miércoles, 31 de diciembre de 2008

Integralidad


Les presento la quinta edición de la revista digital Integralidad, que trabajamos desde el Centro de Misiología Andino-Amazónica (CEMAA) en Lima (Perú). Sus comentarios serán bienvenidos. Para acceder a ella sólo tienen que hacerle click a la imagen de arriba. Saludos a todos, y mis mejores deseos de un excelente 2009.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Las bombas también son elegidas

Desde hace tiempo existe un movimiento cristiano protestante que es pro-Israel, y defiende los intereses del estado judío. Para ese movimiento no existe mal o error en la política exterior de Tel Aviv, y no hay problema en justificar ataques militares contra los enemigos de la nación que cobija al pueblo elegido, sea un estado-oficial como Siria o Egipto, un estado-enclenque como el Líbano, o un proto-estado como lo es Palestina. No hay problemas con la sangre ni con el sufrimiento de gente que también es imagen de Dios. Es como si las bombas israelíes también fueran elegidas, como si existieran bombas malvadas y bombas santas, como si de verdad creyeran que la división entre elegidos y gentiles fuera real, con seres humanos de primera y segunda clase.

La opinión cristiana, a mi entender, debe ser siempre en pos de la vida, de la paz y de la defensa de los derechos básicos que la persona humana posee por el simple hecho de existir. Eso es con lo que nos debemos comprometer en primer lugar. Si, en lugar de eso, colocamos los intereses personales de un grupo de poder o de una nación o credo religioso, estamos en un camino errado, execrable y condenable. Como cristianos, la búsqueda de la paz y la vida debe convertirse en un principio que no debe transarse jamás. Lamentablemente, muchos hermanos han vendido esos principios fundamentales por creencias escatológicas o por literalismos bíblicos que siempre nos llevan a inverosimilitudes dolorosas que los fanatismos no suelen ver, como el hecho de defender los 315 muertos que hasta ahora ha dejado la ofensiva militar contra Gaza. ¡Defendiendo masacres con el fin de ser consistentes con una idea poco sostenible! ¿No hay algo malo en ello, algo que no funciona bien?

Por ello, no tiene sentido excusar la masacre israelí porque ya habían advertido en los días previos de un ataque masivo del mejor ejército profesional del área. No tiene sentido justificar una invasión de un mes contra el sur del Líbano, no tiene sentido justificar la construcción del muro de la vergüenza en Cisjordania que aísla a los palestinos, no tienen sentido las múltiples trabas que Israel realiza contra el buen funcionamiento del gobierno palestino, no tiene sentido hacerse la víctima ante la adversa reacción de la prensa internacional cuando tienen a su favor al lobby más poderoso del mundo (el pro-judío en Washington). Tampoco tiene sentido los misiles caseros que se lanzan a donde caigan, ni el terrorismo suicida que se sube a un bus y mata sin discriminación, ni el adoctrinamiento violentista que viene desde el jardín de niños, ni los secuestros a soldados. El sentido se encuentra en que la vida y la paz puedan prevalecer por siempre.

Sin justicia no hay paz. Toda situación injusta es caldo de cultivo para la resistencia. Y si a este caldo le añadimos el fanatismo religioso tenemos una mezcla radiactiva que explota al primer contacto. Con eso en mente comprendemos el porqué de la insistencia bíblica con el tema de la justicia y pensando en esto encontramos el porqué siguen los problemas en Israel. ¿Quieren paz? La justicia debe entrar como variable fundamental de la solución al conflicto. Pero parece que hay gente en Washington e Israel muy interesada en que la justicia no impere, a pesar de sus discursos. Lo mismo en Palestina. Son aquellos a los que les encanta jugar a la guerra. Y algunos ilusos cristianos les hacen el juego.

Y mientras las cosas sigan así, permaneceremos en el callejón sin salida en donde nos encontramos desde hace medio siglo.


Imagen: http://news.bbc.co.uk/media/images/39077000/jpg/_39077449_030410.israel300.jpg

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Que un día sea realidad...


... en todas nuestras iglesias cristianas.


Cartel tomado de www.ateneoteologico.org

sábado, 6 de diciembre de 2008

El siervo del centurión en versión de Coelho

Es muy popular pero ligerito. Paulo Coelho tiene el tipo de escritura ideal para tiempos modernos: simple, directa, en forma de relato, no voluminosa. Nada de técnicas literarias complejas. He leído cuatro o cinco libros de él y, de todos, creo que el más valioso es "El Alquimista". En él crea una historia con uno de los relatos que más me conmueven de los evangelios: el siervo del centurión. Para mí, esas dos páginas valen muchísimo más de lo que pagué por el libro (lo compré usado en una feria de libros en Lima). Allí les va.

En la antigua Roma, en la época del emperador Tiberio, vivía un hombre muy bueno, que tenía dos hijos: uno era militar, y cuando entró en el ejército, fue enviado a las más lejanas regiones del Imperio. El otro hijo era poeta y encantaba a toda Roma con sus hermosos versos.

Una noche, el viejo tuvo un sueño. Un ángel se le aparecía para decir que las palabras de uno de sus hijos serían conocidas y repetidas en el mundo entero, por todas las generaciones venideras. El anciano despertó agradecido y orando aquella noche, porque la vida era generosa y le había revelado algo que cualquier padre se sentiría orgulloso de saber.

Poco tiempo después, el viejo murió al intentar salvar a un niño que iba a ser aplastado por las ruedas de un carruaje. Como se había portado de manera justa toda su vida, fue directo al cielo, y se encontró con el ángel que se le había aparecido en el sueño.

─Tú fuiste un hombre bueno ─le dijo el ángel─. Viviste tu existencia con amor y moriste con dignidad. Puedo realizar ahora cualquier deseo que tengas.

─La vida también fue buena para mí ─respondió el anciano─. Cuando tú te me apareciste en un sueño, sentí que todos mis esfuerzos estaban justificados. Porque los versos de mi hijo quedarán entre los hombres por los siglos venideros. Nada tengo que pedir para mí; sin embargo, todo padre se enorgullecería de ver la fama de alguien a quien él cuidó cuando niño y educó cuando joven. Me gustaría ver, en el futuro lejano, las palabras de mi hijo.

El ángel tocó en el hombro al anciano y los dos fueron proyectados hacia un futuro distante. A su alrededor apareció un lugar inmenso, con millares de personas, que hablaban en una lengua extraña.

El viejo lloró de alegría.

─Yo sabía que los versos de mi hijo poeta eran buenos e inmortales ─dijo al ángel, entre lágrimas─. Me gustaría que me dijeses cuál de sus poesías está recitando esa gente.

El ángel entonces se aproximó al viejo con cariño y se sentaron en uno de los bancos que había en aquel inmenso lugar.

─Los versos de tu hijo poeta fueron muy populares en Roma ─dijo el ángel─. Gustaban a todos y todos disfrutaban con ellos. Pero cuando acabó el reinado de Tiberio, sus versos también fueron olvidados. Estas palabras son de tu hijo que entró en el ejército.

El anciano miró sorprendido hacia el ángel.

─Tu hijo fue a servir a un lugar lejano [y] llegó a ser centurión. Era también un hombre justo y bueno. Una tarde, uno de sus siervos enfermó y estaba a punto de morir. Tu hijo, entonces, oyó hablar de un rabino que curaba a los enfermos y anduvo días y días en busca de este hombre. Mientras caminaba, descubrió que el hombre al que estaba buscando era el Hijo de Dios. Encontró a otras personas que habían sido curadas por él, aprendió sus enseñanzas e incluso siendo un centurión romano se convirtió a su fe. Hasta que cierta mañana llegó cerca del Rabino.

─Le dijo que tenía un siervo enfermo. Y el Rabino se dispuso a ir hasta su casa. Pero el centurión era un hombre de fe y mirando al fondo de los ojos del Rabino, comprendió que estaba delante mismo del Hijo de Dios cuando las personas que estaban alrededor de ellos se levantaron.

─Estas son las palabras de tu hijo ─dijo el ángel al anciano─. Son las palabras que él dijo al Rabino en aquel momento y que nunca más fueron olvidadas. Decían:

“Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero di una sola palabra y mi siervo será salvo”


Imagen: "Jesús y el centurión" de El Veronés (1528-1588).

sábado, 29 de noviembre de 2008

La Biblia (Reina Valera) dice

Abundan los hermanos en esta viña del Señor que claman diciendo: "Es que la Biblia dice". No soy el primero que los cataloga así. Ya lo había hecho la Monja Guerrillera en algunos posts a los que ya no es posible entrar, aunque aquí y aquí ella habla de lo mismo con otro enfoque.

A veces, los hermanos que dicen "La Biblia dice" son personas con poca educación, con las que se puede ser totalmente tolerante y comprensible por su literalidad en su aproximación al texto bíblico porque es de esperarse. Otras, en cambio, tienen recursos y conocimiento teológico profundo. Con ellas es más difícil soportar esa actitud. Es como si las evidencias le hubieran entrado por una oreja y salidas por la otra, totalmente limpias y sin señal de algún tejido o flujo corporal. Como si entre oreja y oreja hubiera un conducto recto de una pulgada de espesor cubierto de acero galvanizado para que las ideas escuchadas no lleguen al cerebro.

Muchos de estos hermanos respetan fuertemente a la Biblia. Pero, claro está, no a cualquier Biblia, sino a la única Biblia, a la verdadera, esto es, a la versión Reina-Valera revisión 1960. Las otras, por supuesto, no sirven casi para nada.

Pero lo que muchas veces estos hermanos han olvidado es que las traducciones bíblicas suelen tener un móvil, una motivación; con frecuencia han sido influenciadas por la época, la mentalidad de los traductores o su tendencia cristiana (católico, ortodoxo, protestante, etc.). Las traducciones nunca son limpias, siempre son afectadas por elementos subjetivos. Obviamente la RV60 no es la excepción, no ha sido inspiracionalmente traducida. Considerando eso, algunos creen que esta versión es muy espiritualizada, no coloca las cosas que debían ser por los tabúes o prejuicios de su tiempo. Por lo tanto, el resultado de su literalidad puede verse muy afectado por eso. Repiten "la Biblia dice", pero, ¿es así, realmente?

