. La literatura parece así aportar un beneficio adicional al lector al cumplir una función presuntamente didáctica: además de entretener ofrece un conocimiento sobre el pasado, da la impresión de acrecentar el capital cultural.

Con un argumento que presenta coincidencias numerosas, La ciudad de los herejes de Federico Andahazi, también publicada por Planeta, suma al tema de moda la popularidad que se ha ganado su autor. "Mis novelas se preguntan las mismas cosas que se pregunta la gente", afirma Andahazi, que de esta manera explica su éxito: El Anatomista, su primer best seller, lleva vendidos 3 millones de ejemplares en todo el mundo. En La ciudad de los herejes narra la historia de Aurelio y Christine, dos monjes del siglo XIV, que intentan apagar su pasión en conventos donde la lascivia no tiene límites. El espíritu monacal está descripto en la primera página del libro, donde ya se prometen emociones fuertes: "Los látigos tronando sobre las espaldas llagadas de los monjes (...), los gemidos que procedían del éxtasis místico y los otros, nacidos de las pasiones menos devotas, todos a un tiempo iban creciendo entre los muros del monasterio...".

"La sexualidad mueve al mundo y la religión lo detiene", afirma Andahazi, quien recurre a los textos místicos de las santas en sus pasajes eróticos y elabora extensas disquisiciones teológicas, por parte de su protagonista Christine, para avalar, con argumentos sagrados, la prédica del amor libre. La historia de los amantes se cruza con la del templario Geoffroy de Charny quien, para fraguar la falsa reliquia del Santo Sudario de Jesús, somete al monje Aurelio al calvario y la crucifixión.

Citando a Foucault, Andahazi afirma que en su obra "es una constante la inquietud por la forma en que se gesta el discurso del poder" y asegura que su intención fue "discutir con la propia Iglesia tomando como base los textos canónicos. Incluso con la Biblia en la mano uno gana la discusión", asegura. La tesis que desarrolla en su novela sostiene que los principios de sufrimiento y castidad tienen origen en el primer cristianismo que era una secta apocalíptica ya que consideraba inminente el fin del mundo: con esa perspectiva, ni la procreación ni las riquezas tenían sentido. Con una argumentación teológica más elaborada que en la novela de Ramos, Andahazi llega también a una proclama de libertad sexual que resulta, de todos modos, algo anacrónica, como la rebelión de frailes y monjas que crean una comunidad donde rige el amor libre, propia de los años sesenta.

En sus Apostillas a El nombre de la rosa, Umberto Eco explicaba que había elegido la Edad Media para situar la acción de su novela porque ésta era parte de su "imaginario cotidiano", de tanto que había frecuentado el tema en sus estudios filológicos. "El presente sólo lo conozco a través de la pantalla del televisor pero del Medioevo, en cambio, tengo un conocimiento directo", afirmaba Umberto Eco.

El italiano también sostenía que "para inventar libremente hay que ponerse límites" y, en narrativa, esos límites tienen que ver con el "mundo subyacente", con la construcción de un entorno "lo más amueblado posible", que resulte coherente en sí mismo. Son los límites de la verosimilitud: en el caso de muchas de estas ficciones contemporáneas hay situaciones que resultan inverosímiles, quizás porque ubican en el pasado conflictos contemporáneos, o porque faltan en ese mundo de ficción suficientes "muebles" de ese pasado aludido.

Otro argentino, Martín Mazora, encaró también el mismo tema en María Magdalena condenada, publicada por la editorial Simurg. En una apuesta más filosófica que sus compatriotas, Mazora narra su propio evangelio: el Jesús que predica la religión del amor y cuestiona la dureza de la ley mosaica, muere en la cruz. La frialdad y la distancia del Cristo resucitado, la dureza de su mensaje, contrapuesto a la prédica anterior del Jesús vivo, subleva a María Magdalena que lo considera un impostor y, de amante y seguidora fiel pasa a ser una anarquista vengativa que asesina a Judas y se une a los zelotes rebeldes que buscan la libertad de los judíos del yugo romano. "Ahora hacen milagros y proezas, curan enfermos, desatan la lengua de los mudos... pero no por amor a ellos sino para exhibir el enorme poder que detentan", les reprocha Magdalena a los discípulos. "¿Difundirán las memorias o esparcirán las mentiras?", los increpa.

Con un intertexto que es más bíblico que contemporáneo —las citas de El Cantar de los Cantares se encuentran cómodas dentro del estilo de Mazora—, aquí no hay intriga ni tempos a lo Dan Brown. Se trata de una novela que narra y argumenta desde una perspectiva humanista y desde el interior mismo de la tradición católica, por más que tilde a Cristo de hereje y muestre a la santa acuchillando gentiles.

