domingo, 24 de agosto de 2008

¡Todo bien!

Quizá alguno de ustedes ha notado que no posteo tan seguido desde hace algún tiempo. Trabajo abundante (casi siempre es eso, ¿no?) junto con otras cosas personales se me han ido acumulando y haciendo que mi ritmo de escritura pare, se adormile, haciéndose necesariamente más lento. Es inevitable a veces, a pesar de las cosas que uno tiene en la cabeza.

En mi último post pedí una oración por mi hijo Daniel, al que finalmente le detectaron neumonía, tal vez causada por el aire acondicionado que la gran mayoría de las casas usan en los Estados Unidos en el verano (en contraste de Lima, donde son muy pocas las que lo tienen). Mucha gente -mediante comentarios aquí en el blog, correos electrónicos y hasta en Facebook- se comunicó conmigo y me brindó su apoyo, comprometiéndose a orar por mi bebé, aunque algunos ofrecieron mucho más que eso. Estos gestos fueron muy especiales para mi, y se los agradezco de verdad.

A Dios gracias la cosa no fue tan grave, y con la medicación que el médico general le dio fue suficiente para que se recupere de manera total. Ya he viajado y en este momento estoy con él y mi esposa en Illinois-USA, donde estaremos hasta inicios de septiembre.

Nuevamente, gracias a todos por sus oraciones y su interés. ¡Dios los bendiga!

martes, 29 de julio de 2008

Un pedido de oración

Hola a todos.

Hace poco más de dos semanas, mi esposa y mi bebé han viajado a los Estados Unidos a visitar a la familia de ella, específicamente a Illinois. Daniel, mi hijo, tiene ocho meses y es un bebé grande y lindo. El problema es que por primera vez ha enfermado allá. Somos padres primerizos, y quizá no sea algo tan serio el malestar que tiene, pero a mi esposa la fiebre, tos, congestión, respiración por la boca, los vómitos y el hecho de que Daniel no esté comiendo bien la ponen muy nerviosa, y a mi me desespera estar a miles de kilómetros sin poner hacer nada (iré recién en tres semanas). Algo que complica es el tema de los gastos médicos: tenemos un buen seguro aquí en Perú, pero no es internacional, y en Estados Unidos los médicos cobran carísimo. Y más los especialistas, como los pediatras. Como podrán suponer también, este sería un gasto no previsto.

Ruego sus oraciones, por favor. Se las agradezco enormemente de antemano.

Saludos a todos.


Abel.

viernes, 25 de julio de 2008

Integralidad


Les presento la cuarta edición de la revista digital Integralidad, que trabajamos desde el Centro de Misiología Andino-Amazónica (CEMAA) en Lima (Perú). Sus comentarios serán bienvenidos. Para acceder a ella sólo tienen que hacerle click a la imagen de arriba.

Saludos,

domingo, 29 de junio de 2008

¡Salud! con Calvino


Cuenta la historia que Calvino tomaba con regularidad vino pero que en un momento de su vida se lo prohibieron por motivos de salud. Es aquí donde cambia a la cerveza -con menor contenido de alcohol que el fruto de la vid- hasta el punto de tener su propia receta. No sé si de aquí viene esta cerveza artesanal "Calvinus" de Ginebra ni sé si el relato precedente es real, pero ¿se imaginan si comercializaran esta cerveza en Latinoamérica? ¿Todas las voces de escándalo que clamarían por el cuasi-sacrilegio?



(*) La fuente de la imagen es:
http://farm3.static.flickr.com/2218/1734111542_18a692cbf1_m.jpg

lunes, 16 de junio de 2008

Plancha quemada

Una pequeña introducción

Aquí en el Perú, cuando somos niños, solemos jugar un juego llamado “las escondidas” que, por lo que sé, tiene nombres diversos en cada país de Latinoamérica. Uno de los niños, al que llamaré el buscador (olvidé el nombre) cierra los ojos, de frente contra una pared, y cuenta hasta 20, 50 o lo que se haya predeterminado. Luego, tiene que buscar a todos los demás. Si encuentra, por ejemplo, a Daniel grita:

¡Ampay Daniel!

Y va corriendo al lugar donde hizo el conteo, tocándolo para que el ampay sea válido. Y así sucesivamente con los otros. El primero en ser encontrado es el perdedor, mereciendo el castigo de hacer el próximo conteo, y cada uno tiene la oportunidad de salvarse si toca la pared antes de la persona buscadora gritando:

¡Ampay me salvo!

Y ya, está salvado. El último en ser encontrado tiene un poder especial: puede salvar a todos si llega primero a la pared de conteo, y el buscador deberá repetir todo de nuevo encontrando a los demás.

¡Ampay me salvo y con todos mis compañeros!

Hay otra particularidad. El buscador puede ver a alguien y correr a la pared de conteo:

¡Ampay Daniel!

Y no era Daniel, era Christian. Entonces Christian salía corriendo gritando:

¡Plancha quemada! ― Porque el buscador creía que era uno, pero era en realidad otro. En algunas versiones del juego allí terminaba todo para reiniciar otra vez. En otras, en cambio, simplemente se salvaba el beneficiado por la plancha quemada.

La torre de Babel

Ahora sí voy al punto. Para mí, prender la principal radio evangélica de Lima ―Radio del Pacífico― para escucharla es un desafío para la ecuanimidad. Con el fin de aglutinar a la mayor cantidad de tendencias, la anterior administración de la emisora decidió que temprano en la mañana oigas el programa de un presbiteriano, reemplazado por un locutor de un ministerio carismático que habla del espíritu del resfrío; luego predica un pastor bautista, e inmediatamente escuchas a Cash Luna, Luis Palau o alguno de su tipo hablando de un tema del tipo Dios te ama, perdonando al vecino o las cinco maneras de ser un vencedor; de inmediato un grupo de hermanos nos entrega una secuencia de oración para liberar a Lima del control de su espíritu territorial; otros nos ofrecen la franquicia del G12 de Castellanos o venden el modelo de iglesia con propósito y así sucesivamente. Es, en cierto sentido, la torre de Babel, donde se hablan todos los idiomas teológicos.

Con frecuencia se escuchan verdaderas rarezas como seminarios (¿?) que ofrecen doctorados en menos de un año junto a prédicas que sorprenden no por su llegada sino por su contenido de cartón reciclado que de sólo escucharlas uno siente vergüenza ajena. ¿Cómo este individuo puede decir esa tontería en una radio que es escuchada por una proporción no tan pequeña de la comunidad evangélica? ¿Cómo puede opinar tal cosa digna de un actor cómico? ¿Y la censura? ¿Cómo afirmar con con tanta seguridad tal otra cosa? La sensación es igual o peor que la que tienes al leer los comentarios de un foro “cristiano”: la gente aquí tiene un tornillo suelto o ni siquiera tiene tornillos. Parecería que no tienen nada.

Hay problemas demasiado serios. Terriblemente severos.

Y no hablamos de hermanos recién convertidos, sino del pastorado militante que dirige a la ovejuna masa evangélica de nuestra América Latina. Por estos días hay un escenario extraño en el pastorado porque una parte ha ascendido convirtiéndose en apostolado, rechazando toda sumisión a otros. Algunos dirigen con mano de hierro y autocracia absoluta sus iglesias locales. Otros, sutilmente, reemplazaron las normas denominacionales de tradición democrática por leyes que les dan todo el control en su parcela local. Algunos desean pleitesía y fama mientras toleran algunos pecados de sus miembros más importantes. Otros pierden el control por una falda, el dinero, el reconocimiento, la envidia corrosiva, la necesidad de una iglesia grande y exitosa, el viajar por muchos países, el tener muchos cargos de bonitas siglas para que se sientan un poco más importantes (1). Algunos están engullidos por un orgullo enfermante. Otros, por vicios ocultos que jamás serán capaces de admitir pero que son evidentes al tan solo escucharlos aunque por supuesto predican santidad y corrección desde el púlpito o sus clases. El común denominador es que todos nunca han resuelto sus problemas emocionales.

Psicólogo ¡urgente!

¿Pastores con problemas emocionales? ¿No es que en Cristo somos nuevas criaturas y las cosas viejas son dejadas atrás? ¿No es que a los ungidos del Señor no se les puede tocar?

Una vez escuché que el alma de un niño es como un piso de cemento fresco, totalmente moldeable. Una paloma se posa en él, y deja su huella. En cambio, un adulto suele ser como el cemento seco de una vereda o una cancha de fulbito. Viene un elefante dejando sus pisotones pero nada pasa. Sin embargo, allí está la vieja huella de la paloma, que no se borra.

Suele suceder que pocos, con seriedad, ayudan a los cristianos con problemas emocionales serios a solucionar sus conflictos porque se espera que el Espíritu Santo corrija todos los problemas del creyente. Es obvio que esto no es así (ya escucho las vocecitas que dicen que no tengo fe, que soy un liberal, que blablabla) pero más aún, los líderes a veces no están capacitados para eso. Además, la conversión suele cubrir temporalmente las huellas de los problemas emocionales que resurgen cuando el primer amor se acaba, cuando la emoción de las primeras palabras de la conversión se evapora. Y allí el cristiano se transforma. O vuelve a ser el de siempre, cubierto de huellas de palomas.

Una realidad que se debe reconocer es que el pastorado puede llegar a atosigar con una presión enfermante. Por ejemplo, lo políticamente correcto se vuelve variable importante y te ves obligado a portarte de cierta manera diciendo las cosas de una forma determinada para no ser marginado por el gremio o la congregación. La gente te observa permanentemente: como miras, como te suenas la nariz, la ropa con la que te vistes, tu sonrisa, tu tono de voz. Eres permanentemente evaluado. Y la presión que se genera es enorme, un poco como una estrella famosa, y por supuesto existe el riesgo de colapso a lo Britney.

Otro riesgo gigante es el orgullo, el viejo serás como Dios del jardín del Edén que es un lastre de nuestros políticos y los pastores. Por el orgullo se han creado denominaciones enteras que olvidaron la misión de Dios por construir su propio feudo de religiosidad, conviertiéndose en nuestros fariseos modernos. En nuestra Latinoamérica abundan por montones, aunque gracias a Dios también tenemos muchos de los buenos, que de verdad viven el sacrificio del ministerio y se entregan completamente a la tarea de ser obreros de la grey de nuestro Señor Jesucristo.