Un pequeño ejemplo de traducciones influencidas -en este caso, por la teología subyacente- es el siguiente: Mateo 1:25 en dos versiones. La primera, la muy buena Torres Amat, católica. La segunda, la RV60.

- Y sin haberla conocido o tocado, dio a luz su hijo primogénito, y le puso el nombre de Jesús (TA)

- Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESUS (RV60)

No quiero entrar en la discusión sobre la virginidad perpetua de María. Quiero que lean los textos y observen que leyendo el texto católico no queda claro si luego del parto José y María tuvieron relaciones sexuales. En cambio, en el texto protestante el "hasta que" dice mucho, ¿no les parece? Más explícito es el texto de los Testigos de Jehová (la muy manipulada traducción del nuevo mundo) que dice que "Pero no tuvo coito con ella hasta que ella dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Jesús". ¿Y porqué las diferencias en las traducciones? Pues los elementos subjetivos (y objetivos también, sobre todo cuando no hay certeza de la autógrafa por las contradicciones entre los textos disponibles). Claro que la solución sería aprender griego y hebreo, pero poquísimos podrán hacer eso. Para la mayoría de nosotros sólo nos queda jugar con lo que tenemos a la mano: las traducciones al español de la Biblia.

Quiero concentrarme en dos versículos de la Reina-Valera 60, la "verdadera". Ambos se encuentran en Ezequiel:

Eze 16:26 Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes

Eze 23:20 Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos y cuyo flujo es como el flujo de los caballos.

En ambos pasajes se encuentra la palabra hebrea "basar", utilizada 273 veces en el Antiguo Testamento. Suele traducirse como carne, cuerpo, parentesco o puede denotar debilidad. En ocasiones, sirve para expresar el miembro viril masculino, esto es, el pene (¿La Biblia habla del pene? Pues sí, habla del pene). En los dos pasajes anteriores se habla del pene aunque la incorrecta traducción hace que eso no se note. Un ensayo personal de traducción puede ser el siguiente:

Eze 16:26 Te prostituíste con los egipcios, tus vecinos de pene (basar) robusto (también, pene grande. La NVI dice "tus vecinos de grandes genitales")

¿Se dan cuenta que eso no se entiende de la traducción RV60?

Y el otro puede traducirse así:

Eze 23:20 Se volvía loca por sus amantes, cuyo pene (basar) es como el pene (basar) de los asnos y cuya eyaculación es como la de los caballos

¿Y de dónde sale el "ardor carnal" de la RV60? Yo no sé. ¿Alguno lo sabe?

¿Cuántos de estos casos tendremos en la RV60?

Entonces, ¿La Biblia dice? Pues, no es tan fácil.



Referencias

Wolf, Hans Walter. Antropología del Antiguo Testamento. Salamanca: Ediciones Sígueme, 1997.

martes, 25 de noviembre de 2008

Fin de semana en Barcelona

Cuando el viaje que hice a España se confirmó, pensé en ir a Barcelona. Para esto, me comuniqué con Ignacio Simal, director de Lupa Protestante, para que me diga cuáles son los lugares principales que debería conocer sí o sí y me pase algunas páginas webs interesantes sobre la ciudad condal.

Ignacio hizo mucho más que eso.

Gestionó para mi un alojamiento baratísimo en Castelldefels, toda una mañana me hizo un recorrido por el centro de la ciudad y, más aún, me pidió predicar en su iglesia. Sí, predicar. Yo en mi mente decía: "¿Está Ignacio seguro de lo que está haciendo?"

El domingo tomé el tren, me encontré con Ignacio y Joana, su esposa, y fuimos a la iglesia en L' Hospitalet de Llobregat. Resultó ser una comunidad agradable, acogedora, y excelente. Me hizo recordar lo que deben ser las iglesias siempre: un sitio donde uno pueda sentirse en familia, deseando siempre estar allí porque sabemos -y sentimos- que estamos con los hermanos en la fe, que nos aceptan, soportan y quieren tal como somos. Así es Betel, y al salir de allí mi esperanza en la iglesia se incrementó exponencialmente, comprendiendo que el ideal de vivir el reino de los cielos aquí y ahora puede ser vivido de verdad: ¡Lo vi en Barcelona! Gracias, Ignacio, por mostrarme eso.

Y la prédica... creo que estuvo bien. Mejor estuvo el almuerzo que vino luego, donde comí por primera vez caracoles :-o

sábado, 22 de noviembre de 2008

Cena madrileña

Con Luis Pérez, de Cristianosh, me unen muchas cosas. Más de las normales.

Además de que ambos somos cristianos y bloggers, trabajamos en lo mismo (los riesgos de mercado). Yo, midiéndolos para un Banco; él, habiendo participado en la creación de un sistema que los mide y ahora involucrado en su venta. Una parte de nuestra conversación fue hablar del Value at Risk (VaR), las volatilidades, backtestings y demás cosas que componen nuestro día a día.

Sin embargo, lo que más tenemos en común son unas tristes circunstancias, no idénticas pero sí parecidas, que nos sucedieron a y a él hace algún tiempo. Un dolor compartido que aún se siente, allí muy fuerte, pero que se soporta porque un Dios poderoso está a nuestro lado, ayudándonos a seguir adelante.

Luis es una persona increíble, con una enorme entrega a Dios y una fe transparente y completa que confía sin dudar en nuestro Señor. Escuchándolo mientras cenábamos en Madrid, recordaba que yo -a veces- me olvido de eso, que de vez en cuando me invade cierta autosuficiencia inutil que me hace vivir el día a día ensimismado en mis propios pensamientos, dejando a Dios de lado. Escuchándolo me di cuenta que esa fe que le sale a borbotones es la que no debo perder jamás, una fe que por nada del mundo debo permitir que se escurra por la rutina, el cansancio o la mucha lectura. Una fe que, simplemente, reconozca que Dios es nuestro Señor día a día, a cada momento y en todo lugar.

Luis: gracias por recordarme eso.

martes, 11 de noviembre de 2008

Dinámicas comunitarias

Todo esfuerzo de la praxis cristiana debe partir siempre de la comunidad, de toda la gente unida que se compromete a avanzar paso a paso en la vida cristiana, apoyándose, siendo amigos, conociendo más el amor de Dios, madurando bíblicamente en pos de la santidad. Sin comunidad no hay cristianismo; sin comunidad hay sólo apatía y apocamiento. No en vano Jesucristo les dijo a sus discípulos que “donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. (Mt. 18:20, RV60) Es en el espacio vívido de la comunidad donde la presencia de Cristo se hace sólida porque mediante la vida en común (Hch. 2:42b) es que Dios nos permite conocerle mejor.

La trinidad y la entrega

Lo anterior es así porque al vivir en comunidad replicamos el modelo trinitario. La trinidad del Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas independientes pero una completa al mismo tiempo, es nuestro ejemplo por excelencia de comunidad. Como la trinidad, nosotros somos varios pero a la vez podemos ser uno. Somos varios que sentimos con certeza que somos uno en el amor del Señor, preparados para disfrutar y enfrentar las alegrías y penas de la vida. “El ejemplo trinitario de equidad, comunicación y amor incondicional y rebosante debe llenar nuestros ojos e impulsarnos a capturar el modelo de quien somos imágenes para que en esta tierra los cristianos tengamos un parangón activo y trascendente que sea el norte de nuestra praxis de vida cristiana” (1)

La vida en comunidad siempre nos recuerda la entrega de Jesucristo al venir a la cruz para morir por nosotros, abandonando su dignidad divina a la diestra del Padre (Fil. 2:5-11). Él era sublime, absolutamente glorioso en los cielos, pero decidió remangarse la camisa para venir aquí para salvar a la creación pervertida por el pecado con su sacrificio definitivo (He. 10:10,12b,14-18), viniendo a la tierra para andar con su imagen y semejanza. ¿Qué nos está diciendo esto? Para comenzar, se nos está hablando del trato entre los miembros de la comunidad. Si el mismo Jesucristo, el Señor de toda la creación, se hizo como uno de nosotros pero no como rey sino como una persona humilde nacida en un establo y crecida en un pueblo insignificante, ¿quiénes somos nosotros para manifestar actitudes de superioridad? ¿De mayor santidad por vano orgullo? ¿Porqué si Cristo fue de arriba hacia abajo (Divinidad-encarnación-pesebre-crucifixión) nosotros pretendemos ir de abajo hacia arriba (mundano-converso-líder-pastor-¿apóstol?) en nuestras propias relaciones en las iglesias? Por lo tanto, es en humildad que un miembro decide someterse a otro de manera voluntaria. Así debe ser, con una actitud preponderante de humildad los unos con los otros. Nadie más que el otro pero en serio, no en el papel como tristemente ha venido sucediendo en la historia de la iglesia cristiana, donde vez tras vez el afán por el poder ha cegado a muchos de los líderes de turno. (2)

¿Qué implica este principio de humildad? Primero, la igualdad absoluta entre todos los miembros. Ergo, no existen jerarquías y por ende no se haría necesaria la institucionalidad burocrática. Segundo, se realza el sacerdocio de todos los creyentes y el hecho de que absolutamente todos tengamos que hacer la misión de Dios. La suma de ambas nos trae una conclusión determinante: no se hace necesaria en las comunidades la línea entre el laico y el pastor. No existe porque somos ontológicamente lo mismo; no existe porque todos somos iguales. Tercero, la entrega de los miembros por su otro, por su hermano, en actitud permanente de servicio abnegado. No la búsqueda de la propia conveniencia o del control, sino siempre el pensar en lo mejor para el hermano, porque eso es lo que nos dijo el Señor y lo recalca, con otro énfasis, el apóstol Pablo (Mt. 22:39; Gal. 6:10).