Más afín a las tradiciones todavía, el uruguayo Tomás de Mattos es profeta en su tierra: lleva vendidos unos 8.000 ejemplares de La Puerta de la Misericordia. "Mantuve numerosos contactos con lectores de todo el Uruguay y he comprobado que la novela ha interesado tanto a los cristianos confesos y militantes como a los ''ateos anónimos'' y a los ''cristianos anónimos'', o sea, los que dicen y creen seguir a Jesús pero en los hechos no practican sus exigencias éticas y los que dicen y creen no seguirlo, pero de hecho cumplen cabalmente todas los cometidos de buena voluntad y, sin saberlo, convergen en el insólito Reino que él, en vida, proclamó", afirma De Mattos, que en su novela pone cuerpo y alma al Jesús de los Evangelios pero no contradice los dogmas establecidos.

Los Cristos del otro lado del mar

Es difícil saber si en este revival literario la figura principal es Jesús o María Magdalena. Además de haber sido reivindicada por la Iglesia —que finalmente limpió su imagen y aclaró que no era ella la prostituta mencionada en los evangelios—, su participación en la historia de Jesús es considerada cada vez más relevante. El hecho de que ella estuviera presente en la Cruz y fuera la primera en ver el sepulcro vacío y la primera a la que se apareció Jesús resucitado es prueba, sostienen, de su protagonismo. Esto también desencadena ficciones diversas.

Así como Mazora postula que, para Magdalena, Jesús murió en al cruz y el resucitado es un impostor, el francés Gerald Messadié articula, en El complot de María Magdalena, una ficción entre religiosa y política en la que la amante de Jesús trama una conspiración y logra salvarlo de la muerte sobornando a los soldados que cuidan su tumba. Esta novela narra el argumento religioso en un marco histórico donde sacerdotes, zelotes, profetas y apóstoles se enfrentan entre ellos. En el epílogo, Messadié muestra los puntos oscuros del evangelio que le permiten elucubrar, con cierta verosimilitud, esta ficción.

Por su parte, la periodista española Julia Navarro, en La hermandad de la Sábana Santa, se interna en una trama que viaja por el siglo I y el Medioevo, donde Jesús es apenas un personaje secundario en una intriga policial que se interna en el tema de la autenticidad del Santo Sudario, también tratado por Andahazi. César Vidal ganó el Premio Espiritualidad de la editorial española Martínez Roca, en 2004, con El testamento del pescador, que fue best seller en su género. Y Roger Caratini, después de acometer las biografías de Mahoma y Alejandro Magno, emprendió ahora la de Jesús, en escuetas 700 páginas. Ensayos diversos, como Jesús o el secreto mortal de los templarios de Robert Ambelain, Los hijos secretos del Grial de M. Hopkins y G. Simmans, Los cátaros, la herejía perfecta de Stephen O''Shea o Magdalena, la diosa prohibida del cristianismo de Lynn Picknett, dan cuenta con mayor o menor rigor de la avidez por revisar los fundamentos de la religión.

Un párrafo aparte merece el periodista español J.J. Benítez que ha hecho de Jesús un best seller en su tierra. "Si se decide a leer Nahum, sus certezas religiosas saltarán por los aires, afortunadamente. Nada de lo que se considera oficial y ortodoxo guarda relación con lo escrito en Caballo de Troya". Con estas palabras, la editorial Planeta invita a los lectores a internarse en el séptimo libro de la saga, que es el número 50 de las creaciones del escritor que ha vendido hasta el momento nada menos que 6 millones de libros.

Despreocupado de las anacronías, Benítez narra las andanzas del nazareno desde la voz de dos pilotos de la fuerza aérea norteamericana que viajan en el tiempo a la Palestina del año 30. Allí son testigos de prodigios, como la resurrección, que desconciertan pero convencen a su espíritu "científico" y dan fe de la verdadera historia. "Los evangelios no contaron toda la verdad. Los hechos fueron tergiversados, censurados, mutilados, obedeciendo a determinados intereses", advierte el narrador. "Caballo de Troya desmitifica y coloca en su justo lugar a protagonistas como María, la madre del galileo, a Poncio y a los discípulos. Ninguno de los íntimos entendió al Maestro y mucho menos su familia", asegura.

No lo entendieron sus íntimos aunque sí, por supuesto, Benítez, y el lector. "Muchas de estas novelas se han convertido en best seller, porque, como seguramente suponían, tocan inquietudes e incomodidades con lo religioso institucional que son propias de nuestro tiempo. Ya no se acepta el credo cristiano basándose simplemente en la autoridad ajena", afirma Leguiza para quien lo que está en cuestión es la institución, pero no lo religioso en sí.

Podría decirse que muchas de estas novelas encuentran eco en un espíritu de época que pretende creer "sin querer queriendo", algo así como descreer creyendo. O creer leyendo.

