Quizá alguno de ustedes ha notado que no posteo tan seguido desde hace algún tiempo. Trabajo abundante (casi siempre es eso, ¿no?) junto con otras cosas personales se me han ido acumulando y haciendo que mi ritmo de escritura pare, se adormile, haciéndose necesariamente más lento. Es inevitable a veces, a pesar de las cosas que uno tiene en la cabeza.
En mi último post pedí una oración por mi hijo Daniel, al que finalmente le detectaron neumonía, tal vez causada por el aire acondicionado que la gran mayoría de las casas usan en los Estados Unidos en el verano (en contraste de Lima, donde son muy pocas las que lo tienen). Mucha gente -mediante comentarios aquí en el blog, correos electrónicos y hasta en Facebook- se comunicó conmigo y me brindó su apoyo, comprometiéndose a orar por mi bebé, aunque algunos ofrecieron mucho más que eso. Estos gestos fueron muy especiales para mi, y se los agradezco de verdad.
A Dios gracias la cosa no fue tan grave, y con la medicación que el médico general le dio fue suficiente para que se recupere de manera total. Ya he viajado y en este momento estoy con él y mi esposa en Illinois-USA, donde estaremos hasta inicios de septiembre.
Nuevamente, gracias a todos por sus oraciones y su interés. ¡Dios los bendiga!