Escribiendo lo anterior de otro modo, los dos principios fundamentales de una comunidad basada en la trinidad como forma de vida son la horizontalidad -fundamentata en la humildad- y la entrega por el otro en beneficio de todos –establecida en el sacrificio cristológico-. Esto es ver a la comunidad hacia adentro, hacia sí misma, hacia su propia alma.

La comunidad, no obstante, no puede vivir para sí misma porque no ha sido creada con ese fin (Mt. 28:19; Jn. 17:18, 20). La comunidad vive en y para el mundo (Jn. 17:15-16, 23), no esta destinada para estar en un espíritu de aislamiento y ascetismo. Hacia adentro la comunidad, valga la redundancia, subsiste para hacer comunidad, hermandad, compañerismo, vida en común, koinonía, o como quieran llamarlo. Hacia afuera la comunidad está para cumplir la misión que Dios nos ha puesto en la tierra. ¿Qué misión? La comunidad debe impulsarse activamente en una actitud solidaria con el mundo, comprendiendo lo mejor posible lo que sucede en la sociedad y estando prestos a dar, porque de esa manera podremos comprometernos con la idea de construir el reino de Dios en la tierra. Ese dar implica predicar el evangelio con firmeza pero a la vez estar presente en las vivencias de la gente, allá afuera, en sus actividades comunales y sociales, en sus fiestas y entierros, en los nacimientos y graduaciones, en la construcción de la plaza del pueblo o jugando el campeonato de fútbol del fin de semana. Por ello de inmediato nace la motivación de las comunidades que siempre son retadas a la acción por la realidad que las rodea. No puede haber comunidad sin misión porque se condena a la agonía y la consecuente muerte. Tampoco es sano que existan comunidades aisladas en su propio guetto porque esto no es más que una triste devaluación de la vida cristiana.

La comunidad en el día a día

Pensando en elementos prácticos de vida comunitaria, se me ocurren algunos componentes que enumero sin ningún orden en especial y que, a mi entender, forman parte del espíritu comunitario en el día de hoy que tenerse presente a la hora de participar de la misión de Dios.

a. Crecimiento: Las comunidades deben anhelar llegar a más gente pero priorizando el crecimiento espiritual sobre el numérico. La salud comunitaria y personal de cada uno de los miembros es más importante que una masa de prosélitos que jamás lograrás atender. Primero es el crecer en madurez y en conocimiento de Dios. No es una renuncia a la evangelización, es renuncia al irresponsable crecimiento neoplásico sin consistencia. Es ser responsables y decirle adiós a la hambruna eclesial que genera cristianos escuálidos que son arrastrados por las muchas modas que de tanto en tanto invaden el barrio evangélico latinoamericano.

b. Revolución homilética: Las iglesias consideran como cosa fundamental al sermón. Algo de razón tienen, porque aquí se suele predicar la palabra y es el escenario natural de la instrucción bíblica. El problema es que son los pastores los que han monopolizado el púlpito, creando barreras a la entrada para miembros de la iglesia capaces y dispuestos. Y más aún, el sermón es en un solo sentido, sin posibilidad de réplica en contraste del estilo del mismo Cristo (ej. Lc. 10:29). Por ello, las comunidades pueden romper el monólogo del sermón para reemplazarlo por un dialogo plural, donde el Espíritu Santo sea más libre y hable por todos los miembros de la comunidad. Supone el abandono del discurso pero el impulso intenso del dialogo entre iguales, donde uno aprende del otro.

c. Espontaneidad: Mucha de la liturgia en las iglesias se ha osificado, sacralizando el orden del culto. Las comunidades pueden renunciar a la rigidez programática creyendo que es bueno planear pero en un estado de permanente sensibilidad a lo que ella misma quiere, siendo abiertas a los cambios a los que el Espíritu Santo las lleva. La espontaneidad se lleva también a los aspectos económicos. Adiós a las ataduras y obligaciones del diezmo, bienvenida la entrega sacrificial sin presiones.

d. Innovación: Las comunidades deben siempre considerar con respeto los dos mil años de historia cristiana y, en ese espíritu, se abre a la innovación en las formas eclesiales, la manifestación de la fe y maneras creativas de hacer la misión como tantos hermanos cristianos lo hicieron en el pasado. Reunirse en un parque o en algún espacio público, celebrar la Cena del Señor en con la periodicidad que deseen, transformar el ritmo de la alabanza o lo que consideren necesario adaptar o mantener es parte del ser de las comunidades.

e. Dimensionalidad: Las comunidades pueden considerar que los paradigmas del tiempo y el espacio se han roto. No son necesarios templos ni tiempos específicos para desarrollar la vida lutúrgica. Para la comunidad, cualquier espacio y cualquier momento puede ser adecuado para un encuentro con el Señor Jesucristo. ¿Debe ser siempre los fines de semana? ¿Sólo el domingo, el día del Señor? Las realidades espirituales y la comunión con Dios están interesados en cuestiones de mucha más trascendencia (Col. 2:16). Las comunidades pueden ser realmente libres de largas ataduras por la presión de tener un gran templo o por hacer las actividades siempre en los mismos días específicos.

f. Celebración: Las comunidades pueden priorizar la alegría y la celebración como elementos fundamentales dentro del compartir cristiano. Las alimenta su convicción de estar trabajando en la misión de Dios, de crecer en madurez y de ser parte de la maravillosa creación de Dios, y desde allí concluyen que permanentemente hay motivos de celebración y compartir como comunidad. No son ciegas al dolor humano y a la tristeza propia del pecado en el mundo, e inclusive saben llorar cuando sea necesario, pero entienden que el saber que en toda circunstancia Dios está a nuestro lado es un suceso que nos ayuda a mantener y transmitir la alegría comunitaria.

g. Pluralismo: Aunque las comunidades seguro que han encontrado sus propias maneras de acercarse a Dios y vivir el cristianismo, deben reconocer la multiplicidad de experiencias de fe, tanto tradicionales como no tradicionales, en las cuales Dios trabaja y manifiesta su amor, obrando mediante su Espíritu Santo de la misma manera que lo hace con ella misma. Este reconocimiento implica respeto porque considera que todos somos hijos de Dios alabándolo de maneras distintas, llenas de nuestras propias experiencias siempre variopintas.

h. Digitalidad: Las comunidades deben tener en cuenta que Satanás no vive en Internet, y por ello puede aprovechar las nuevas tecnologías mediante las cuales la Palabra puede ser expresada, adosándose a ellas. Los blogs, Youtube, Skype, Facebook, Messenger, las demás redes sociales y otras metodologías son espacios en los que la comunidad se puede expresar, lanzando el mensaje de Cristo a este mundo tan necesitado de Él.


Referencias

viernes, 7 de noviembre de 2008

¿Obamaniáticos?

Mi amigo Alexander Rodríguez y el pastor Ricardo Gondim han escrito sendos posts en sus blogs sobre la elección de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos, cada uno con enfoques muy diferentes. La emoción es bastante grande, mundialmente reflejada y extraordinaria dado los antecedentes electorales norteamericanos, y escribir algo sobre eso es totalmente justificable. El acontecimiento es histórico, aunque a algunos no le parezca.

En el Perú hubo ciertas expectativas cuando salió elegido Alejandro Toledo Manrique como presidente el 2002, en su tercer intento por conseguir la presidencia. Racialmente andino, Toledo nació en Cabana, pequeña provincia arrinconada en los andes del departamento de Ancash, en una familia numerosa y pobre. Él supo explotar este detalle en su campaña, identificándose con las grandes masas de origen andino que son la mayoría en mi país. En cierto momento era extraño, porque se trató de demostrar que se iniciaba un proceso reinvindicatorio hacia lo indígena ya que nunca habíamos tenido un presidente cholo, nacido en un pueblito y que había vivido la pobreza. Siembre gobernaron al Perú las elites adineradas de origen racial blanco –o mestizos vinculados a ellos–. Toledo, además, era un símbolo de éxito: estudió su carrera profesional en Stanford, culminando sus estudios con un doctorado en educación. Estaba casado con una extranjera (como Belaúnde y Alan García, ex-presidentes peruanos): Eliane Karp, una temperamental mujer belga que no asumió el estereotipo clásico de las primeras damas latinoamericanas.

Pero al final no pasó nada. Toledo era más feliz embriagándose con tragos caros y yendo una vez cada quince días a Punta Sal, balneario al norte del Perú. Su identificación con el hombre del Perú profundo era superficial, porque para gobernar se alió con los mismos tecnócratas de siempre. Resultó que el cholo ya no era cholo: incluso, tenía un español con tantas faltas que en ocasiones se especulaba que pensaba en inglés, y que hacía mentalmente la traducción.

Diferente fue el caso boliviano. Evo no estudió en Estados Unidos ni estaba acostumbrado a la vida cómoda. Él, al contrario, sí era un indígena por nacimiento, formación y cosmovisión. Y también la elección fue histórica en Bolivia, donde era la primera vez que un indígena se hizo presidente de la nación. A pesar de sus defectos, el simple hecho de ser presidente nos arroja una especie de proceso reinvindicatorio de los excluídos tradicionales que se sintió fuertemente en el Perú con la candidatura de Ollanta Humala, casi elegido presidente en el Perú el 2006. Por supuesto que todo no es color de rosa, todo no es lo racial sino que hay muchos otros componentes, pero hay algo de eso, sí, definitivamente.

Pensando en todo lo anterior me encuentro con la victoria de Obama. Yo realmente pensé que no ganaría la elección interna demócrata porque consideraba a Hilary Clinton como inexpugnable. Me equivoqué. Pensé que perdería con McCain, esperando la manifestación del poder del Bible Belt. Volví a equivocarme, aunque debo decir a mi favor que la crisis financiera le hizo un poderoso favor a Obama. Sin ella, creo que McCain hubiera tenido muchas más posibilidades. Sin crisis sub-prime no habría obamanía.