La ecuación es peligrosa:
Problema emocional +
Conversión +
Poca ayuda efectiva +
Llamado al ministerio +
Grandes presiones del pastorado (atosigamiento) +
Grandes presiones del pastorado (orgullo)

= BOMBA DE TIEMPO (de estas tememos miles de miles)

Imaginen entonces, la siguente secuencia:

X es una persona con problemas emocionales muy serios que un día se convierte a la fe de Jesucristo. Se consagra completamente dejando de lado los problemas y parece mejorar pero sin que nadie lo ayude con efectividad a una real solución de sus conflictos. Tiempo después, siente un “llamado” y se mete al Seminario convirtiéndose en el centro de atención de su iglesia, en un creyente de otra categoría (¡es un seminarista, por favor!). Los problemas emocionales continúan pero están cubiertos. Luego, X se gradúa y se va a trabajar a una iglesia, donde los hermanos lo tienen en buena estima y la amenaza del orgullo se multiplica por 1000. X sucumbe, se vuelve controlador, personalista, nadie lo puede corregir porque se siente más cerca de Dios, porque sabe más, es más inteligente (según él mismo) y así sucesivamente… aquí los viejos problemas emocionales han mutado hasta convertirse en un monstruo incontrolable. Pasan los años y X se cree todavía más santo hasta que explota por completo. Si es casado, se fuga con su secretaria o con el vigilante de la iglesia. Si es soltero, es descubierto en su adicción a la pornografía, su enervante envidia a los casados o acaba acosando sexualmente a una adolescente. ¿Pura ficción lo que digo? Les aseguro que ha pasado con exagerada frecuencia.

Prolegómenos

¿Y dónde comenzó todo? En el viejo problema emocional irresoluto, que se ignoró por completo, ese que nunca se quiso admitir. ¿Es que todos los pastores latinoamericanos son así? No, jamás dije eso. Conozco excelentes pastores que fielmente sirven a su grey sin tratar de alimentarse de la carne de las ovejas. Pero tras escuchar Radio del Pacífico y leer los foros cristianos, leer un poco y andar un tanto por allí es evidente que… hay serios problemas en el liderazo evangélico. Las perspectivas son oscuras a pesar de las promesas de avivamiento o de la campaña de consagración del país de Franklin Graham o Marcos Witt.

Plancha quemada, entonces. La gente suele creer que el pastor es perfecto, santo, casi sagrado, y muchas veces el pastor también lo cree así, pero luego saca las garras y se manifiesta realmente tal como es: una persona completamente humana, llena de conflictos como cualquiera, pero que puede seguir los pasos de los dictadores autoritarios que copan todo el poder, o cometer un pecado grosero. Plancha quemada, porque muchas veces se creen lo que no son. Plancha quemada, porque la iglesia necesita otro tipo de liderazgo (aunque estén jubilosos de su pastor-sacerdote-caudillo). Plancha quemada, pero jamás lo querrán admitirlo. Y si lo aceptan, no se hace nada.
Referencias
(1) Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos, de Los Prisioneros.
(2) La fuente de la foto es www.electromanuales.org

miércoles, 4 de junio de 2008

EXHUMACIÓN DE FOSA REVELA HORROR DE MASACRE EN 1984

Por HUGO NED - PUTIS, Perú

Un pequeño cráneo de un niño de unos tres años descansa en el fondo de una fosa como dramática evidencia del horror de una matanza de más de un centenar de campesinos a manos de militares en 1984, en una zona que fue asolada por enfrentamientos entre el ejército y los subversivos de Sendero Luminoso.

La fosa abierta, ubicada en la localidad de Putis, a 3.500 metros de altura en el departamento de Ayacucho, guardó por casi 24 años los restos de 60 personas, entre hombres, mujeres y niños muy pequeños, que fueron ultimados a balazos por soldados del ejército por considerarlos colaboradores de Sendero Luminoso.

"Lastimosamente, hemos podido comprobar que hay muchos niños, de un año, niños en proceso de formación. Lo más doloroso es encontrar tantos niños en una sola fosa y victimados con armas de fuego", dijo a la AP la fiscal Cristina Olazábal, titular de la 2da. Fiscalía Provincial de Ayacucho, que hacía esfuerzos por no llorar.

La fiscalía investiga la matanza con apoyo de un equipo de antropólogos forenses que exhumaron los 60 restos en una penosa tarea de 15 días, en un improvisado campamento y expuestos a las bajas temperaturas de la zona, a 320 kilómetros al sudeste de Lima."Se han encontrado muchísimos niños... Hay familias enteras dentro de la fosa", dijo con visible consternación José Pablo Baraybar, jefe forense. Setenta casquillos de bala fueron hallados también en la fosa.

La fiscalía dispuso la exhumación luego que los familiares de las víctimas, apoyados legalmente por la organización no gubernamental Asociación Paz y Esperanza, iniciaran este año una campaña para abrir una investigación de la masacre. Según la Asociación Paz y Esperanza, que brinda asesoría legal a los familiares de las víctimas, la fosa excavada sería la más grande alguna vez hallada en el país.

Pero en Putis aún quedan otras cuatro fosas de menores dimensiones por desenterrar. La matanza de Putis aparece en el informe que elaboró la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) en 2003, que detalla que en diciembre de 1984, 123 campesinos de esa comunidad y de otros caseríos cercanos fueron asesinados por militares tras ser reunidos y obligados a cavar con engaños su propia fosa.

Los campesinos de Putis y poblados aledaños habían huido a las partes altas de los cerros, escapando de los ataques subversivos, pero los militares de la base contrasubversiva de Putis los convencieron de mudarse nuevamente al pueblo, prometiéndoles que los protegerían. Muchos de ellos volvieron y los militares los obligaron a cavar una fosa, luego de decirles que iban a construir una piscina para criar truchas.

Pero una vez terminada la fosa, los soldados reunieron a todos los campesinos alrededor de ella, junto con sus mujeres y sus niños, y dispararon a matar. Según la CVR, los militares creían que los campesinos colaboraban con Sendero Luminoso, pero detrás de su acción también hubo un interés por apoderarse de su ganado y pertenencias.

Marina Quispe, una campesina de unos 50 años, observa la exhumación y llora mientras habla en quechua sobre la única hija que tenía y que perdió en la matanza. "Los militares nos buscaban, por eso nos escapábamos a los montes para dormir tranquilos. Mi hija vino con su abuela, su tío y su tía a la base de Putis. Aquí la mataron", cuenta la mujer, cuyo esposo había muerto antes, asesinado por Sendero Luminoso. Los militares "se han llevado los animales, nos hemos quedado sin casa, sin nada", agregó. Quispe y otros 11 familiares de las víctimas presenciaron las labores de exhumación para colaborar con la identificación de los restos. Aunque la CVR señaló 123 asesinados en Putis, los familiares afirman que el número es mucho mayor.

Germán Fernández Mendoza, presidente de la comunidad campesina de Putis, sostuvo que fueron asesinados 430 pobladores procedentes de Putis y de otros ocho caseríos. Ayacucho, que paradójicamente significa en quechua "rincón de los muertos", fue el foco del accionar de Sendero Luminoso en la década de los ochenta, y escenario de cruentas matanzas perpetradas por los insurgentes y por las fuerzas armadas, donde las víctimas eran las inermes poblaciones campesinas. Según el informe de la CVR, Ayacucho concentró el 40% de las muertes ocurridas por la violencia política, que dejó un saldo de casi 70.000 muertos y desaparecidos entre 1980 y 2000.
Evangélicos exigen disculpas públicas por matanza en Putis (*)

Al concluir la exhumación realizada por el Ministerio Público y el Equipo Peruano de Antropología Forense, de una de cinco fosas existentes en el lugar, se ha podido conocer que la mayor parte de las personas asesinadas y enterradas eran mujeres y niños. La identificación de cráneos de bebés de uno y hasta dos años de edad que aparecían cubiertos, hace suponer que habrían muerto en brazos de sus madres las cuales cubrieron sus rostros, quizás para evitar que sus pequeños contemplen el horror de ese momento.

Al respecto, Víctor Arroyo, director del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), refirió que el descubrimiento del asesinato masivo en Putis nos coloca frente a un hecho indignante, que además de investigarse debería merecer que el Ejército Peruano ofrezca disculpas públicas a los familiares de las víctimas, pues resulta evidente que fueron los militares quienes perpetraron tan abominable crimen.

“Somos absolutamente respetuosos de las autoridades e instituciones del Estado, pero no se justifica su silencio frente al dolor de cientos de nuestros hermanos y compatriotas. La reconciliación nacional no se logrará callando ni ocultando el horror, un primer paso es, debe ser en hechos como los de Putis, pedir perdón”, indicó.

Por su parte, Alfonso Wieland, director nacional de la Asociación Paz y Esperanza, institución vinculada a la comunidad evangélica que asiste legal y psicológicamente a los familiares de las víctimas, señaló que por la salud del Ejército Peruano se debe reconocer que la matanza en Putis en la que se asesinó a más de 123 personas, no fue un accidente o un simple exceso.

“Que los militares pidan perdón no menoscaba su dignidad, al contrario, la enaltecería, y sería una evidencia clara de que nuestras instituciones armadas diferencian el heroico servicio prestado por muchos de sus miembros con el crimen y la vileza con que otros actuaron. Un gesto así es justo y necesario”, acotó.

(*) Desde aquí hasta el final se extrae de http://www.alcnoticias.org/interior.php?codigo_lang=11590_687

sábado, 31 de mayo de 2008

Esas cosas que uno a veces no entiende (X)

Juan Rebelde ha sido citado por el Cuerpo Pastoral de su iglesia: Reverendo Anás (pastor titular), Pepe Caifás (pastor asistente), la hermana Jezabel (esposa del pastor Anás ), la obrera Safira (encargada del ministerio de niños) y el hermano Jorge Iscariote (a cargo del área de finanzas de la iglesia).


Pastor Anás: Juancito, hermano, ¿sabes por qué te hemos llamado?

Juan Rebelde: Pastor, no tengo idea.

Pastor Caifás: Juan, ¿estás seguro?

Juan Rebelde: La verdad no sé. Supongo que es algo serio porque me han llamado ante el Cuerpo Pastoral por primera vez. Pero ¿por qué?

