jueves, 5 de diciembre de 2013

Integralidad N°14




Les presento la edición N° 14 de la revista digital Integralidad, que trabajamos desde el Centro Evangélico de Misiología Andino-Amazónica (CEMAA) en Lima (Perú). Sus comentarios serán bienvenidos. Para acceder a ella sólo tienen que hacerle click a la imagen de arriba.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Dios en la esperanza

Cristo en la cruz clamaba por el desamparo de Dios Padre, desnudo frente a la multitud que lo aclamaba como a un rey días atrás y ese viernes pascual, extasiada, lo veía morir clavado como vil sedicioso cananista. ¿Negaremos este hecho? ¿Nos haremos de la vista gorda ante la realidad comprobada de que hay ocasiones en que Dios parece dormir, luciendo como si se hubiera ido de viaje, como si hubiera declarado asueto por un feriado largo? ¿Iremos en contra de la dominante alabanza que se concentra en las promesas, en el bienestar al lado de Dios, en declaraciones de victoria, de júbilo, en éxito? ¿Negaremos los tiempos oscuros, los valles de sombra de muerte, los escapes donde nos alimenta un mísero cuervo al lado de un arroyo escuálido? 

No nos hace menos cristianos el admitir la oscuridad que domina a veces a los senderos de la fe. Así, la sensación de desamparo la sentimos en la misma sangre, el sinsentido domina, el caos anda boyante, burlón. Dios brilla, pero por su ausencia helada, y parece que todo está perdido, que todo hiede, que no hay más que hacer. Parece que nos empujan a la rendición, a entregar el alma a la nada, a la renuncia irrevocable. ¿Es que, de verdad, no hay nada, realmente todo está perdido? ¿A dónde ver en tiempos agrios? ¿A la tierra prometida? ¿A la nube de fuego en la noche, que nos guíe? ¿A la tierra abandonada a la cual volveremos tras el exilio? ¿A dónde dirigir la mirada? 

 Quizá pidamos demasiado, quizá queremos que se nos abra el mar, o que rompa el velo del templo de arriba a abajo, algo así de contundente. ¡Queremos que nos lleven al cielo en carros de fuego! Y en realidad, el ver el firmamento en su inmensidad esperando la transformación de lo que nos está sucediendo hace que no veamos los márgenes desde donde Dios suele hablar, donde gusta manifestarse. No vemos el trajinar del padre, o el cielo azul recargado de las estrellas de medianoche. No escuchamos la voz amiga, el viento calmo a través de las palabras del confidente. No olemos el aroma reconfortante. No sentimos nada. Creemos que no hay esperanza, pero ésta surge de muchos pequeños lugares, y en todos éstos, está Dios, comunicándose con nosotros, animándonos a seguir respirando, recordándonos que está allí, hablándonos bajito y caminando con nosotros. A la esperanza no le gusta lo aparatoso. 

 Pero no queremos ver a Dios y seguimos ciegos en el gran túnel, ignorando las luciérnagas de la esperanza. ¡Siempre Dios es esperanza! Y ésta nunca se va, siempre está allí, pequeña a veces, grande también, pero siempre allí. ¿No es fuente de esperanza la sonrisa de la niña que nos hace bien a pesar de que el mundo se esté partiendo en dos? ¿No es fuente de esperanza la manifestación de Dios a través de la persona amada y el sentimiento compartido? Sí, eso y más. Por eso, a veces debemos dejarnos llevar y sentir la dulce palabra de Dios hablada desde lo pequeño, desde lo discreto, de donde nunca nos dijeron que era posible escucharlo.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Integralidad N°13




Les presento la edición N° 13 de la revista digital Integralidad, que trabajamos desde el Centro Evangélico de Misiología Andino-Amazónica (CEMAA) en Lima (Perú). Sus comentarios serán bienvenidos. Para acceder a ella sólo tienen que hacerle click a la imagen de arriba.

sábado, 23 de marzo de 2013

El voto santo

En el Perú existe poca tolerancia al voto ajeno. Nos cuesta aceptar que el otro tiene una lógica distinta a la hora de elegir. Más aún, para agravar el asunto nos invade una gran tendencia a etiquetar peyorativamente a la competencia: corrupto, ineficiente, mafioso, rojo, caviar, facha, progre, o lo que quieras. La sociedad sale magullada cada vez que tenemos que votar, aunque los políticos -sea el resultado que sea- acaben tomando un café en el Haití o cenando en Las Brujas de Cachiche, como los mejores amigos del mundo. Como si todo lo que se dijeran en campaña no fuera más que un libreto preparado para azuzar a las masas, para ponerle emoción, para conseguir los votos de los incautos que aman el formato talk show. 