¿Motivos de emoción? Creo que existen. La minoría negra ha sido marginada históricamente a través de los años en los Estados Unidos. Aún viven muchas personas que tienen el recuerdo de los baños para negros y baños para blancos, los asientos obligatorios para los blancos, iglesias para negros y para blancos o el Ku Klux Klan. Aunque ya no hay más segregación en Estados Unidos, la separación entre razas sigue siendo marcada, creando pequeñas sub-culturas, diferenciadas las unas de las otras. La lucha por la igualdad ha sido larga y lenta, llena de pequeños logros que han costado sudor, lágrimas y muertos como Martin Luther King. Si me centro sólo en estos aspectos, en el hecho racial, en lo que significa un presidente negro en los Estados Unidos, si vale el júbilo. Sí se justifica, sí se valida la celebración.
Por lo tanto: ¿Emocional? Pues bastante. Sólo espero que no pase lo de Toledo en el Perú.

Pero, ¿júbilo porque sea demócrata? No lo creo (bien nos ilustra Alex al respecto). ¿Jubilo porque arreglará la porquería que dejó Bush? No creo, porque Obama no es un superdotado ni más inteligente que los Clinton o John McCain. ¿Jubilo porque acabará la guerra? Pues lo dudo, ya que los demócratas también han estado en guerras. El júbilo es por lo que representa para el país un presidente de raza negra, una señal de que realmente se quiere una igualdad real para todos, no de mentira, no superficial, no de papel. Si se ve desde ese lado, entonces comparto la alegría de Ricardo Gondim.

¿Será el mundo mejor con Obama? Pues me gustaría creer que sí. Amén, espero que así sea.


Imagen: http://www.coxandforkum.com/archives/CARI.Obama.gif

lunes, 27 de octubre de 2008

Explicando la crisis

Ya hace algún tiempo escribí algo muy pequeño sobre la crisis financiera. La cosa se ha agravado, por supuesto, y mucha gente exige respuestas ante la gravedad de la situación que está por contagiar a la economía real. Allí tocará el bolsillo de todas las personas de manera directa (porque de forma indirecta ha estado perjudicando a nuestros fondos de pensiones de jubilación) y no sólo a la gente que ha estado invirtiendo en mercados de capitales.

Estos dos cómicos ingleses se divierten de la triste coyuntura, pero su explicación no está lejos de la verdad. Espero que les sirva a todos para entender un poquito mejor la causa del problema actual. Está en inglés con subtítulos.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Iglesias informales

La informalidad es una característica importante dentro del mundo latinoamericano e inclusive del total del mundo subdesarrollado. Millones de pequeños negocios florecen en todos nuestros países empleando a la gran masa trabajadora que de esa manera mantiene a la economía a flote, generando flujos difíciles de medir para las estadísticas oficiales que no tienen otra alternativa que estimar las cifras de esta economía a la que se adjetiva con frecuencia como subterránea o sumergida.

Los negocios informales surgen por varios motivos. Uno de ellos son los altos costos de la formalidad. Es célebre el estudio de Hernando de Soto detallado en “El otro sendero” donde demuestra que para constituir una empresa se necesitaron casi diez meses en el Perú de los ochentas (sólo cuatro horas en los Estados Unidos). El mismo estudio habla de otra de las causas de la informalidad: el alto costo de la permanencia como formal, donde se estimaba que más del 300 por ciento de las ganancias después de impuestos era el equivalente del dichoso costo. Por supuesto, la informalidad es mucho más barata, la opción real de las grandes masas pobres con ganas de emerger.

Ojo que no me refiero a las actividades ilícitas, como el tráfico de drogas o el robo, sino a acciones completamente lícitas pero que por su propio modus operandi tienen prácticas que no se ciñen absolutamente a la ley. Por ejemplo, pagan salarios por debajo del sueldo mínimo –lo que está de acuerdo a la teoría microeconómica-, no pagan los beneficios existentes como la compensación por tiempo de servicios (una especie de seguro de desempleo en el Perú), la seguridad social o los seguros médicos, no reportan todo el trabajo o todas las ventas realizadas y, por supuesto, o pagan muy pocos o ningún impuesto al gobierno. ¿Qué tan grande es esta economía? En Perú se estima que va por el 40 por ciento del total del producto bruto interno (PBI), algo realmente enorme.

La informalidad penetra en muchos estamentos de la sociedad y genera un estilo de vida, una manera de ver el mundo, un modo de hacer las cosas, que provoca desde el desorden en las calles hasta la desobediencia abierta a muchas de las normas establecidas (que, valga la pena decir, no tienen un mecanismo eficiente de inspección de su aplicación por la fragilidad de los organismos de control). Sus influencias llegan, inclusive, hasta las iglesias evangélicas. Obviamente también a las más fundamentalistas, las que se jactan de ser las más correctas.

La iglesia suele ser profundamente informal en lo económico. No hablo de la naturaleza de los diezmos, ya discutida hace tiempo, sino en cómo se gastan esos recursos dentro de los “gastos operativos” de muchas comunidades. Pongamos de ejemplo las que están legalmente constituídas. Una práctica muy frecuente es no pagar los beneficios sociales de la misma forma que no los pagan las empresas informales. No hay provisión para la jubilación (hermanos, Dios proveerá, y más si es para los llamados por Él). Hay atrasos en los sueldos y sueldos por debajo del mínimo (y para colmo, se exige que la esposa también trabaje casi a tiempo completo en la iglesia porque el llamado “también es para la idonea”). Que el pastor languidezca por la pobreza no interesa; que limiten el trabajo de la esposa es lo correcto –dicen-. Hay que creer siempre en Jahveh Jireh. ¿Pensión de jubilación? Pensar en eso es falta de fe.

El personal que trabaja y no tiene cargo pastoral, como las secretarias, conserjes, vigilantes u otros quienes sean, tiene problemas parecidos pero a la vez un poquito distintos. Los pastores, al menos, tienen una base escritural neotestamentaria cuando se dice que “digno es el obrero de su salario”, tal cual lo escribió el apóstol Pablo. Los demás, en cambio, no tienen nada que extraer de la Biblia en manera explícita, y además algo adicional les juega en contra: la lógica del “servicio”. ¿A qué me refiero? Que su salario se recategoriza y pasa al rubro “ofrenda” por lo que ningún beneficio les corresponde. Así, también, se justifica el pagar sueldos menores al mínimo establecido por ley. Realmente lo que hacen –a los ojos de esas iglesias- no es un trabajo tal cual lo harían en una empresa cualquiera. Es un servicio para Dios que tiene lugar en la iglesia local. ¿Visión errónea? Evidentemente.

Lamentablemente no tengo estadísticas de ningún tipo del grado de penetración de la informalidad en el seno de las iglesias, pero estimo que es importante. Para mí, no hay dudas en declarar que esta es una situación injusta para muchos, y no hay dudas en decir que algo debemos hacer al respecto. ¿O es que no nos importa una efectiva mayordomía del dinero en nuestras iglesias?


Referencias

De Soto, Hernando. “El otro sendero”. Lima: Editorial Barranco, 1986.

http://www.comexperu.org.pe/archivos%5Crevista%5Cfebrero04%5Canalisis.pdf -(22/10/08)

Imagen: http://www.prensalibre.com/pl/2005/septiembre/28/images/01e28sep05.jpg (22/10/2008)

domingo, 12 de octubre de 2008

Simplificados


Pasa el tiempo y no se me pasa la frustración por el exceso de simpleza de los cristianos. Por leer tres líneas sacan conclusiones; por ver el perfil en Facebook ya me conocen de la cabeza a los pies y logran detectar la naturaleza de mi “problema”; por un comentario borrado en un blog comunitario me acusan directamente de actuar con saña cuando nada he tenido que ver.

Claro que las tres únicas líneas que leen suelen no están de acuerdo con lo que piensan esos cristianos. Ergo, quien está mal soy yo. Sin embargo, pronto no pueden pelear en el campo de la argumentación y las ideas coherentes (los evangélicos no estamos acostumbrados a la argumentación racional sino a la afirmación categórica. Y eso que no hablamos de teología compleja ya que yo sólo soy un aficionado curioso) y entonces van con lo siguiente: "la actitud, es un problema de tu actitud: lo veo en tu blog, en ese otro blog, en TSN, en Lupa". Siempre es lo mismo: cuando no puedes con lo objetivo, anda con lo subjetivo. Allí, todo vale.

La cadena simplista del uno-más-uno-igual-a-dos con demasiada frecuencia va así:

- A los ungidos nunca se les toca porque inclusive el propio David respetó al ungido de Jehová cuando tuvo la oportunidad de matarlo.

- A las congregaciones tampoco se las toca.

- Mucho menos, a la iglesia.

- Si hay problemas deben SIEMPRE quedar en casa, jamás exponerse al gran público de Internet porque no son de edificación y causan división en la iglesia. Ni más ni menos que la teología del maquillaje.

- Si haces lo contrario, por supuesto, es por tu actitud beligerante o por tus conflictos no resueltos. Puedes ser inteligente, saber argumentar, pero tu actitud negativa mata todo lo positivo que pueda existir. Mejor sería que te quedes callado, que cambies el tono de lo que escribes o que suprimas el blog.

Yo creo que los problemas se enfrentan, sea desde el seno de las propias comunidades aunque también desde la vereda de enfrente, desde afuera, porque muchas veces esa es la única tribuna disponible. Y creo que deben enfrentarse más allá del uno-más-uno-igual-a-dos, abandonando los cómodos silencios de la complacencia. Pensemos en los apóstoles del mundo neopentecostal que me hacen recordar a los brahmanes hindúes. ¿Saben la historia? (1) Se supone que cuando nace un brahmán es superior a todo el planeta y, por ello, es señor de todas las criaturas. Todo lo que existe en el mundo es su propiedad privada, teniendo derecho a todo. Su única labor es instruir en el conocimiento del mundo al resto de la gente, inferiores. Entonces, los brahmanes son intocables como los apóstoles son en la práctica. ¿Qué haces con esta anómala situación? ¿Sólo orar, como me decía un hermano guatemalteco mediante un correo electrónico? ¿Esperar el juicio del Señor, ya que sólo él toca a su “ungido”? ¿Quedarse callado es lo que edifica a la iglesia? ¿Exponer el problema es malo porque causa división? ¿Es mejor la inacción ante lo que nos destruye poco a poco?