Jezabel: Juancito, yo te conozco casi desde que eras un bebé, conozco muy bien a tu madre, una mujer entregada completamente al Señor y.... (sollozos)... no puedo entender esto que está pasando.

Juan Rebelde: Jezabel, es que la verdad no entiendo. Enseño en la academia bíblica sin faltar ni llegar tarde a ninguna clase y eso le consta al pastor Anás. Dirijo la célula de jóvenes y los cultos de los sábados sin falta y eso puede certificarlo el pastor Caifás. He ido a un par de campamentos de niños para ayudar y usted, hermana Safira, estaba allí. Estoy involucrado en mis ministerios de la iglesia con compromiso, renuncié a otras propuestas del seminario y la universidad por sugerencia del pastor Anás, no he tenido relaciones sexuales con mi enamorada, no he sido grosero con mis padres, vivo lo mejor posible. Por ello no entiendo nada de nada. Quizá sea por mis diezmos... hermano Iscariote, ¿me ha traído aquí por no pagar mis diezmos?

Jorge Iscariote: No Juan, no traemos a la gente al Cuerpo Pastoral por no pagar los diezmos.

Pastor Anás: Te explicaré Juan... ¿Has oído hablar de esa especie de célula que se reúne en diferentes casas con gente de muchas iglesias, gente rebelde y pedante, gente con poco espíritu de sumisión cristiana?

Juan Rebelde: ¿Se refiere al grupo que dirigen Juan y Santiago?

Pastor Caifás: Sí, ese grupito dirigido por esos dos ex-miembros de la iglesia.

Juan Rebelde: Por supuesto que conozco el grupo. Lo he visitado algunas veces. Como treinta personas, más o menos, no es poca cosa.

Pastor Anás: Alguien nos informó que más que visitarlo, has estado a cargo de él.

Juan Rebelde: Sí, he dirigido el grupo por un mes, ya que Juan y Santiago se fueron de vacaciones fuera del país, y me pidieron por favor si me podía hacer cargo, y yo acepté.

Pastor Anás: ¡Así nomás! ¿Sin consultarnos?

Juan Rebelde: ¿Y qué hubieran dicho?

Pastor Caifás: ¡Que no, por supuesto! ¡Esos cristianoides son de mala influencia!

Juan Rebelde: Y allí es donde discrepo. Usted habla por su resentimiento, por sus complejos y por su limitada forma de ver la misión de Dios en la tierra. No habla por el espíritu, sino por la carne.

Pastor Caifás: ¡Mis... mis... mis complejos! ¡Cómo te atreves, insolente!

Juan Rebelde: ¿Acaso miento? Mire pastor, la Palabra debe ser predicada en todo lugar, en todo tiempo y en toda oportunidad. Este grupo estaba necesitado, me lo pidieron y por supuesto acepté. ¿Descuidé mis ministerios aquí? No. ¿Mis clases en el seminario y la universidad? No. He hecho todo sin problemas y feliz, ¡porque pude enseñar de Dios! ¡Pude ser parte de la obra de Dios en la tierra! ¡Es lo mejor!

Pastor Anás: Ya eres parte de la misión aquí, Juan.

Juan Rebelde: ¿Y eso debe limitarme? Pastor, si conoce de una familia que necesita comida, ¿no le llevaría algo? Claro que sí. Si sabe de un grupo de cristianos que necesita de la enseñanza de la Biblia, ¿no iría? Por supuesto, y es lo que he hecho.

Obrera Safira: Juan, la denominación tiene estatutos y normas que por el solo hecho de tu membresía debes respetar. Y allí verás que no es posible participar en ningún otro ministerio de otra iglesia sin la autorización del pastor. Y verás que si es algo con otra denominación, es más estricto, porque no se puede participar de ninguna manera. Y en este caso... ni siquiera es denominación. ¿Los podemos llamar iglesia? ¿los podemos llamar cristianos?

Juan Rebelde: Bueno, veo que esos estatutos son del tiempo del Ku Klux Klan. ¡No nos sirven! ¿No se dan cuenta que limitan la acción del Espíritu Santo? ¿Están ciegos acaso? ¡No puedo creerlo! Yo los hacía con un mayor discernimiento espiritual.

Pastor Anás: Juan, veo que eres impetuoso por tu juventud, y esos es bueno. Pero hay que respetar las tradiciones que nos dan la identidad. Los estatutos son importantes, lo mismo que el consejo de personas con más años y experiencia. Por ello, no me queda más que prohibirte expresamente ir nuevamente a ese grupo. La necesidad es enorme en nuestra iglesia. ¿Te sobre tiempo? Caifás, por favor, encuentra un lugar en donde Juan puede ayudar.

Juan Rebelde: Pastor Anás, lo siento mucho. Me veo en la necesidad de desacatar su prohibición. Para mí es antibíblica. Y peor aún, va en contra de la Iglesia de Jesucristo.

Pastor Anás: Pero... pero... ¿Me estás contradiciendo? (desconcierto en el Reverendo que no está acostumbrado a que lo refuten). Serás puesto en disciplina por afirmar algo como eso.

Juan Rebelde: Pues no me interesa su disciplina basada en criterios poco espirituales, en su ceguera por sus tradiciones, o en los complejos de Caifás, o en la manipulación vía lágrimas de Jezabel o en el legalismo letrista de Safira. Les soy honesto: el espíritu de Dios trasciende todas nuestras taras humanas, rompe nuestros paradigmas, cura nuestras heridas más profundas, y nos dirige hacia la dirección adecuada. ¿No serás, más bien, ese un mensaje de Dios para ustedes?

Pastor Anás: No sabes lo que hablas. Caifás tiene razón: tu orgullo a veces te obnubila.

Juan Rebelde: ¿Mi orgullo? ¿No se dan cuenta? Están como los fariseos en el sanedrín que mataron al Señor y creían que estaban haciendo un bien. Ahora la lógica es la misma, porque ven que la Iglesia tiene necesidad y pretenden prohibir que alguien que puede ayudar con eso se quede en su casa sin contribuir al reino de los cielos. ¡Y creen que es correcto! ¿Yo estoy mal?

Pastor Anás: No quiero escuchar más. Si vuelves otra vez, serás sometido a disciplina. Estás advertido.

domingo, 25 de mayo de 2008

¿Derechos de autor de la Biblia?

El viernes pasado no fui a trabajar, y aproveché para hacer unas cosas pendientes. Por estar cerca, fui a una librería cristiana para comprar un pequeño diccionario griego-español y una edición barata de la Biblia en la versión Nueva Versión Internacional, de la que oído bueno comentarios (a pesar de ellos mi favorita sigue siendo, de lejos, la católica Biblia de Jerusalén). Al abrir mi nueva adquisición, me encontré con el siguiente texto:
SANTA BIBLIA NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL (c) 1999 POR LA SOCIEDAD BÍBLICA INTERNACIONAL

Puede citarse o reimprimirse del texto de la NVI hasta quinientos (500) versículos sin necesidad de tener permiso escrito de los editores siempre que los versículos no sean un libro completo de la Biblia ni tampoco el 25% del total de la obra en la que se citan.


La mención de la propiedad literaria debe aparecer en la página del título o en la página que identifica los derechos de autor del libro, de la manera que sigue: "Texto bíblico tomado de la SANTA BIBLIA NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL (c) 1999 POR LA SOCIEDAD BÍBLICA INTERNACIONAL"

Cuando se emplean citas de la NVI en materiales sin propósito de venta, tales como boletines y programas de reuniones de iglesia, carteles, transparencias y otros por el estilo, pueden usarse las iniciales (NVI) al final de cada cita.
El permiso para citar o reimprimir textos que excedan de quinientos (500) versículos, o cualquier otro permiso, debe ser solicitado por escrito a la Sociedad Bíblica Internacional para su aprobación.

Lo mismo he visto en otras versiones, como la Biblia de las Américas.

Sé que 500 versículos puede parecer bastante aunque en realidad no lo es tanto: el libro del Génesis tiene, si la fuente es correcta (1), nada más 1531 versículos. También comprendo que traducir un libro de la complejidad de la Biblia es una tarea apoteósica, dedicada y fundamental. Entiendo que puedo citar de múltiples versiones, lo cual es altamente recomendable, pero, ¿pedir permiso para citar la Biblia? ¿La Santa Palabra de Dios? ¿La revelación de Jesucristo? ¿Hasta dónde hemos llegado? ¡Es la Biblia!

Parece que hemos olvidado el espíritu de tantos traductores anónimos, que con esfuerzo y riesgo de, inclusive, sus vidas, brindaron la Biblia en sus lenguas nativas a tanta gente que ha conocido así de Dios y su Palabra. Ya se nos fue la visión de Jerónimo de Estridón, Wycliffe o Lutero; se evaporó la motivación de Casiodoro de Reina.


Notas

(1) http://linajeescogido.tripod.com/Temas%20de%20Estudio/capitulosyversiculos.htm

miércoles, 14 de mayo de 2008

Libres de verdad

Creo en Dios. No dudo de su existencia y afirmo que podemos conocerlo a través de sus revelaciones (1). Él es creador de todo lo existente (Gn. 1:1), el eterno Yo Soy (Ex. 3:14), es amor (1 Jn. 4:8), está por encima de los parámetros temporales (Sal. 90:2; Gn. 21:3) y de los espaciales (1 Re. 8:27; Hch. 17:24-28). Puede hacer cualquier cosa consecuente con su naturaleza (Gn. 17:1, Ex. 6:3, Ap. 1:8), y sabe todo lo que pasó ―real o posible―, lo que pasa y pasará (Hch. 15:18; Sal. 139:16). Dios es mucho más, en tal magnitud que es absolutamente impenetrable para nuestra capacidad de comprensión.

Uno de los atributos de Dios es el de la soberanía, que se entiende como la puesta en práctica de su voluntad. Él es independiente de sus criaturas y su creación en manera absoluta, (Is. 40:13-14; Dan. 4:35, Ef. 1:11), es el ser principal de lo que es, con todo el poder, así que puede actuar como quiere (Sal. 115:3). “Dios tiene derecho a hacer su voluntad con lo que le pertenece, a disponer de sus criaturas como a él le place, sin necesidad de consultarlas” (2). La libertad humana se entiende dentro del ámbito de la soberanía de Dios. En ella hizo la creación material e inmaterial, como a los ángeles (1 Tim. 5:21; Col. 2:10; 2 Ped. 2:4) y al hombre. Es el hombre el que tiene libre albedrío, existiendo una armonía perfecta entre la soberanía de Dios y la responsabilidad de la criatura.