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Publicado en "El Clarín" de Argentina el 21-01-06. La web de acceso es http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2006/01/21/u-01127076.htm. La imagen es de la misma fuente.

sábado, 7 de enero de 2006

Un juez decidirá si existió Jesús (*)

Parece que por fin alguien va a poner los puntos sobre las íes en temas de fe. Un ateo septuagenario italiano, harto de discutir sobre las bases de la Iglesia católica, ha decidido llevar el caso a los tribunales en los siguientes términos: la Iglesia, por decir que Jesús de Nazaret existió, está cometiendo dos delitos contra la ley italiana. Primero, abuso de la credulidad popular, y después, suplantación de personalidad (sostituzione, en italiano). El caso enfrenta a dos viejos conocidos que eran del mismo pueblo e incluso de jóvenes asistieron al mismo seminario. Enrico Righi se hizo sacerdote y es el acusado, como miembro de la jerarquía católica. El demandante, Luigi Cascioli, se hizo ateo. Tras años de batallas legales, ha conseguido que su caso sea escuchado a finales de este mes. "Empecé con esta demanda porque quiero dar el golpe definitivo a la Iglesia, promotora del oscurantismo y la regresión", dijo Cascioli. "La Iglesia construyó a Jesús basándose en la personalidad de Juan de Gamala [un judío del siglo I que luchó contra los romanos]", afirma. "En mi libro, La fábula de Cristo, presento pruebas de que Jesús no existió como figura histórica. Él [Righi] debe ahora refutarlo aportando pruebas de la existencia de Jesús", dice Cascioli. Un juzgado de Viterbo escuchará el próximo día 27 la versión de Righi, que aún no ha sido acusado de nada, antes de decidir si prospera la iniciativa legal. "Me ha demandado por engañar a la gente porque soy sacerdote y escribo en el periódico parroquial", dice Righi, quien no tiene problema en responder en serio a la acusación y decir que hay muchas pruebas de la existencia de Jesús, incluyendo textos históricos. "El juez debe decidir si Jesús existió o no", añade. El propio Cascioli admite que no lo tiene fácil en el juicio. "Haría falta un milagro para que ganara", bromea.

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Reuters, Roma. Citado en "El País" de España el 07-01-05.

domingo, 1 de enero de 2006

¿HAY MOTIVOS PARA UN FELIZ AÑO NUEVO?

El año anterior puede pasar si queremos en segundos por nuestra cabeza llegando raudamente a la conclusión de que, dependiendo de cómo vivimos, fue un tiempo productivo y de avance o que simplemente mejor hubiera sido dormir el 31 de Diciembre del 2004 y despertar hoy, sin memoria del 2005 que se acaba evaporando junto con los humos que lanza la cocina trabajadora de horas extras que se esfuerza en hacer una cena en su punto. El olor a pólvora y la ferocidad con que se queman los muñecos en las calles siempre me hizo pensar que a todos les iba mal, que querían carbonizar los recuerdos y vivencias importantes, y las más insignificantes, las que no cabían en el monigote, meterlas en una botella junto con un par de ratablancas para que exploten y, por si acaso, los vidrios esquirlados se encarguen de deshacer lo olvidado por el explosivo.

Sin embargo, hay los que la hacen linda en algun punto de diversión. Allí no hay cohetones ni violencia, hay fiesta, celebración, júbilo. Se celebra el fin de año pero igualmente la llegada del nuevo, y hay mucho por agradecer, por esperar y por sentir. La misma pasión con la que reventamos un pirotecnico la ponemos e el jolgorio. ¿Tienen sentidos los extremos?

Este año ya tengo trabajo fijo, comencé a estudiar una maestría y tuve mi primer sobrino, lo que vale por muchos buenos sucesos. Este año perdí una amistad, caí derrotado una y otra vez en eso del "no hacer el bien que quiero pero sí el mal que no quiero" y a mi hermano le detectaron leucemia, lo que vale por muchos malos sucesos, quizá la tristeza que causa es mayor que la alegría de la vida nueva. ¿Saldo negativo? No lo sé. ¿Cómo decirle a él feliz año cuando lo que le espera es un duro tratamiento que postergará mucho de sus planes y que le hará pasar monótonas temporadas en el hospital? ¿De que sirve el fuego del olvido si el mal no se va, si no perece sino que permanece? ¿Hay motivos para decir feliz año?

Se murió el Juan Pablo II y entro Ratzinger; vino Katrina, Rita, la gripe Aviar y Bush no se ha ido de Irak -mi hermano mayor de parte de padre es mercenario allá-. Atentaron contra Londres, Fujimori se fue a Santiago, firmaron el TLC. ¿Feliz Año, finalmente?

Sí, siempre puede hay motivo, porque aunque todo haya ido mal (y esa es una falacia, porque TODO no puede ser así) tenemos esperanza, porque siempre hay algo que se puede hacer y hay un Dios que no nos desampara, que nos observa y puede tendernos la mano, claro está, si nosotros queremos.

La pregunta es: ¿queremos realmente?