Hablar sobre lo defectuoso del liderazgo -por ejemplo- no es hablar mal de la congregación que muchas veces sufre en silencio el abuso. ¿Creen que así se divida la iglesia? ¿Mas de lo pulverizada que ya se encuentra? Yo no creo: es, en realidad, el modelo monolítico del liderazgo el causante de nuestra triste realidad en cuanto a la "unidad". Hablar de los problemas no mata ya que la autocrítica es siempre necesaria para la supervivencia sin caídas monstruosas como las que vemos ahora, por ejemplo, en el otrora orgulloso mundo de las altas finanzas. Mostrar sólo lo bonito distorsiona la vista.

Claro, la simpleza no tolera la autocrítica porque nos obliga a pensar. Y pensar, lamentablemente, es un ejercicio poco desarrollado en las iglesias de mi país, el Perú.


Referencias
(1) La historia la saco de http://www.elpais.com/articulo/semana/Culpables/millonarios/impunes/elpepueconeg/20081012elpneglse_5/Tes
(2) La fuente de la imagen es http://cremc.ponce.inter.edu/carpetamagica/images/suma2.gif

domingo, 24 de agosto de 2008

¡Todo bien!

Quizá alguno de ustedes ha notado que no posteo tan seguido desde hace algún tiempo. Trabajo abundante (casi siempre es eso, ¿no?) junto con otras cosas personales se me han ido acumulando y haciendo que mi ritmo de escritura pare, se adormile, haciéndose necesariamente más lento. Es inevitable a veces, a pesar de las cosas que uno tiene en la cabeza.

En mi último post pedí una oración por mi hijo Daniel, al que finalmente le detectaron neumonía, tal vez causada por el aire acondicionado que la gran mayoría de las casas usan en los Estados Unidos en el verano (en contraste de Lima, donde son muy pocas las que lo tienen). Mucha gente -mediante comentarios aquí en el blog, correos electrónicos y hasta en Facebook- se comunicó conmigo y me brindó su apoyo, comprometiéndose a orar por mi bebé, aunque algunos ofrecieron mucho más que eso. Estos gestos fueron muy especiales para mi, y se los agradezco de verdad.

A Dios gracias la cosa no fue tan grave, y con la medicación que el médico general le dio fue suficiente para que se recupere de manera total. Ya he viajado y en este momento estoy con él y mi esposa en Illinois-USA, donde estaremos hasta inicios de septiembre.

Nuevamente, gracias a todos por sus oraciones y su interés. ¡Dios los bendiga!

martes, 29 de julio de 2008

Un pedido de oración

Hola a todos.

Hace poco más de dos semanas, mi esposa y mi bebé han viajado a los Estados Unidos a visitar a la familia de ella, específicamente a Illinois. Daniel, mi hijo, tiene ocho meses y es un bebé grande y lindo. El problema es que por primera vez ha enfermado allá. Somos padres primerizos, y quizá no sea algo tan serio el malestar que tiene, pero a mi esposa la fiebre, tos, congestión, respiración por la boca, los vómitos y el hecho de que Daniel no esté comiendo bien la ponen muy nerviosa, y a mi me desespera estar a miles de kilómetros sin poner hacer nada (iré recién en tres semanas). Algo que complica es el tema de los gastos médicos: tenemos un buen seguro aquí en Perú, pero no es internacional, y en Estados Unidos los médicos cobran carísimo. Y más los especialistas, como los pediatras. Como podrán suponer también, este sería un gasto no previsto.

Ruego sus oraciones, por favor. Se las agradezco enormemente de antemano.

Saludos a todos.


Abel.

viernes, 25 de julio de 2008

Integralidad


Les presento la cuarta edición de la revista digital Integralidad, que trabajamos desde el Centro de Misiología Andino-Amazónica (CEMAA) en Lima (Perú). Sus comentarios serán bienvenidos. Para acceder a ella sólo tienen que hacerle click a la imagen de arriba.

Saludos,

domingo, 29 de junio de 2008

¡Salud! con Calvino


Cuenta la historia que Calvino tomaba con regularidad vino pero que en un momento de su vida se lo prohibieron por motivos de salud. Es aquí donde cambia a la cerveza -con menor contenido de alcohol que el fruto de la vid- hasta el punto de tener su propia receta. No sé si de aquí viene esta cerveza artesanal "Calvinus" de Ginebra ni sé si el relato precedente es real, pero ¿se imaginan si comercializaran esta cerveza en Latinoamérica? ¿Todas las voces de escándalo que clamarían por el cuasi-sacrilegio?



(*) La fuente de la imagen es:
http://farm3.static.flickr.com/2218/1734111542_18a692cbf1_m.jpg

lunes, 16 de junio de 2008

Plancha quemada

Una pequeña introducción

Aquí en el Perú, cuando somos niños, solemos jugar un juego llamado “las escondidas” que, por lo que sé, tiene nombres diversos en cada país de Latinoamérica. Uno de los niños, al que llamaré el buscador (olvidé el nombre) cierra los ojos, de frente contra una pared, y cuenta hasta 20, 50 o lo que se haya predeterminado. Luego, tiene que buscar a todos los demás. Si encuentra, por ejemplo, a Daniel grita:

¡Ampay Daniel!

Y va corriendo al lugar donde hizo el conteo, tocándolo para que el ampay sea válido. Y así sucesivamente con los otros. El primero en ser encontrado es el perdedor, mereciendo el castigo de hacer el próximo conteo, y cada uno tiene la oportunidad de salvarse si toca la pared antes de la persona buscadora gritando:

¡Ampay me salvo!

Y ya, está salvado. El último en ser encontrado tiene un poder especial: puede salvar a todos si llega primero a la pared de conteo, y el buscador deberá repetir todo de nuevo encontrando a los demás.

¡Ampay me salvo y con todos mis compañeros!

Hay otra particularidad. El buscador puede ver a alguien y correr a la pared de conteo:

¡Ampay Daniel!

Y no era Daniel, era Christian. Entonces Christian salía corriendo gritando:

¡Plancha quemada! ― Porque el buscador creía que era uno, pero era en realidad otro. En algunas versiones del juego allí terminaba todo para reiniciar otra vez. En otras, en cambio, simplemente se salvaba el beneficiado por la plancha quemada.

La torre de Babel

Ahora sí voy al punto. Para mí, prender la principal radio evangélica de Lima ―Radio del Pacífico― para escucharla es un desafío para la ecuanimidad. Con el fin de aglutinar a la mayor cantidad de tendencias, la anterior administración de la emisora decidió que temprano en la mañana oigas el programa de un presbiteriano, reemplazado por un locutor de un ministerio carismático que habla del espíritu del resfrío; luego predica un pastor bautista, e inmediatamente escuchas a Cash Luna, Luis Palau o alguno de su tipo hablando de un tema del tipo Dios te ama, perdonando al vecino o las cinco maneras de ser un vencedor; de inmediato un grupo de hermanos nos entrega una secuencia de oración para liberar a Lima del control de su espíritu territorial; otros nos ofrecen la franquicia del G12 de Castellanos o venden el modelo de iglesia con propósito y así sucesivamente. Es, en cierto sentido, la torre de Babel, donde se hablan todos los idiomas teológicos.

Con frecuencia se escuchan verdaderas rarezas como seminarios (¿?) que ofrecen doctorados en menos de un año junto a prédicas que sorprenden no por su llegada sino por su contenido de cartón reciclado que de sólo escucharlas uno siente vergüenza ajena. ¿Cómo este individuo puede decir esa tontería en una radio que es escuchada por una proporción no tan pequeña de la comunidad evangélica? ¿Cómo puede opinar tal cosa digna de un actor cómico? ¿Y la censura? ¿Cómo afirmar con con tanta seguridad tal otra cosa? La sensación es igual o peor que la que tienes al leer los comentarios de un foro “cristiano”: la gente aquí tiene un tornillo suelto o ni siquiera tiene tornillos. Parecería que no tienen nada.

Hay problemas demasiado serios. Terriblemente severos.

Y no hablamos de hermanos recién convertidos, sino del pastorado militante que dirige a la ovejuna masa evangélica de nuestra América Latina. Por estos días hay un escenario extraño en el pastorado porque una parte ha ascendido convirtiéndose en apostolado, rechazando toda sumisión a otros. Algunos dirigen con mano de hierro y autocracia absoluta sus iglesias locales. Otros, sutilmente, reemplazaron las normas denominacionales de tradición democrática por leyes que les dan todo el control en su parcela local. Algunos desean pleitesía y fama mientras toleran algunos pecados de sus miembros más importantes. Otros pierden el control por una falda, el dinero, el reconocimiento, la envidia corrosiva, la necesidad de una iglesia grande y exitosa, el viajar por muchos países, el tener muchos cargos de bonitas siglas para que se sientan un poco más importantes (1). Algunos están engullidos por un orgullo enfermante. Otros, por vicios ocultos que jamás serán capaces de admitir pero que son evidentes al tan solo escucharlos aunque por supuesto predican santidad y corrección desde el púlpito o sus clases. El común denominador es que todos nunca han resuelto sus problemas emocionales.

Psicólogo ¡urgente!

¿Pastores con problemas emocionales? ¿No es que en Cristo somos nuevas criaturas y las cosas viejas son dejadas atrás? ¿No es que a los ungidos del Señor no se les puede tocar?