Históricamente han existido distintas opiniones sobre la soberanía de Dios, con énfasis particulares. Para los griegos la historia seguía por los carriles del destino y nadie podía, por más que lo deseara, liberarse de ese yugo inevitable al que podríamos llamar, en jerga evangélica actual, “voluntad de Dios”. Por ello, se decía que la vida humana estaba reducida a una simple interacción entre el títere y el titiritero que lo controlaba todo. El fatalismo resultante (que puedo llamar en lenguaje eclesial moderno “sumisión a lo que Dios quiere”) tuvo ciertas consecuencias en el mundo filosófico de los griegos, reflejadas en la pasividad o inoperancia (estoicismo), la negación (cinismo), la permisividad (hedonismo) o el salto trascendental (platonismo). Sin salidas a lo inevitable, el ser humano nada podía hacer. Hasta el mismo Dios estaba “preso” de su propia naturaleza, porque nada es tan fuerte como para afectarlo; es inerte, porque lo perfecto jamás puede cambiar. Dios es lo que es, sin más ni menos. Es lo absoluto.

Pablo fue el primero en iniciar el dialogo entre el pensamiento griego y el cristianismo, diseñando la teología sobre la cual se construiría la base de la fe. El crecimiento de la iglesia y su sincretismo con la cultura de la época hizo que, poco a poco, los cristianos contemplaran a Dios de la misma manera en que los griegos miraban a sus múltiples divinidades o como los romanos consideraban a sus césares, sus autoridades o su régimen político. Los concilios fueron validando estas ideas, abandonando la originaria cosmovisión judía que cobijó la génesis de la enseñanza de Jesús y, lentamente, se introdujo la concepción de que Dios determinó todo lo que sucede en el mundo. ¿Y lo que el hombre hace? Simplemente sirve para que madure, para que alcance su mayoría de edad y se acerca progresivamente a Dios. Nada de lo que haga, ni sus elecciones, ni su rebeliones, ni sus guerras, ni sus descubrimientos, ni sus catástrofes, ni su éxitos, ni lo más sublime o demoníaco cambiará lo que Dios planeó desde antes de la creación del mundo. El extremo es el pensamiento agustiniano que niega el libre albedrío del hombre.

La reforma no implicó cambios en estas convicciones griegas y medievales de la soberanía de Dios. Al contrario, incluso se profundizaron. Calvino dijo (3) que Dios es el gobernador de todas las cosas, que determinó en la eternidad todo lo que iba a pasar, llevando a cabo lo que decretó mediante el uso de su poder. Todo sin excepción está bajo la atribución de la providencia de Dios. Es un descarte a la posición epicúrea, que dice que el mundo está gobernado por la casualidad, y de la posición estoica, que afirma que más bien está gobernado por la suerte (4). Para él, “la voluntad de Dios es la suprema y primera causa de todas las cosas, porque nada ocurre sino por su mandato o permiso.” (5) Dios en su providencia gobierna todos los eventos, sin negar que las cosas creadas tengan sus propias propiedades o leyes. Estas están supeditadas a lo que Dios les ha permitido, de acuerdo a Su voluntad. El mismo Calvino dice que “Dios detuvo el sol (Josué 10:13) para testificar que el sol no sale de mañana ni se esconde por un instinto secreto de la naturaleza, sino que Él mismo gobierna su curso para renovar la memoria de su favor paternal hacia nosotros.” (6)

La idea calvinista de la soberanía de Dios sobrevivió los siglos de la convulsionada historia de la iglesia protestante y hoy está bastante arraigada en la cabeza de los cristianos evangélicos peruanos. El afirmar que Dios tiene todo bajo su supervisión puede parecer una afirmación de su poder y majestad, pero en realidad ha traído algunas consecuencias sutiles bastante duras y de las que no se habla demasiado. Por ejemplo, el hecho que asumamos el control total de Dios ha traído un cierto fatalismo y pasividad en los creyentes de la iglesia, tal cual sucedió con los griegos. Si un pastor empieza a hablar herejías desde el púlpito o mantiene actitudes autoritarias y controladoras no se hará nada porque “todo está bajo el control de Dios” y será “Él, mediante su Espíritu, el que se hará cargo”, sin importar el dolor que esto traería a la iglesia incluso por años. También suele mezclarse el conflicto cósmico con la soberanía de Dios: hay un opositor a la voluntad de Dios, y es el Diablo. Él se opondrá a los designios divinos con todas sus fuerzas. Por ello, si Dios nos manda predicar a toda criatura, y para eso hacemos una campaña evangelística, pero al predicador le da una infección en la garganta y pierde la voz la noche anterior, pues ¡es la oposición a los designios de Dios! La vida cristiana se reduce a una lucha de espíritus en la que tenemos que tomar parte. Todo es provocado por fuerzas malignas, que nos derriban, nos enferman, nos hacen daño. Algunos cristianos, lamentablemente, le dan más importancia que a Dios. (7)

La lógica calvinista puede ampliarse mucho más. Si tengo un accidente, es la voluntad de Dios. Si me detectan cáncer, es porque así lo quiso el Soberano del Universo. Si mi bebé muere electrocutado, es porque Dios tenía sus propósitos que son insondables para mí ahora pero que “entenderé” en el futuro. Si a un amigo le detectan una enfermedad muy dolorosa pero de larga cura, pues será por un pecado oculto, porque no quiere someterse a Dios, su iglesia o porque “algo habrá hecho para que Dios lo castigue así” ―la viejísima teología retributiva que se resiste a morir (8) ―.

Yo veo aquí un serio problema que afecta nuestros intentos de hacer una consejería pastoral efectiva. Cuando me decían que Dios se llevó a mi hermano me quedaba claro que la frasecita es una manera elegante de decir “Dios mató a mi hermano”. Un eufemismo, nada más que eso. Suena fuerte, por supuesto, porque es terrible pensar que Dios asesinó a un joven de veintidós años. Por ello, de inmediato vienen los analgésicos como aquel que dice que “sus propósitos son insondables” o “no entendemos los propósitos ahora, pero luego veremos cómo el bien llegará”. Sin embargo, si uno se pone a pensar bien, considerando todo el marco teológico implícito, el analgésico no resuelve el problema. Estamos postergando el conflicto por la muerte de un ser querido. Y en el futuro, las cosas pasan, el dolor se hace menor, se hace tolerable, pero esto no viene por nuestro actuar como cristianos. Nada solucionamos porque bajo la lógica eufemística Dios lo mató.

Y eso no puede ser. Dios no puede tener que ver con el suicidio de la gente, o con la desnutrición infantil de los andes peruanos, o con los campos de concentración nazis de la segunda guerra mundial, o con la sangre iraquí derramada desde la invasión norteamericana, o con los aviones lanzados contra las torres gemelas de Nueva York, o con la pobreza extrema.

No, no tiene nada que ver.

Pienso que se hace imperioso cambiar el enfoque teológico de la libertad humana. Primero, debemos liberar a Dios de la responsabilidad de todas las cosas que pasan en el mundo, asumiendo como seres humanos nuestra parte de culpa por lo que sucede. Para esto, hay que entender que nuestro libre albedrío es completamente real, para nada ficticio o aparente, siendo uno de los regalos dado por Dios a los seres humanos más grande e importante (solo superado, a mi entender, por el hecho de existir y la capacidad de relacionarnos con Dios). Por supuesto que Dios es todopoderoso y puede hacer todo lo que desee, y claro que es el creador de todo y estamos bajo la sombra de su magnificencia, pero Él nos cedió la libertad y un compromiso con su respeto de las decisiones que nosotros tomáramos. Nosotros podemos decidir, hacer, hasta el punto que Dios permite que colaboremos con Él, caminando con el hombre en el recorrido de la historia.

Dios ha entregado al cuidado del hombre el dominio del mundo, desacralizando su obra para nuestra administración. ¿Por qué así? Por amor y nada más que por amor, asumiendo el riesgo real de que su Creación quiera ir en pos de sus propios deseos. Lamentablemente, el hombre decidió en contra de Dios, y Él (Dios) sufrió y sufre realmente por la senda que la humanidad decidió andar. La historia de Oseas y su mujer adúltera (Os. 1-3), con su enorme desdicha y la forma en que la soporta, y la del hijo pródigo (Lc. 15:11-32), donde el padre soporta en silencio el dolor de la actitud autosuficiente y egoísta del hijo, reflejan cómo es Dios con nuestra actitud rebelde. Dios realmente quiere que le amemos sin cohersión, y ante nuestra osadía espera y nos da oportunidad (9).

Es la libertad que tenemos, mucho mayor de lo que los cristianos actuales quieren asumir, la que nos ayudará a comprender el verdadero papel del Señor. Dios nos dio espacio y nosotros hicimos lo que quisimos ignorando las palabras divinas, pero Él nunca nos abandonó. Nos dio principios y verdades, nos llama a que nos acerquemos a Él y nos convoca a que construyamos la historia a su lado. Ese espacio nos dice que Dios no ha determinado todos los eventos negativos que suceden a diario en nuestro mundo (10). No todo lo que sucede, positivo y negativo, es su voluntad. Él no ha previsto todo lo que sucederá, porque ha resuelto construir la historia con su creación máxima. Él renuncio a parte de su onmipotencia (como en la kenosis cuando inició el proceso de redención) cuando creó seres a su imagen y semejanza y deja los eventos en construcción (aunque conozca lo que sucederá, que no implica que lo decida).

Hay una probabilidad para todo. Puede determinarse la probabilidad de sufrir un accidente automovístico. Por ejemplo, si diariamente 100 personas sufren un accidente de ese tipo y la cantidad de gente que vive en la ciudad es de 100,000 personas, la probabilidad de que un día cualquiera yo sea la víctima es de 100/100,000 = 0.001. O, visto de otra manera, estadísticamente hablando cada 1,000 días yo estaré involucrado en algún choque en cualquier lugar de la ciudad. De la misma manera, cualquier evento positivo o negativo puede ser medido con una probabilidad de ocurrencia. Que viaje a la luna es 0%. Que tenga un segundo hijo puede ser un 90%.

