Obvio, ¿no? La navidad ya no es religiosa sino económica, porque ha pasado de ser la fiesta de rememoración del nacimiento de Jesús a ser el ícono del consumo y el comercio mundial, uno de los grandes hitos de ventas del año; qué digo, es el mayor de ellos. Duendes, renos, árbol, luces, pavo, cena, champaña, chocolate caliente, panetón, regalos, muñecos de nieve (un sinsentido en una ciudad como Lima, en un desierto y en donde la navidad cae en verano y donde no existe nieve nunca), Papa Noel, Polo Norte, trineo, y un largo etcétera, son los símbolos de esta navidad mercantil. Pero la compra y la venta no tiene contenido en sí misma, y por ello adosaron la idea del compartir en familia, del mundo de los niños que recibirán variopintos regalos, del verdadero significado de la navidad.
El sistema se comió la navidad original con zapatos y todo. Adios al pesebre carenciado y bienvenida la explosión del negocio.
¿Y qué hacemos? Creo, como Miguel Muñoz, que la navidad debe ser reparada. Creo, también, como Ignacio Simal, que debemos contemplar el misterio de la encarnación, que nos muestra el Dios con nosotros, el Dios que hizo carne, que caminó a nuestro lado, que se hizo amigo, compañero... como ya lo había sido antes. Hay que concentrarnos en el principio, en lo que se comenzó esa noche belemita, en soledad y pobreza, poniendo los ojos en en el centro de todo: Nuestro Señor Jesucristo, creador, intercesor, salvador.
Feliz Navidad a todos (la verdadera, no la capitalista).
4 comentarios:
"poniendo los ojos en el centro de todo: Nuestro Señor Jesucristo".
Bien dicho Abel.
Un abrazo en la celebración constante de Su Regalo.
Un abrazo para ti también, Caro.
Muchos saludos,
Abel, que tengas una felices fiestas que de seguro son muy especiales por tu bebe,y muchas bendiciones para el 2008!!
Un saludo cordial.
Brisa, ¡Gracias por tu saludo!! También te deseo lo mejor para este 2008 en todos los aspectos de tu vida.
Muchos saludos,
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