Una vez escuché que el alma de un niño es como un piso de cemento fresco, totalmente moldeable. Una paloma se posa en él, y deja su huella. En cambio, un adulto suele ser como el cemento seco de una vereda o una cancha de fulbito. Viene un elefante dejando sus pisotones pero nada pasa. Sin embargo, allí está la vieja huella de la paloma, que no se borra.

Suele suceder que pocos, con seriedad, ayudan a los cristianos con problemas emocionales serios a solucionar sus conflictos porque se espera que el Espíritu Santo corrija todos los problemas del creyente. Es obvio que esto no es así (ya escucho las vocecitas que dicen que no tengo fe, que soy un liberal, que blablabla) pero más aún, los líderes a veces no están capacitados para eso. Además, la conversión suele cubrir temporalmente las huellas de los problemas emocionales que resurgen cuando el primer amor se acaba, cuando la emoción de las primeras palabras de la conversión se evapora. Y allí el cristiano se transforma. O vuelve a ser el de siempre, cubierto de huellas de palomas.

Una realidad que se debe reconocer es que el pastorado puede llegar a atosigar con una presión enfermante. Por ejemplo, lo políticamente correcto se vuelve variable importante y te ves obligado a portarte de cierta manera diciendo las cosas de una forma determinada para no ser marginado por el gremio o la congregación. La gente te observa permanentemente: como miras, como te suenas la nariz, la ropa con la que te vistes, tu sonrisa, tu tono de voz. Eres permanentemente evaluado. Y la presión que se genera es enorme, un poco como una estrella famosa, y por supuesto existe el riesgo de colapso a lo Britney.

Otro riesgo gigante es el orgullo, el viejo serás como Dios del jardín del Edén que es un lastre de nuestros políticos y los pastores. Por el orgullo se han creado denominaciones enteras que olvidaron la misión de Dios por construir su propio feudo de religiosidad, conviertiéndose en nuestros fariseos modernos. En nuestra Latinoamérica abundan por montones, aunque gracias a Dios también tenemos muchos de los buenos, que de verdad viven el sacrificio del ministerio y se entregan completamente a la tarea de ser obreros de la grey de nuestro Señor Jesucristo.

La ecuación es peligrosa:
Problema emocional +
Conversión +
Poca ayuda efectiva +
Llamado al ministerio +
Grandes presiones del pastorado (atosigamiento) +
Grandes presiones del pastorado (orgullo)

= BOMBA DE TIEMPO (de estas tememos miles de miles)

Imaginen entonces, la siguente secuencia:

X es una persona con problemas emocionales muy serios que un día se convierte a la fe de Jesucristo. Se consagra completamente dejando de lado los problemas y parece mejorar pero sin que nadie lo ayude con efectividad a una real solución de sus conflictos. Tiempo después, siente un “llamado” y se mete al Seminario convirtiéndose en el centro de atención de su iglesia, en un creyente de otra categoría (¡es un seminarista, por favor!). Los problemas emocionales continúan pero están cubiertos. Luego, X se gradúa y se va a trabajar a una iglesia, donde los hermanos lo tienen en buena estima y la amenaza del orgullo se multiplica por 1000. X sucumbe, se vuelve controlador, personalista, nadie lo puede corregir porque se siente más cerca de Dios, porque sabe más, es más inteligente (según él mismo) y así sucesivamente… aquí los viejos problemas emocionales han mutado hasta convertirse en un monstruo incontrolable. Pasan los años y X se cree todavía más santo hasta que explota por completo. Si es casado, se fuga con su secretaria o con el vigilante de la iglesia. Si es soltero, es descubierto en su adicción a la pornografía, su enervante envidia a los casados o acaba acosando sexualmente a una adolescente. ¿Pura ficción lo que digo? Les aseguro que ha pasado con exagerada frecuencia.

Prolegómenos

¿Y dónde comenzó todo? En el viejo problema emocional irresoluto, que se ignoró por completo, ese que nunca se quiso admitir. ¿Es que todos los pastores latinoamericanos son así? No, jamás dije eso. Conozco excelentes pastores que fielmente sirven a su grey sin tratar de alimentarse de la carne de las ovejas. Pero tras escuchar Radio del Pacífico y leer los foros cristianos, leer un poco y andar un tanto por allí es evidente que… hay serios problemas en el liderazo evangélico. Las perspectivas son oscuras a pesar de las promesas de avivamiento o de la campaña de consagración del país de Franklin Graham o Marcos Witt.

Plancha quemada, entonces. La gente suele creer que el pastor es perfecto, santo, casi sagrado, y muchas veces el pastor también lo cree así, pero luego saca las garras y se manifiesta realmente tal como es: una persona completamente humana, llena de conflictos como cualquiera, pero que puede seguir los pasos de los dictadores autoritarios que copan todo el poder, o cometer un pecado grosero. Plancha quemada, porque muchas veces se creen lo que no son. Plancha quemada, porque la iglesia necesita otro tipo de liderazgo (aunque estén jubilosos de su pastor-sacerdote-caudillo). Plancha quemada, pero jamás lo querrán admitirlo. Y si lo aceptan, no se hace nada.
Referencias
(1) Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos, de Los Prisioneros.
(2) La fuente de la foto es www.electromanuales.org

miércoles, 4 de junio de 2008

EXHUMACIÓN DE FOSA REVELA HORROR DE MASACRE EN 1984

Por HUGO NED - PUTIS, Perú

Un pequeño cráneo de un niño de unos tres años descansa en el fondo de una fosa como dramática evidencia del horror de una matanza de más de un centenar de campesinos a manos de militares en 1984, en una zona que fue asolada por enfrentamientos entre el ejército y los subversivos de Sendero Luminoso.

La fosa abierta, ubicada en la localidad de Putis, a 3.500 metros de altura en el departamento de Ayacucho, guardó por casi 24 años los restos de 60 personas, entre hombres, mujeres y niños muy pequeños, que fueron ultimados a balazos por soldados del ejército por considerarlos colaboradores de Sendero Luminoso.

"Lastimosamente, hemos podido comprobar que hay muchos niños, de un año, niños en proceso de formación. Lo más doloroso es encontrar tantos niños en una sola fosa y victimados con armas de fuego", dijo a la AP la fiscal Cristina Olazábal, titular de la 2da. Fiscalía Provincial de Ayacucho, que hacía esfuerzos por no llorar.

La fiscalía investiga la matanza con apoyo de un equipo de antropólogos forenses que exhumaron los 60 restos en una penosa tarea de 15 días, en un improvisado campamento y expuestos a las bajas temperaturas de la zona, a 320 kilómetros al sudeste de Lima."Se han encontrado muchísimos niños... Hay familias enteras dentro de la fosa", dijo con visible consternación José Pablo Baraybar, jefe forense. Setenta casquillos de bala fueron hallados también en la fosa.

La fiscalía dispuso la exhumación luego que los familiares de las víctimas, apoyados legalmente por la organización no gubernamental Asociación Paz y Esperanza, iniciaran este año una campaña para abrir una investigación de la masacre. Según la Asociación Paz y Esperanza, que brinda asesoría legal a los familiares de las víctimas, la fosa excavada sería la más grande alguna vez hallada en el país.

Pero en Putis aún quedan otras cuatro fosas de menores dimensiones por desenterrar. La matanza de Putis aparece en el informe que elaboró la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) en 2003, que detalla que en diciembre de 1984, 123 campesinos de esa comunidad y de otros caseríos cercanos fueron asesinados por militares tras ser reunidos y obligados a cavar con engaños su propia fosa.

Los campesinos de Putis y poblados aledaños habían huido a las partes altas de los cerros, escapando de los ataques subversivos, pero los militares de la base contrasubversiva de Putis los convencieron de mudarse nuevamente al pueblo, prometiéndoles que los protegerían. Muchos de ellos volvieron y los militares los obligaron a cavar una fosa, luego de decirles que iban a construir una piscina para criar truchas.

Pero una vez terminada la fosa, los soldados reunieron a todos los campesinos alrededor de ella, junto con sus mujeres y sus niños, y dispararon a matar. Según la CVR, los militares creían que los campesinos colaboraban con Sendero Luminoso, pero detrás de su acción también hubo un interés por apoderarse de su ganado y pertenencias.

Marina Quispe, una campesina de unos 50 años, observa la exhumación y llora mientras habla en quechua sobre la única hija que tenía y que perdió en la matanza. "Los militares nos buscaban, por eso nos escapábamos a los montes para dormir tranquilos. Mi hija vino con su abuela, su tío y su tía a la base de Putis. Aquí la mataron", cuenta la mujer, cuyo esposo había muerto antes, asesinado por Sendero Luminoso. Los militares "se han llevado los animales, nos hemos quedado sin casa, sin nada", agregó. Quispe y otros 11 familiares de las víctimas presenciaron las labores de exhumación para colaborar con la identificación de los restos. Aunque la CVR señaló 123 asesinados en Putis, los familiares afirman que el número es mucho mayor.

Germán Fernández Mendoza, presidente de la comunidad campesina de Putis, sostuvo que fueron asesinados 430 pobladores procedentes de Putis y de otros ocho caseríos. Ayacucho, que paradójicamente significa en quechua "rincón de los muertos", fue el foco del accionar de Sendero Luminoso en la década de los ochenta, y escenario de cruentas matanzas perpetradas por los insurgentes y por las fuerzas armadas, donde las víctimas eran las inermes poblaciones campesinas. Según el informe de la CVR, Ayacucho concentró el 40% de las muertes ocurridas por la violencia política, que dejó un saldo de casi 70.000 muertos y desaparecidos entre 1980 y 2000.
Evangélicos exigen disculpas públicas por matanza en Putis (*)

Al concluir la exhumación realizada por el Ministerio Público y el Equipo Peruano de Antropología Forense, de una de cinco fosas existentes en el lugar, se ha podido conocer que la mayor parte de las personas asesinadas y enterradas eran mujeres y niños. La identificación de cráneos de bebés de uno y hasta dos años de edad que aparecían cubiertos, hace suponer que habrían muerto en brazos de sus madres las cuales cubrieron sus rostros, quizás para evitar que sus pequeños contemplen el horror de ese momento.