Entonces me puede tocar lo bueno y lo malo, y Dios no tiene que ver necesariamente con ello porque tenemos libertad real. Puede tocarme un cáncer, puedo ganar una lotería, puede romperse el fémur de mi pierna derecha, puedo ganar el sorteo de visas de la embajada norteamericana, puedo sufrir por años de una enfermedad persistente que no logran detectar con precisión y me lleva por momentos a un estado de desesperación, puedo ascender rápidamente en el trabajo. Repito que muchas cosas pueden suceder, pero como Dios en su soberanía nos colocó en un entorno de libertad, necesariamente él no tiene que ver. Es más, me atrevería a decir (aunque, debo reconocer, no con tanta seguridad) que normalmente no tiene que ver.

Entonces, ¿Qué hace Dios ante la desgracia? ¿Me deja prisionero de la fría estadística? ¿Todo no son más que funciones de densidad y modelos probabilísticos sumamente complejos? No, porque como dije líneas arriba, Dios decidió que construyáramos la historia con él, y día a día anda con nosotros. Es feliz por nuestros éxitos, llora nuestros fracasos, nos alienta en la desesperanza, se goza en nuestras celebraciones. Nos consuela ante la pérdida, no nos deja nunca cuando el vacío de la ausencia nos es abyectamente insoportable, seca nuestras lágrimas, soporta nuestros insultos con paciencia, nos cobija en su regazo cuando necesitamos de consuelo, nos muestra el camino por dónde hay que seguir para poder seguir en la vida, no nos deja solos, da sentido al sinsentido, nos regala el placer del recuerdo y nos brinda una sonrisa por la memoria del ido. ¡Ese es Dios! No mata al hijo: cuando eso sucede llora con nosotros el drama de la separación, inclusive, muchos años después ―de ser necesario―. Por eso, puedo afirmar que Dios padeció con cada suicidio, o con la desnutrición infantil de los andes peruanos, o con los campos de concentración nazis de la segunda guerra mundial, o con la sangre iraquí derramada desde la invasión norteamericana, o con los aviones lanzados contra las torres neoyorquinas, o con la pobreza extrema. Todo eso es causa de dolor para él. Como para nosotros.

Somos más libres de lo que imaginamos; Dios no ha diseñado un destino irremediable; no determinó las tragedias de la vida; camina a nuestro lado y nos permite construir la historia; soporta nuestra alma ante las vicisitudes de la vida, llorando y consolándolos. Es, en pocas palabras, la teología que debe reemplazar al inútil determinismo calvinista que no trae esperanza cuando el sufrimiento arrecia, trayendo una innecesaria confusión.

Notas
(1) La naturaleza (Sal. 19:1), la conciencia (Rom. 2:15), las tablas de piedra (Ex. 24:12), Cristo como palabra viviente (Jn. 1:14), la Biblia (Rom. 15:14), el corazón (Heb. 8:10), los cristianos como epístolas vivientes (2 Co. 3:2-3). Esta lista se encuentra en las ayudas bíblicas de la Biblia Thompson.
(2) http://www.geocities.com/leo600603/pagina2/libros/soberaniadedios.html
(3) http://sujetosalaroca.com/2007/12/02/calvinismo-juan-calvino-y-la-soberania-de-dios/
(4) Berkhof, L. Teología Sistemática. Grand Rapids: TELL, 1979. Pag. 194.
(5) Instituciones de la Religión Cristiana. I, XVI.8
(6) Instituciones de la Religión Cristiana. I, XVI, 2.
(7) Cf. Murphy, Ed. Manual de Guerra Espiritual. Miami: Editorial Caribe, 1994.
(8) Cf. García García, Abel. “La hermenéutica de los amigos de Job”. En “Integralidad” Año 1 Edición 3. Revista Digital del CEMAA, Mayo 2008.
(9) No estoy negando el juicio de Dios. El propio libro de Oseas, en el resto de sus capítulos, es bastante explícito al respecto.
(10) Imaginen que Dios dice: “Adán, te doy mucho margen de libertad para que puedad decidir por ti mismo pero a la vez te doy el marco de las consecuencias” pero al mismo tiempo Dios determina todos los eventos del futuro, predestinando todo. ¿No es eso contradictorio? Por supuesto, ya que la libertad asignada a nosotros sería aparente. Nuestras decisiones no serían realmente nuestras al estar previamente escritas. Ambos preceptos son contradictorios, por lo que uno es el válido. ¿Cuál es? Para mi, el primero de ellos. Por ello, puedo afirmar que Dios no ha determinado el futuro y, en cambio, nos invita a construirlo con él. Él no desea que las malas cosas pasen, pero estas simplemente suceden y, por una pura cuestión de probabilidad, pueden sucederme a mí.

Referencias
La principal es el blog de Ricardo Gondim (http://gondimenespanol.blogspot.com/ Traducción de Gabriel Ñanco)

viernes, 9 de mayo de 2008

Integralidad


Les presento la tercera edición de la revista digital Integralidad, que trabajamos desde el Centro de Misiología Andino-Amazónica (CEMAA) en Lima (Perú). Sus comentarios serán bienvenidos. Para acceder a ella sólo tienen que hacerle click a la imagen de arriba.
Saludos,

domingo, 27 de abril de 2008

El subprime, la Biblia y Keynes

La lógica elemental del negocio bancario es captar fondos de la gente que tiene excedentes —por lo cual paga una tasa—, brindar un servicio de custodia seguro y entregar esos fondos a individuos que no tienen recursos o ahorros pero sí un buen proyecto o un flujo constante de dinero a futuro, al cual le cobran otra tasa más alta.

Esto es muy útil. Es sólo una minoría la que puede pagar en efectivo un departamento nuevo de poco más de cien metros cuadrados en una buena zona de Lima por 70 mil dólares, y no hablo de los programas subsidiados del gobierno con precios bastante menores. A menos que tengas una buena herencia o un padre generoso, no hay más alternativa que ir a un banco y pedir un préstamo. Yo lo hice y sin él no tendría el departamento en donde vivo ahora junto a mi esposa y mi hijo.

No descubro la pólvora al decir que nuestra sociedad es consumista en extremo. Esto ha hecho que recurramos a la deuda de forma constante, no sólo para cosas importantes como una vivienda o, probablemente, un auto. El mundo de los préstamos de consumo para un viaje, una computadora nueva, o el de las las tarjetas de crédito siguen la misma lógica bancaria: el banco le presta a los deficitarios, estos compran lo que deseen, pagan en “cómodas cuotas” en un tiempo futuro, casi sin darse cuenta. En sociedades profundamente bancarizadas como la de los países desarrollados, el flujo de deuda es brutal, con montos absolutamente descomunales.

Entonces, los bancos reciben depósitos y prestan a necesitados de una casa, a las empresas que quieren financiar su capital de trabajo, a los bancos con necesidades de liquidez. Los préstamos requieren documentos específicos que están implícitos, como pagarés, letras de cambio, o cartas fianzas. Todos estos nos dicen, en simple, que alguien le pagará a otro alguien una cantidad de dinero, a veces en una sola tanda o en partes por un período determinado. Son documentos reales y vinculantes que lo que aseguran (si el futuro va bien) es un flujo de dinero ulterior desde el prestatario al prestamista.

Las empresas grandes, los bancos y los gobiernos también se endeudan, aunque por su tamaño disponen de otros medios como el acceso al mercado de capitales vía la emisión de bonos —que no son más que certificados de deuda— o emitiendo acciones, con la cual “venden” propiedad de la empresa. El mercado de capitales es, ahora, de dimensiones gigantescas, global, y una de las variables fundamentales del análisis económico de nuestros tiempos.

Estos bonos que se emiten son de muy distintos tipos. Y su proceso de estructuración puede llegar a ser extremadamente complejo. Puede emitirse para cubrir agujeros en los balances, para financiar algún proyecto específico, para pagar una deuda antigua, para generar una curva de tasas de interés. Esta especialización hace que el análisis del riesgo del emisor sea fundamental, porque le da una pista a los compradores de bonos (o sea, a quien le presta plata a la empresa emisora) sobre qué tal buen pagador es el emisor. No es lo mismo el gobierno español, alemán o el de Angola. No es igual Telefónica que La Taberna de Moe.

El desarrollo de la ingeniería financiera en los últimos años ha hecho más complicado el mundo de la emisión de bonos. Ya no sólo se emite por necesidad de fondeo, sino que se generan títulos más difíciles de comprender, que enlazan distintos tipos de mercados. Por ejemplo, un gigante como JP Morgan, banco de inversión, se interesa en la deuda que le tienen al Bank of América –banco tradicional- los poseedores de tarjetas de crédito platinum. (puede ser a la inversa, no interesa). Entonces, lo que hacen es una titulización: se “convierte” esa deuda de tarjetas de crédito platinum en un bono, que luego puede venderse en el mercado de capitales. Muchos flujos de deudas se pueden titulizar, como los préstamos de autos, los préstamos de consumo, las remesas del exterior, una campaña de ventas, una cosecha. La pregunta básica tiene que ver con el riesgo: Si JP Morgan ha titulizado la deuda de las tarjetas de crédito de Bank of América, ¿el bono emitido tiene riesgo JP Morgan, o tiene el riesgo de los que han utilizado las tarjetas platinum?

Casi todo se puede titulizar. Por ejemplo, los préstamos hipotecarios. Como pueden suponer, no todos los que acceden a un préstamo hipotecario tienen la misma capacidad de pago. Unos tienen excelentes trabajos, otros apenas subsisten. Por ello tienen distintos riesgos y en países como Estados Unidos lo tienen claro, por eso los deudores de préstamos hipotecarios más riesgosos tienen un nombre especial: los sub-prime. Pero no importa que ellos sean más morosos, igual esa deuda puede ser titulizada. Esto establece el siguiente circuito: el deudor sub-prime le paga sus cuotas hipotecarias a su banco, que a la vez le dará ese dinero al que titulizó (JP Morgan, por ejemplo) que a su vez se lo entrega a los poseedores de los bonos vía pago de cupones. Peco de simplista, por supuesto, pero creo que al menos sirve para entender.