Cuando hablamos del voto evangélico (si es que existe una cosa así) concurrimos a un panorama que no es muy distinto al de la sociedad como un todo, aunque el hecho de decidir por quién votar tiene sus justificantes particulares. Como a todos, cuesta aceptar otras lógicas a la forma de elegir, y también etiquetamos al otro. Sin embargo, existe un argumento más poderoso que, desde el punto de vista del que lo expone, es categórico: el hecho de que mi decisión electoral es avalada por mis principios cristianos y bíblicos. Dicho de una manera menos implícita: el aval lo de alguien más grande: el creador de los cielos y la tierra, el mismo Jahveh. 

¿Qué se puede decir ante eso? Muy poco, en realidad. La afirmación implícita de que Dios estuvo detrás de mi decisión electoral es categórica, y el punto de partida para la intolerancia más absurda a pesar del hecho obvio: dos personas con el mismo móvil (principios cristianos y bíblicos) votan distinto. La última elección limeña, por la revocatoria de la alcaldesa Susana Villarán, lo mostró con demasiada claridad. Como ella había participado en algunas marchas de colectivos pro-gays abogando por la no discriminación, el hecho de removerla de su cargo por apoyar algo tan pecaminoso era, hasta cierto punto, necesario para algunos. De esto se aprovechó el pastor Linares, juntándose con Marco Tulio Gutierrez, para recolectar las firmas necesarias para iniciar el proceso de revocación. Lo demás fue causa-efecto: votar SI (a la revocación) se hizo, para muchos, votar contra la iniquidad y la degeneración representada por la alcaldesa. En concreto, la causa anti-gay se hizo el móvil por el SI y las otras cosas, como la ineficiencia de la gestión municipal, fueron cuestiones secundarias. No importaba si los promotores de la revocatoria habían estado involucrados en actos de vil corrupción: el asunto gay estaba por encima de cualquier cosa. 

El voto, entonces, se hizo santo. Los cristianos que estábamos por el NO (a la revocación) nos convertimos, repentinamente, en defensores de Sodoma y Gomorra, en prácticamente no cristianos ante una masa agresiva de corte fundamentalista. Qué increíble suena eso, pero así fue. Pero ganó el NO, y se hizo una pequeña crisis. Si la Biblia dice que Dios pone y saca reyes, fue entonces su voluntad que la alcaldesa se quede en el cargo. ¿Está tolerando, entonces, a alguien que apoya a los gays? ¿Por qué, entonces, no seguir el ejemplo que el mismo Dios parece dar? ¿No había revelado Dios que el SI ganaría? ¿Es que Dios no reveló? ¿Quién lo hizo? ¿No será que, quizá, Dios deja en nuestra cancha los asuntos electorales, y no interviene? Este último parece reflexionar en el camino adecuado.

sábado, 5 de enero de 2013

Integralidad N°12




Les presento la edición N° 12 de la revista digital Integralidad, que trabajamos desde el Centro Evangélico de Misiología Andino-Amazónica (CEMAA) en Lima (Perú). Sus comentarios serán bienvenidos. Para acceder a ella sólo tienen que hacerle click a la imagen de arriba.

martes, 1 de enero de 2013

Integralidad N°11




Les presento la edición N° 11 de la revista digital Integralidad, que trabajamos desde el Centro Evangélico de Misiología Andino-Amazónica (CEMAA) en Lima (Perú). Sus comentarios serán bienvenidos. Para acceder a ella sólo tienen que hacerle click a la imagen de arriba.