Al respecto, Víctor Arroyo, director del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), refirió que el descubrimiento del asesinato masivo en Putis nos coloca frente a un hecho indignante, que además de investigarse debería merecer que el Ejército Peruano ofrezca disculpas públicas a los familiares de las víctimas, pues resulta evidente que fueron los militares quienes perpetraron tan abominable crimen.

“Somos absolutamente respetuosos de las autoridades e instituciones del Estado, pero no se justifica su silencio frente al dolor de cientos de nuestros hermanos y compatriotas. La reconciliación nacional no se logrará callando ni ocultando el horror, un primer paso es, debe ser en hechos como los de Putis, pedir perdón”, indicó.

Por su parte, Alfonso Wieland, director nacional de la Asociación Paz y Esperanza, institución vinculada a la comunidad evangélica que asiste legal y psicológicamente a los familiares de las víctimas, señaló que por la salud del Ejército Peruano se debe reconocer que la matanza en Putis en la que se asesinó a más de 123 personas, no fue un accidente o un simple exceso.

“Que los militares pidan perdón no menoscaba su dignidad, al contrario, la enaltecería, y sería una evidencia clara de que nuestras instituciones armadas diferencian el heroico servicio prestado por muchos de sus miembros con el crimen y la vileza con que otros actuaron. Un gesto así es justo y necesario”, acotó.

(*) Desde aquí hasta el final se extrae de http://www.alcnoticias.org/interior.php?codigo_lang=11590_687

sábado, 31 de mayo de 2008

Esas cosas que uno a veces no entiende (X)

Juan Rebelde ha sido citado por el Cuerpo Pastoral de su iglesia: Reverendo Anás (pastor titular), Pepe Caifás (pastor asistente), la hermana Jezabel (esposa del pastor Anás ), la obrera Safira (encargada del ministerio de niños) y el hermano Jorge Iscariote (a cargo del área de finanzas de la iglesia).


Pastor Anás: Juancito, hermano, ¿sabes por qué te hemos llamado?

Juan Rebelde: Pastor, no tengo idea.

Pastor Caifás: Juan, ¿estás seguro?

Juan Rebelde: La verdad no sé. Supongo que es algo serio porque me han llamado ante el Cuerpo Pastoral por primera vez. Pero ¿por qué?

Jezabel: Juancito, yo te conozco casi desde que eras un bebé, conozco muy bien a tu madre, una mujer entregada completamente al Señor y.... (sollozos)... no puedo entender esto que está pasando.

Juan Rebelde: Jezabel, es que la verdad no entiendo. Enseño en la academia bíblica sin faltar ni llegar tarde a ninguna clase y eso le consta al pastor Anás. Dirijo la célula de jóvenes y los cultos de los sábados sin falta y eso puede certificarlo el pastor Caifás. He ido a un par de campamentos de niños para ayudar y usted, hermana Safira, estaba allí. Estoy involucrado en mis ministerios de la iglesia con compromiso, renuncié a otras propuestas del seminario y la universidad por sugerencia del pastor Anás, no he tenido relaciones sexuales con mi enamorada, no he sido grosero con mis padres, vivo lo mejor posible. Por ello no entiendo nada de nada. Quizá sea por mis diezmos... hermano Iscariote, ¿me ha traído aquí por no pagar mis diezmos?

Jorge Iscariote: No Juan, no traemos a la gente al Cuerpo Pastoral por no pagar los diezmos.

Pastor Anás: Te explicaré Juan... ¿Has oído hablar de esa especie de célula que se reúne en diferentes casas con gente de muchas iglesias, gente rebelde y pedante, gente con poco espíritu de sumisión cristiana?

Juan Rebelde: ¿Se refiere al grupo que dirigen Juan y Santiago?

Pastor Caifás: Sí, ese grupito dirigido por esos dos ex-miembros de la iglesia.

Juan Rebelde: Por supuesto que conozco el grupo. Lo he visitado algunas veces. Como treinta personas, más o menos, no es poca cosa.

Pastor Anás: Alguien nos informó que más que visitarlo, has estado a cargo de él.

Juan Rebelde: Sí, he dirigido el grupo por un mes, ya que Juan y Santiago se fueron de vacaciones fuera del país, y me pidieron por favor si me podía hacer cargo, y yo acepté.

Pastor Anás: ¡Así nomás! ¿Sin consultarnos?

Juan Rebelde: ¿Y qué hubieran dicho?

Pastor Caifás: ¡Que no, por supuesto! ¡Esos cristianoides son de mala influencia!

Juan Rebelde: Y allí es donde discrepo. Usted habla por su resentimiento, por sus complejos y por su limitada forma de ver la misión de Dios en la tierra. No habla por el espíritu, sino por la carne.

Pastor Caifás: ¡Mis... mis... mis complejos! ¡Cómo te atreves, insolente!

Juan Rebelde: ¿Acaso miento? Mire pastor, la Palabra debe ser predicada en todo lugar, en todo tiempo y en toda oportunidad. Este grupo estaba necesitado, me lo pidieron y por supuesto acepté. ¿Descuidé mis ministerios aquí? No. ¿Mis clases en el seminario y la universidad? No. He hecho todo sin problemas y feliz, ¡porque pude enseñar de Dios! ¡Pude ser parte de la obra de Dios en la tierra! ¡Es lo mejor!

Pastor Anás: Ya eres parte de la misión aquí, Juan.

Juan Rebelde: ¿Y eso debe limitarme? Pastor, si conoce de una familia que necesita comida, ¿no le llevaría algo? Claro que sí. Si sabe de un grupo de cristianos que necesita de la enseñanza de la Biblia, ¿no iría? Por supuesto, y es lo que he hecho.

Obrera Safira: Juan, la denominación tiene estatutos y normas que por el solo hecho de tu membresía debes respetar. Y allí verás que no es posible participar en ningún otro ministerio de otra iglesia sin la autorización del pastor. Y verás que si es algo con otra denominación, es más estricto, porque no se puede participar de ninguna manera. Y en este caso... ni siquiera es denominación. ¿Los podemos llamar iglesia? ¿los podemos llamar cristianos?

Juan Rebelde: Bueno, veo que esos estatutos son del tiempo del Ku Klux Klan. ¡No nos sirven! ¿No se dan cuenta que limitan la acción del Espíritu Santo? ¿Están ciegos acaso? ¡No puedo creerlo! Yo los hacía con un mayor discernimiento espiritual.

Pastor Anás: Juan, veo que eres impetuoso por tu juventud, y esos es bueno. Pero hay que respetar las tradiciones que nos dan la identidad. Los estatutos son importantes, lo mismo que el consejo de personas con más años y experiencia. Por ello, no me queda más que prohibirte expresamente ir nuevamente a ese grupo. La necesidad es enorme en nuestra iglesia. ¿Te sobre tiempo? Caifás, por favor, encuentra un lugar en donde Juan puede ayudar.

Juan Rebelde: Pastor Anás, lo siento mucho. Me veo en la necesidad de desacatar su prohibición. Para mí es antibíblica. Y peor aún, va en contra de la Iglesia de Jesucristo.

Pastor Anás: Pero... pero... ¿Me estás contradiciendo? (desconcierto en el Reverendo que no está acostumbrado a que lo refuten). Serás puesto en disciplina por afirmar algo como eso.

Juan Rebelde: Pues no me interesa su disciplina basada en criterios poco espirituales, en su ceguera por sus tradiciones, o en los complejos de Caifás, o en la manipulación vía lágrimas de Jezabel o en el legalismo letrista de Safira. Les soy honesto: el espíritu de Dios trasciende todas nuestras taras humanas, rompe nuestros paradigmas, cura nuestras heridas más profundas, y nos dirige hacia la dirección adecuada. ¿No serás, más bien, ese un mensaje de Dios para ustedes?

Pastor Anás: No sabes lo que hablas. Caifás tiene razón: tu orgullo a veces te obnubila.

Juan Rebelde: ¿Mi orgullo? ¿No se dan cuenta? Están como los fariseos en el sanedrín que mataron al Señor y creían que estaban haciendo un bien. Ahora la lógica es la misma, porque ven que la Iglesia tiene necesidad y pretenden prohibir que alguien que puede ayudar con eso se quede en su casa sin contribuir al reino de los cielos. ¡Y creen que es correcto! ¿Yo estoy mal?

Pastor Anás: No quiero escuchar más. Si vuelves otra vez, serás sometido a disciplina. Estás advertido.

domingo, 25 de mayo de 2008

¿Derechos de autor de la Biblia?

El viernes pasado no fui a trabajar, y aproveché para hacer unas cosas pendientes. Por estar cerca, fui a una librería cristiana para comprar un pequeño diccionario griego-español y una edición barata de la Biblia en la versión Nueva Versión Internacional, de la que oído bueno comentarios (a pesar de ellos mi favorita sigue siendo, de lejos, la católica Biblia de Jerusalén). Al abrir mi nueva adquisición, me encontré con el siguiente texto:
SANTA BIBLIA NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL (c) 1999 POR LA SOCIEDAD BÍBLICA INTERNACIONAL

Puede citarse o reimprimirse del texto de la NVI hasta quinientos (500) versículos sin necesidad de tener permiso escrito de los editores siempre que los versículos no sean un libro completo de la Biblia ni tampoco el 25% del total de la obra en la que se citan.


La mención de la propiedad literaria debe aparecer en la página del título o en la página que identifica los derechos de autor del libro, de la manera que sigue: "Texto bíblico tomado de la SANTA BIBLIA NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL (c) 1999 POR LA SOCIEDAD BÍBLICA INTERNACIONAL"

Cuando se emplean citas de la NVI en materiales sin propósito de venta, tales como boletines y programas de reuniones de iglesia, carteles, transparencias y otros por el estilo, pueden usarse las iniciales (NVI) al final de cada cita.
El permiso para citar o reimprimir textos que excedan de quinientos (500) versículos, o cualquier otro permiso, debe ser solicitado por escrito a la Sociedad Bíblica Internacional para su aprobación.