Entonces, la gran bonanza del mercado de capitales mundial de los últimos años hizo que grandes banqueros involucrados en la estructuración de deuda se decidieran a invertir en el mercado inmobiliario, preso de una enorme burbuja provocada —entre otras cosas— por el crecimiento de la economía mundial. Estos banqueros titulizaron miles de millones de préstamos hipotecarios, crearon bonos y los vendieron en el mercado. Dentro de estos bonos, también habían miles de millones de dólares de bonos que tenían detrás a los deudores sub-prime y que coparon las carteras de los inversionistas más duchos. Nuevamente pregunto: ¿Cuál era el riesgo de esos bonos, el del gran banco de inversión que emitió la deuda –con la más alta clasificación- o el de los miles de sub-primes?

¿Saben porqué pregunto dos veces? No es por casualidad ni por cargoso, ya que la respuesta no fue tan clara para las más grandes empresas clasificadoras de riesgo del mundo, repletas de modelos de alta matemática: ellos consideraron que estos bonos sub-prime tenían el riesgo del gran banco de inversión que los estructuró. Estos miles de millones tuvieron la máxima clasificación. ¿Correcto o incorrecto? Por varios años nadie se hizo problemas y muchos se embolsaron mucho dinero. Nadie dijo nada. Al menos nadie con exposición mediática.

Una pregunta que siempre circuló en el mercado fue sobre la duración de la burbuja hipotecaria. ¿Cuándo explotaría? Algunos pensaban que esto sucedería cuando el ciclo recesivo llegase debido a la altísima correlación entre el ciclo económico global y el sector constructor-inmobiliario. Y cuando este llegó, vinieron los problemas. Hubo menos trabajo, menos ingresos y, por supuesto, la consecuencia inmediata del no pago de sus deudas. Las recesiones siempre afectan más a los que menos tienen, a los de trabajos más inestables, a esos tomadores de deuda hipotecaria de categoría sup-prime.

Ante la crisis en sus ingresos dejaron de pagar sus préstamos hipotecarios. Y claro está, el circuito se perturba. Ya no le pagan a su banco, que ya no le podrá pagar a JP Morgan, que ya no podrá pagarle a los inversionistas poseedores de estos bonos. Y de esta manera el trance se transmitió de un mercado (el hipotecario) a otro (el de capitales). Con las ganancias evaporadas se descubrió que, en realidad, el riesgo se midió mal porque las clasificadoras le asignaron a los bonos un nivel de gran banco de inversión (quizá el máximo) cuando en realidad debió ser el de deudor sup-prime (uno bastante bajo). O sea, el bono se cotizaba a 100 pero realmente valía 70, y cuando se sinceró el precio, las pérdidas fueron millonarias, provocando la caída de varios bancos importantes, entre los que destaca Bear Stearns. Y la ola no ha pasado; para mucho recién todo está comenzando, porque aun falta ver en su real magnitud a la asfixia de liquidez.

Hace años con la caída del Long Term Capital Bank se inició el proceso de implementación de un agresivo control interno. Hoy, analizando en el ex-post, voces como la de Alan Greenspan abogan por la revisión de los modelos de riesgo que parece que, a pesar de su avanzada complejidad, no han funcionado. ¿Está por aquí el centro del asunto? ¿La médula que requiere revisión?

No, allí no está. Creo yo que la lógica de la deuda es la que cabe analizar a profundidad, no la del análisis de riesgo. ¿Es pertinente? ¿Y el mundo especulativo? ¿Es bueno especular? ¿Es bueno tomar deuda innecesaria? ¿Es bueno endeudarse? La Biblia, en realidad, no prohíbe expresamente las deudas personales. Enfatiza la relación entre prestamista pudiente y prestatario desfavorecido económicamente, advierte contra la práctica de lucrar con los préstamos (Hab. 2:6-8), no desea que el pueblo viva agobiado por las deudas (Dt. 15:1-2), habla de períodos limitados de duración de las deudas (7 años: Dt. 15:1-11; 31-10,11), aboga por un espíritu de bienestar y protección de los débiles (Pr. 19:7; 31:8; Jer. 5:28), limita el aval de las deudas (Pr. 22:26-27; 11:15) sugiriendo que no seamos fiadores de nadie (Pr. 6:1-5). Sostiene una diferencia entre el creyente y el no creyente (Dt. 5:3), se concentra en la usura (Lv. 25:35-38), las condiciones sociales extremas que obligan al préstamo (Neh. 5:1-13), incluso habla de la banca primitiva de los tiempos de Jesús (Mt. 21:12; 25:27; Lc. 19:23).

Nivel de deuda razonable, de media duración, considerar el nivel económico de los desfavorecidos, no lucrar con las deudas, no ser garantes… como que nada se cumple ahora, ¿no les parece? A tal extremo no se cumple que el afán codicioso de muchos ha hecho que se hable de un problema mayor al de la crisis de 1929, y tal es el temor que los señores amantes del libre mercado predican en sus foros sobre la necesidad de la intervención estatal con el fin de traernos la estabilidad. Caraduras. ¿No era que Keynes era malo? ¿No que el gobierno era el cuco?

Referencias


(1) Atkinson, David y Field, David. Diccionario de Ética Cristiana y Teología Pastoral. Terrasa: Editorial Clie, 2004.

lunes, 7 de abril de 2008

Esas cosas que uno a veces no entiende (IX)

Juan Rebelde se ha inscrito en el nuevo ciclo del Seminario y esta vez va a su clase de Escatología con un misionero llamado Jack Chick III, PhD en Fe Fundamentalista, recién egresado de un seminario norteamericano y llegado al Perú algunas semanas atrás como misionero de la denominación.

Chick: Bueno alumnos, como bosquejo de la clase, debo decirles que lo que les enseñaré en este semestre será la escatología bíblica y cristocéntrica, lo que las más importantes iglesias, (las más cercanas a lo bíblico por supuesto) tienen como doctrina sobre los tiempos futuros.

Juan Rebelde (murmurando): ¿Lo bíblico? Mmmmm, ya comenzamos mal. ¿Qué será para este gringo lo bíblico?

Chick: Lo que en este curso es importante que sepan, dentro de la escatología, es que todo se inicia en los pactos de Dios con el hombre, encajados dentro de las dispensaciones bíblicas….

Juan Rebelde (murmurando, otra vez): ¿Dispensaciones? ¡Se me vienes las arcadas!

Chick (que no ha escuchado nada): …Y ya centrándonos en el futuro nos concentraremos en el esquema pretribulacionista-premilenial, de apostasía creciente, arrebatamiento, tribulación, segunda venida, juicios y milenio. Les digo, mis amados estudiantes, que luego de hacer un análisis sincero y tras solicitar la guía del Espíritu Santo, se llega inevitablemente a la conclusión de que este es el esquema más adecuado a los patrones bíblicos.

Juan Rebelde: Señor misionero, tengo una pregunta. Si uno ve los libros de historia, uno encuentra que primero surge el amilenialismo, luego el postmilenialismo y recién al final el premilenialismo. Y si hablamos del rapto, la cosa es mucho más reciente. ¿Por qué creer en lo más reciente como si fuera lo correcto? ¿Eso quiere decir que 1800 años de cristianos estuvieron errados escatológicamente?

Chick: Alumno, efectivamente es una doctrina nueva, pero piense en el caso de Lutero. Dios decidió mostrarle, por su Espíritu Santo, la doctrina de la justificación por la fe. Todos los cristianos anteriores a él no sabían nada de nada de eso. Y cuando quiso, el mismo Espíritu Santo le mostró a otros hombres santos la doctrina del premilenialismo y el arrebatamiento para la edificación de la iglesia. Así ha sido también con otras doctrinas. Dios va mostrando su luz.

Juan Rebelde: A ver si entiendo bien… usted dice que soteriológicamente Lutero estaba excelente porque Dios le mostró la nueva interpretación de la justificación por fe, pero ¿estaba escatológicamente errado porque era amilenialista?

Chick: Es parte del proceso de Dios. A quien le quiere dar algo, se lo da. Si le quiere dar a otro de una manera distinta, pues será así. A Lutero le dio lo suyo, a Scofield lo otro, y así sucesivamente Dios va mostrando las doctrinas adecuadas que debe creer su iglesia.

Juan Rebelde: Entonces, ¿Cómo estar seguros de que lo que enseñamos ahora no será cambiado en diez años porque Dios le mostrará a otro el significado más exacto? ¿No es ese un relativismo monstruoso? Si le hago caso a su argumento y asumo que eso es un proceso natural (cosa que, en realidad, creo que no es tan descabellada teniendo en cuenta el proceso constante de actualización teológica), ¿Por qué la iglesia es tan cerrada a nuevas posturas teológicas y es tan resistente a la innovación eclesiológica? ¿Por qué se muestra tan fundamentalista con los nuevos tiempos?

Chick: Alumno, sus preguntas no tienen sentido porque Cristo ya viene, el mundo ya no puede estar más degenerado de lo que está ahora. ¡Transexuales embarazados! ¡Matrimonios gays! ¡Libertad sexual total! Por ello es obvia la venida en esta generación. Por ello, le recomiendo concentrarse en lo espiritual, orar sin cesar y velar, porque la venida ¡es inminente! Y sobre su actualización… es antibíblica. Ya tenemos lo definitivo.

Juan Rebelde: ¡Tenemos dos mil años con esa excusa, y Cristo no viene! Ojo que yo quiero que venga, pero no podemos usar eso como argumento para nuestros vacíos intelectuales.

Chick: Alumno, más respeto que soy su profesor.

Juan Rebelde: Y le pido lo mismo, respetando a la clase contestando con consistencia las preguntas y no con evasivas.

Chick: No entiendo, ¡Señor, no entiendo! ¿Dónde está la humildad? Cuando me convertí oré mucho al Señor, y él me dijo que le obedezca en todo, cosa que quería de verdad hacer. ¿Y saben qué me dijo? Que vaya a una iglesia y reciba toda la enseñanza.

Juan Rebelde: Y eso es muy bueno…

Chick: ¿Y saben qué más me dijo Dios? Que obedezca fielmente a mis pastores y escuche todas sus enseñanzas sin criticar porque el corazón es engañoso y la razón, que parte del corazón de pecado, también nos engaña. Por ello, debemos escuchar a nuestros pastores, sin criticar y con mucha fe.

Juan Rebelde: ¡No puede ser! ¿Y si dice una herejía?

Chick: El Espíritu Santo se encargará de él.

Juan Rebelde: ¿Y si el Espíritu Santo te elige a ti para eliminar la herejía?

Chick: Eso es difícil de determinar. Dios se encargará de mostrar sus métodos y no creo que utilize a un miembro de la iglesia para corregir a su pastor. Iría en contra del orden impuesto por Dios.

Juan Rebelde: ¡Eso es irresponsable! ¡Por eso la iglesia está como está!

Chick: ¡No critique a la iglesia de Dios que es un pecado! ¡Ni a sus escogidos que son sus siervos! ¡Arrepiéntase! ¿Cómo entró a este seminario?

Juan Rebelde: No me arrepiento de nada porque nada he hecho de malo. Mas bien usted debe hacerlo porque su teología escapista dañó a la iglesia y al mundo, pero bueno, como ya está degenerado ese daño no importa demasiado, ¿no?

lunes, 31 de marzo de 2008

Jesucristo de los desesperados

Una de las principales denominaciones que trabajan en el Perú ha realizado una gran conferencia denominada "Crece y multiplícate", animando a su liderazgo nacional a implicarse con la expansión numérica de la iglesia en los próximos años. Es su compromiso doble con dos grandes principios teológicos, uno a nivel misiológico (el cumplimiento de la Gran Comisión a toda costa) y el otro de tipo escatológico (la premisa pre-milenial y pre-tribulacionista que deriva en una visión fatalista y degenerativa del mundo), que le dan sentido a las motivaciones de la evangelización: hacerlo porque es un mandato ineludible del Señor Jesucristo y hacerlo porque el Apocalipsis está cerca, el mundo se destruye, se hunde y hay que rescatar a la mayoría de las personas de este gran naufragio, a lo Moody.
Este primer principio teológico basado en la Gran Comisión se concentra en la palabra "Id" (Mt. 28:19). Las iglesias suelen hacer el esfuerzo de ir al griego, de donde dice que el verbo se encuentra en forma de un participio pasivo deponente de aoristo, lo que significa que la traducción verdadera debe ser "yendo". Es decir, "cuando estén yendo, hagan discípulos", y se enfatiza fuertemente en ese proceso doble: yendo por nuestros caminos-haciendo discípulos en ese caminar (1).
Yo me quiero concentrar en un punto vinculado a la Gran Comisión. Sabemos que Cristo se la encarga a los apóstoles en un contexto en que los once habían pasado tres años con Él. Pueblo tras pueblo, con multitudes, a solas, por los desiertos, por el mar de Galilea, por el Jordán, en el Templo jerosolimitano, en sinagogas citadinas, en las norteñas tierras extranjeras, en cenas pudientes, en meriendas multitudinarias. Ellos se sabían discípulos del maestro, tanto que algunos lloraron amargamente su negación (Mt. 26:69-75; Mr. 14:66-72; Lc. 22:55-63; Jn. 18:15-18,25-27) o se colgaron de una cuerda por su traición (Mt. 27:3-10; cf. Hch. 1:16-20). Tres años, día tras día, aprendieron del verdadero Rabí, del mismo Dios hecho hombre, de sus enseñanzas, de sus milagros, de su compasión, de su rabia al ver profanado el templo sagrado. Su discipulado era complejo, completo e integral. Era paciente, esforzado, vivencial, nada haragán, de día a día. Si a ellos les decían la palabra "discípulo", todo lo anterior y mucho más venía de inmediato a sus cabezas.
Teniendo en cuenta esto pregunto: ¿Qué pensaban los originales receptores del mensaje (los apóstoles) al recibir el mensaje de "ir yendo haciendo discípulos", considerando el entrenamiento que habían recibido? Creo yo que reflexionaban en el ejemplo recibido de Jesús aplicado directamente a ellos mismos, que de ninguna manera tenía a la inmediatez como característica. Para ellos la labor de Jesús fue como una maratón, no una carrera de cien metros planos. Entendían que hacer discípulos es un trabajo largo, no una cosa de una campaña de una noche, una mano levantada, las palabras de un consejero, el llenado de una ficha o la invitación a una reunión. Lo comprendían por sus propias vidas transformadas.
Si el "hacer discípulos" era algo largo y trabajoso según la forma que Cristo estableció en su labor terrestre, para un claro entendimiento de la Gran Comisión se necesita encontrar el hilo conductor del andar del Jesús en misión. Yo pienso que es necesario comenzar por Lucas 4:16-30, una especie de génesis o bosquejo programático del ministerio del Señor. Sé que antes estuvo el bautismo, la tentación, la charla nocturna con Nicodemo, la primera limpieza del templo, las bodas de Caná, algunos milagros, pero ninguno de estos eventos son un compendio, una base inicial, un marco de referencia de todo Su ministerio. El discurso en Nazaret sí lo es.
Nazaret (2) es la ciudad "donde se había criado" (v. 16). Por lo tanto, Jesús es una figura familiar para su auditorio ya que es un miembro de la comunidad a la que frecuentado todos los sábados por muchos años. Con mucha probabilidad había hecho antes el mismo acto de leer y reflexionar que caracterizaba a la extensa liturgia compuesta de oraciones y lecturas (en ella se leían algunos pasajes de la Ley y de los profetas. Luego, alguien ofrecía un comentario a la asamblea. Jesús hace esto último según el texto lucano), y en esta ocasión Jesús cita a Tritoisaías, profeta enigmático que habla de temas diversos en sus diez capítulos aunque se puede centrar su enseñanza en dos ejes. El primero es la justicia (Is. 56:1), el segundo es precisamente el pasaje citado por Jesucristo (Is. 61:1-3). Ambos textos hablan de un consuelo por venir que traerá bendición y salvación de Dios a todo el pueblo, aunque condicionado a la práctica de la justicia. "Dios quiere escuchar a su pueblo, salvarlo de la situación en que se encuentra. Pero el hombre debe colaborar, cambiando de actitud y de conducta" (3). Con ese contexto en mente, el sexteto misiológico citado por Jesús cobra más relevancia:
- Dar buenas nuevas a los pobres/abatidos
- Sanar/vendar a los quebrantados de corazón
- Pregonar/publicar libertad a los cautivos
- Vista a los ciegos
- Poner en libertad a los oprimidos/presos
- Predicar el año agradable del Señor/año de gracia, día de venganza
El anuncio, la sanidad y la liberación son expresiones de la misión de Jesús dentro de un contexto temporal aplicado a un nuevo jubileo sin opresores-oprimidos-abatidos-invidentes-desesperados. Es una trama nueva donde se anuncia una esperanza que nos sugiere colaborar con esta acción de Dios manifiesta desde que "el reino de los cielos se ha(n) acercado" (Mt. 4:17). Lo fantástico es que "todo se había cumplido en ese momento" (Lc. 4:21), para sorpresa general de los nazarenos, que reaccionan de una manera ambigua, aunque finalmente pretenden despeñarlo porque Sus palabras no estuvieron de acuerdo con su particular esperanza.
El esqueleto de la secuencia global puede ser como sigue:

- Jesús define su misión (Lc. 4:16-30)
- Jesús aplica su misión (la gran mayoría de los evangelios)
- Jesús delega la misión (Mt. 28:19)

Marcando distancia con la muerte en la cruz, misión exclusiva del Señor por su condición única de redentor del mundo, creo que el pasaje lucano estaba marcado en la idea apostólica de "hacer discípulos", siendo imposible divorciar ambos eventos. Hacerlo de una manera distinta es un error que nos ha costado caro a través de la historia de la iglesia cristiana y más en los siglos recientes, donde hermenéuticas fundamentalistas olvidaron la profunda relación de ambos textos.
Si este es el marco de referencia de los apóstoles a la hora de hacer discípulos, es necesario analizar las aplicaciones prácticas en nuestra misiología. Sé que "hoy, aquí, en el Perú y en todo el mundo, el jubileo es una esperanza ya cumplida, pero, como el mismo reino de Dios, es una realidad que "ya pero todavía no", donde será más presente cuando los cristianos sean más concientes y sensibles de su papel en la misión de Dios y su proceso reconciliatorio. Por ello este mensaje de Jesús atento al pobre como opción preferente (pero no única), demanda de nosotros compasión, un compartir permanente, solidaridad, renuncia, sacrificio, lucha por la justicia en todas sus instancias pero, en especial, por la justicia económica" (4), entendiendo la especial prioridad en el texto hacia los desposeídos. Debo añadir, sin embargo, que no es lo único que se infiere del pasaje bíblico. ¿Por qué digo esto? Porque se nos habla de los quebrantados de corazón, de los de corazón roto y pulverizado. Un problema en la teología latinoamericana es que la opción por los pobres ha sido sacralizada casi a niveles absolutos (aclaro que creo en ella) cuando en realidad no es una opción exclusiva. Existe un nivel de la misión de Jesús dedicada de una forma práctica al trato de la desesperanza, de la angustia, del sufrimiento humano, de la crisis psicológica, de las lágrimas permanentes. Por su trato con el sufrimiento resucitó a dos personas, sanó multitudes, dejó que lavaran sus pies con un aceite caro. Es, como dice Gabriela Ibarra en su excelente blog: un Cristo que se compromete en acción por los desesperados sin importar si son ricos o pobres. Y este es un ejemplo patente, un gran compromiso y ejemplo del Señor para nosotros.
Dicen que este será el siglo de los psicólogos porque la violencia, el terrorismo, la solidaridad distorsionada, la migración, el feminismo, la postmodernidad, la "nueva" moral, el escenario internacional, y tantas otras cosas machacarán nuestras almas hasta el punto de hacerlas perder el sentido de la vida, andando errantes sin saber qué hacer en este mundo que ofrece tecnología pero quita espíritu, entrega riqueza pero también sinsentido. Esto ya sucede desde hace varias décadas pero nos dicen que se agravará. ¿No es una contradicción que las estrellas del cine y la música sean, al mismo tiempo, personas que lo tienen todo pero que a la vez buscan la autodestrucción en las drogas o en el comportamiento suicida?
Cristo también vino para ayudar a la psiquis del hombre postmoderno. Por supuesto, no de la manera que la iglesia ha estado haciéndolo hoy. Muchas comunidades aún creen que la psicología es del mundo, venida directamente de la naturaleza pecaminosa y del diablo. Para muchas una depresión se cura expulsando a los espíritus territoriales o denunciando a las canciones demoníacas que escuchamos en la radio. Para otros una esquizofrenia no es más que un demonio en posesión de una persona (y no digo que no sea así, pero ¿siempre?) al cual hay que expulsar sin conmiseración. Eso no nos sirve para nada. La abyecta desesperanza tiene raíces más profundas, no es tan fácil como un demonio dentro de alguien. Por ello debemos cambiar, siendo apoyo real a la humanidad abatida, preparados para socorrer y rescatar de las fauces de la nausea inmisericorde, entendiendo el dolor del otro, comprendiendo que también los cristianos pueden tener vacíos existenciales, asumiendo los pasivos de la presión mediática, siendo realmente servidores y no jueces de pena capital. Leyendo a Lucas entendemos, con claridad, que verdaderamente nuestro maestro era el Jesucristo de los pobres, pero también el de los desesperados.

Referencias
(1) Un brevísimo pero adecuado resumen está en http://anyulled.blogspot.com/2007/02/la-gran-comisin.html
(3) Sicre, José Luis. Profetismo en Israel. Estella: Editorial Verbo Divino, 2005. Pag. 248.

jueves, 20 de marzo de 2008

De verticales a horizontales


No cesa mi sorpresa hasta el día de hoy. Para un mar de cristianos, la jerarquía en la iglesia es más importante que la misión de ella; el definir quién manda más importante de precisar una adecuada cristología; afirmar la cobertura de un iluminado sobre los líderes es mucho más relevante que el poseer claridad en la realidad soteriológica. Cosa de locos.

Quizá sea un tema personal, pero el hecho de estar centrado en lo bíblico es algo que siempre ha marcado mi manera de ver la vida cristiana. Tal vez esa sea la causa de mi obsesión por leer y estudiar el texto sagrado (muy reducida últimamente por la creciente absorción de mi trabajo bancario). Por eso compraba teología, por eso fui al seminario, por eso me metí a una maestría de asuntos teológicos postergando la otra, la de economía o finanzas o de lo que fuera. Claro está que al inicio mi visión de las cosas fue de una manera evangélica-conservadora-fundamentalista, pero después mutó a formas mas liberales (usando un término que algunos utilizaron para calificar mi pensamiento actual).

Digo esto porque de allí parte mi acercamiento al tema de la iglesia. Aunque hablo con frecuencia de la homogeneidad de los cristianos en su vida comunitaria, no olvido los textos paulinos que hablan de jerarquía. Los tengo presente permanentemente. He pensado, y seriamente, en ellos. Mi lado teológico ha sido retado con ellos. He ido más atrás, a la estructura discipular de Jesús, y más atrás, al modelo de Esdras tras la deportación, y más atrás, a los tiempos de la labor profética, y más atrás, hasta Moisés y la ley, y más atrás a los patriarcas con el fin de tratar de determinar patrones. Me queda claro que cuando Pablo escribió sobre los diáconos y los obispos, indirectamente tenía en mente todo el Antiguo Testamento; no en vano era judío benjamita, fariseo y educado en Jerusalén por uno de los más reputados maestros de toda la historia religiosa judía. También he pensado en lo que vino tras la muerte del apóstol Juan. He leído, por ejemplo, lo que Lutero pensaba de la iglesia (defendiendo la comunidad); he leído sobre los anababtistas como precursores de la iglesia emergente (que en realidad no es tan nueva como lo quieren hacer creer alguno el día de hoy). He leído más pero no lo recuerdo en este momento preciso.

Entonces, si he visto todo eso, ¿por qué insisto en la homogeneidad? ¿Por qué insto a mi comunidad a pensar así?

Yo tengo una tesis, pero para expresarla debo hacer una pregunta previa: ¿Cuál es para ustedes el principal enemigo del mensaje evangélico? ¿Creen que es el mundo? ¿Las otras religiones? ¿El diablo, que nos persigue trinche en mano para hacernos pecar? Piensen, por favor, en términos de la historia. Mi tesis (en realidad no es mía, la he tomado de alguien que he leído por ahí) es que el enemigo es el clericalismo y los modelos que fomentan los abusos de poder que la iglesia tradicional perpetúa. Más en la iglesia católica o en la ortodoxa, menos en la evangélica (porque todos somos cristianos, ¿no?). El enemigo viene de dentro. Es una especie de concupiscencia global.

Para evitar malentendidos, en este punto debo decir que si algo Dios me ha estado enseñando en los últimos tiempos es que el reino de Dios está allá y aquí, en el lado "tradicional" y en este lado que no sé cómo adjetivar. Todos somos iglesia, somos cristianos, avanzamos hacia el mismo lado, y es el amor lo que debe predominar sobre todas las cosas. Estoy reaprendiendo eso. Veo también a la iglesia tradicional como una herramienta de Dios, como parte de su iglesia y de su Iglesia.

Pero esto no me hace ciego. El sistema y los modelos que fomentan los abusos de poder se han arrastrado de generación en generación por 1600 años (desde Constantino) y se les cuida como a las joyas de la abuela. ¿Qué hago? Digo: "podría hacer algo, pero no cambiará". "Así ha sido siempre", “no podemos renunciar a la historia”. No jodan, eso no se puede pensar. Un creyente no puede tener esa actitud porque muere el evangelismo y colapsa la misión. Eso me frustra un poco de muchos cristianos valiosísimos que no tienen una parálisis del pensamiento, porque hablan y se les siente un tufillo de statu quo, de fatalismo ante la historia de la iglesia y ante el tamaño de la organización (que se refleja en la iglesia local). Si se toma esa posición, ¿dónde está la fe? ¿la esperanza? Si es así, mejor no somos cristianos, no sirve esa fe para nosotros.

Me estoy desviando del tema. Si mi tesis es cierta, entonces debo hacer algo con ella. El sistema estructural tradicional lo tenemos todos porque nos convertimos allí dentro. Yo conozco los textos paulinos, sé que debe haber cierto tipo de jerarquía, me he dado cuenta que la planura estricta no existe, no es sostenible. Tiene que haber un esquema sencillo de liderazgo tal como lo plantea el Nuevo Testamento. Ese esquema simple se basa en:

- El sacerdocio de todos los creyentes donde ontológicamente TODOS SOMOS IGUALES. Esto es algo que los cristianos comunes y corrientes no saben. Se asume que hay diferencia entre el líder y el laico, y no es así. ¡¡Hay que aprender!! ¡¡Reaprender!!

- Anciano y diacono están en el texto. Estos individuos emanan de la comunidad y es la propia comunidad la que debe designarlos (ej. Hch. 14:23. Revisando el griego encontramos que la palabrita cheirotoneo no es imponer las manos –como me dijeron algunas veces en la iglesia-, sino levantarlas como en una votación), por lo que ellos son miembros de la iglesia (no designados desde afuera, como se estila tanto ahora). Deben existir. Quizá no con esos nombres, quizá no de manera explícita, pero deben estar.

Todo parte del sacerdocio de todos los creyentes y, basado en ese sacerdocio, de los textos paulinos que hablan de una incipiente jerarquía. Entonces, ¿por qué insisto en la homogeneidad?

Creo que me darán la razón en el hecho de que si comparan a la iglesia tradicional con el modelo eclesiológico del Nuevo Testamento pues este último es radicalmente horizontal, ¿no creen? Si yo quiero tratar de restaurar un principio bíblico eclesiológico entonces debo pensar en cómo lo hago. Y les digo algo: NO NECESITO ENSEÑAR JERARQUÍA. ¡Eso ya se sabe muy bien! Todos están bien instruidos en ello. Lo que necesito enseñar para restaurar el espíritu del texto sagrado es homogeneidad, debo insistir con ella. Es como desaprender. Los procesos de cambio radical son duros y a veces requieren dar enseñanzas extremas para que, en los momentos intermedios, entreguemos lo correcto. ¿Entienden mi punto?

Todavía algunos en mi comunidad tienen el paradigma metido de la autoridad, piensan en pastores encorbatados, están convencidos que nunca seremos iglesia sino simplemente un grupo de amigos que se reúne para hablar de la Biblia. Por ello hay que insistir en la homogeneidad. Hay que insistir con lo ontológico (el pastor no es mas que la comunidad) pero también con lo práctico. Yo no creo en que todo deba ser plano. No es bíblico y concuerdo con ello. Pero hay un sistema que derribar en las mentes y en ese proceso hay que ir hacia el lado homogéneo. Es capital, es inevitable. Hay que martillar duro.

Y eso que no estoy hablando del servicio, de lavar los pies de los otros, de ser el menor de todos.

En ese proceso vendrán las calumnias, las muy serias acusaciones de "orgullo espiritual", de "sectarismo", de "liberalismo". Pero a pesar de eso soy conciente que debo estar abierto a la posibilidad de que Dios esté rompiendo un marco profundo en las iglesias de la Iglesia o, inclusive, está creando marcos completamente nuevos. Y creo que nos usa ahora. Y en el futuro usará a otros, quizá, para romper este marco que hacemos hoy. ¡¡Y que así sea!! ¡¡Es la vitalidad de la Iglesia de Cristo!! ¡¡De Su Iglesia!!

¿Horizontal o vertical? Horizontal, por supuesto.

sábado, 8 de marzo de 2008

Paz incompleta, pero paz al fin

El hecho que nuestros países se desangren internamente es una tragedia. Por eso, merecen la mayor de las condenas organizaciones terroristas como las FARC o Sendero Luminoso, que deben tener nuestro repudio sin ambages.
El hecho que nuestros países se desangren entre ellos es una tragedia al cuadrado. Ya ha sido suficiente con las guerras entre nosotros de los últimos doscientos años, con sus muertos y sus traumas. Por ello, y sin importar nuestras opciones políticas, el abrazo en Santo Domingo entre Correa y Uribe es algo digno de alegría, y es una cosa que desde esta pequeña tribuna saludamos, claro está, sin olvidarnos de las responsabilidades por la doble violación de la soberanía ecuatoriana: por el lado del ejército regular de Colombia y por el lado de las FARC.
Paz incompleta (lo será cuando Colombia sea libre de su flagelo) pero paz al fin. Oremos pues, para que la justicia, condicionante fundamental de la paz y uno de los pilares de la enseñanza de Jahveh, se propague en nuestra Latinoamérica y en nuestro mundo lleno de conflictos: Darfur, Gaza, Irak, Afganistán, Kosovo, y tantos otros sitios.