Lo mismo he visto en otras versiones, como la Biblia de las Américas.

Sé que 500 versículos puede parecer bastante aunque en realidad no lo es tanto: el libro del Génesis tiene, si la fuente es correcta (1), nada más 1531 versículos. También comprendo que traducir un libro de la complejidad de la Biblia es una tarea apoteósica, dedicada y fundamental. Entiendo que puedo citar de múltiples versiones, lo cual es altamente recomendable, pero, ¿pedir permiso para citar la Biblia? ¿La Santa Palabra de Dios? ¿La revelación de Jesucristo? ¿Hasta dónde hemos llegado? ¡Es la Biblia!

Parece que hemos olvidado el espíritu de tantos traductores anónimos, que con esfuerzo y riesgo de, inclusive, sus vidas, brindaron la Biblia en sus lenguas nativas a tanta gente que ha conocido así de Dios y su Palabra. Ya se nos fue la visión de Jerónimo de Estridón, Wycliffe o Lutero; se evaporó la motivación de Casiodoro de Reina.


Notas

(1) http://linajeescogido.tripod.com/Temas%20de%20Estudio/capitulosyversiculos.htm

miércoles, 14 de mayo de 2008

Libres de verdad

Creo en Dios. No dudo de su existencia y afirmo que podemos conocerlo a través de sus revelaciones (1). Él es creador de todo lo existente (Gn. 1:1), el eterno Yo Soy (Ex. 3:14), es amor (1 Jn. 4:8), está por encima de los parámetros temporales (Sal. 90:2; Gn. 21:3) y de los espaciales (1 Re. 8:27; Hch. 17:24-28). Puede hacer cualquier cosa consecuente con su naturaleza (Gn. 17:1, Ex. 6:3, Ap. 1:8), y sabe todo lo que pasó ―real o posible―, lo que pasa y pasará (Hch. 15:18; Sal. 139:16). Dios es mucho más, en tal magnitud que es absolutamente impenetrable para nuestra capacidad de comprensión.

Uno de los atributos de Dios es el de la soberanía, que se entiende como la puesta en práctica de su voluntad. Él es independiente de sus criaturas y su creación en manera absoluta, (Is. 40:13-14; Dan. 4:35, Ef. 1:11), es el ser principal de lo que es, con todo el poder, así que puede actuar como quiere (Sal. 115:3). “Dios tiene derecho a hacer su voluntad con lo que le pertenece, a disponer de sus criaturas como a él le place, sin necesidad de consultarlas” (2). La libertad humana se entiende dentro del ámbito de la soberanía de Dios. En ella hizo la creación material e inmaterial, como a los ángeles (1 Tim. 5:21; Col. 2:10; 2 Ped. 2:4) y al hombre. Es el hombre el que tiene libre albedrío, existiendo una armonía perfecta entre la soberanía de Dios y la responsabilidad de la criatura.

Históricamente han existido distintas opiniones sobre la soberanía de Dios, con énfasis particulares. Para los griegos la historia seguía por los carriles del destino y nadie podía, por más que lo deseara, liberarse de ese yugo inevitable al que podríamos llamar, en jerga evangélica actual, “voluntad de Dios”. Por ello, se decía que la vida humana estaba reducida a una simple interacción entre el títere y el titiritero que lo controlaba todo. El fatalismo resultante (que puedo llamar en lenguaje eclesial moderno “sumisión a lo que Dios quiere”) tuvo ciertas consecuencias en el mundo filosófico de los griegos, reflejadas en la pasividad o inoperancia (estoicismo), la negación (cinismo), la permisividad (hedonismo) o el salto trascendental (platonismo). Sin salidas a lo inevitable, el ser humano nada podía hacer. Hasta el mismo Dios estaba “preso” de su propia naturaleza, porque nada es tan fuerte como para afectarlo; es inerte, porque lo perfecto jamás puede cambiar. Dios es lo que es, sin más ni menos. Es lo absoluto.

Pablo fue el primero en iniciar el dialogo entre el pensamiento griego y el cristianismo, diseñando la teología sobre la cual se construiría la base de la fe. El crecimiento de la iglesia y su sincretismo con la cultura de la época hizo que, poco a poco, los cristianos contemplaran a Dios de la misma manera en que los griegos miraban a sus múltiples divinidades o como los romanos consideraban a sus césares, sus autoridades o su régimen político. Los concilios fueron validando estas ideas, abandonando la originaria cosmovisión judía que cobijó la génesis de la enseñanza de Jesús y, lentamente, se introdujo la concepción de que Dios determinó todo lo que sucede en el mundo. ¿Y lo que el hombre hace? Simplemente sirve para que madure, para que alcance su mayoría de edad y se acerca progresivamente a Dios. Nada de lo que haga, ni sus elecciones, ni su rebeliones, ni sus guerras, ni sus descubrimientos, ni sus catástrofes, ni su éxitos, ni lo más sublime o demoníaco cambiará lo que Dios planeó desde antes de la creación del mundo. El extremo es el pensamiento agustiniano que niega el libre albedrío del hombre.

La reforma no implicó cambios en estas convicciones griegas y medievales de la soberanía de Dios. Al contrario, incluso se profundizaron. Calvino dijo (3) que Dios es el gobernador de todas las cosas, que determinó en la eternidad todo lo que iba a pasar, llevando a cabo lo que decretó mediante el uso de su poder. Todo sin excepción está bajo la atribución de la providencia de Dios. Es un descarte a la posición epicúrea, que dice que el mundo está gobernado por la casualidad, y de la posición estoica, que afirma que más bien está gobernado por la suerte (4). Para él, “la voluntad de Dios es la suprema y primera causa de todas las cosas, porque nada ocurre sino por su mandato o permiso.” (5) Dios en su providencia gobierna todos los eventos, sin negar que las cosas creadas tengan sus propias propiedades o leyes. Estas están supeditadas a lo que Dios les ha permitido, de acuerdo a Su voluntad. El mismo Calvino dice que “Dios detuvo el sol (Josué 10:13) para testificar que el sol no sale de mañana ni se esconde por un instinto secreto de la naturaleza, sino que Él mismo gobierna su curso para renovar la memoria de su favor paternal hacia nosotros.” (6)

La idea calvinista de la soberanía de Dios sobrevivió los siglos de la convulsionada historia de la iglesia protestante y hoy está bastante arraigada en la cabeza de los cristianos evangélicos peruanos. El afirmar que Dios tiene todo bajo su supervisión puede parecer una afirmación de su poder y majestad, pero en realidad ha traído algunas consecuencias sutiles bastante duras y de las que no se habla demasiado. Por ejemplo, el hecho que asumamos el control total de Dios ha traído un cierto fatalismo y pasividad en los creyentes de la iglesia, tal cual sucedió con los griegos. Si un pastor empieza a hablar herejías desde el púlpito o mantiene actitudes autoritarias y controladoras no se hará nada porque “todo está bajo el control de Dios” y será “Él, mediante su Espíritu, el que se hará cargo”, sin importar el dolor que esto traería a la iglesia incluso por años. También suele mezclarse el conflicto cósmico con la soberanía de Dios: hay un opositor a la voluntad de Dios, y es el Diablo. Él se opondrá a los designios divinos con todas sus fuerzas. Por ello, si Dios nos manda predicar a toda criatura, y para eso hacemos una campaña evangelística, pero al predicador le da una infección en la garganta y pierde la voz la noche anterior, pues ¡es la oposición a los designios de Dios! La vida cristiana se reduce a una lucha de espíritus en la que tenemos que tomar parte. Todo es provocado por fuerzas malignas, que nos derriban, nos enferman, nos hacen daño. Algunos cristianos, lamentablemente, le dan más importancia que a Dios. (7)

La lógica calvinista puede ampliarse mucho más. Si tengo un accidente, es la voluntad de Dios. Si me detectan cáncer, es porque así lo quiso el Soberano del Universo. Si mi bebé muere electrocutado, es porque Dios tenía sus propósitos que son insondables para mí ahora pero que “entenderé” en el futuro. Si a un amigo le detectan una enfermedad muy dolorosa pero de larga cura, pues será por un pecado oculto, porque no quiere someterse a Dios, su iglesia o porque “algo habrá hecho para que Dios lo castigue así” ―la viejísima teología retributiva que se resiste a morir (8) ―.

Yo veo aquí un serio problema que afecta nuestros intentos de hacer una consejería pastoral efectiva. Cuando me decían que Dios se llevó a mi hermano me quedaba claro que la frasecita es una manera elegante de decir “Dios mató a mi hermano”. Un eufemismo, nada más que eso. Suena fuerte, por supuesto, porque es terrible pensar que Dios asesinó a un joven de veintidós años. Por ello, de inmediato vienen los analgésicos como aquel que dice que “sus propósitos son insondables” o “no entendemos los propósitos ahora, pero luego veremos cómo el bien llegará”. Sin embargo, si uno se pone a pensar bien, considerando todo el marco teológico implícito, el analgésico no resuelve el problema. Estamos postergando el conflicto por la muerte de un ser querido. Y en el futuro, las cosas pasan, el dolor se hace menor, se hace tolerable, pero esto no viene por nuestro actuar como cristianos. Nada solucionamos porque bajo la lógica eufemística Dios lo mató.

Y eso no puede ser. Dios no puede tener que ver con el suicidio de la gente, o con la desnutrición infantil de los andes peruanos, o con los campos de concentración nazis de la segunda guerra mundial, o con la sangre iraquí derramada desde la invasión norteamericana, o con los aviones lanzados contra las torres gemelas de Nueva York, o con la pobreza extrema.

No, no tiene nada que ver.

Pienso que se hace imperioso cambiar el enfoque teológico de la libertad humana. Primero, debemos liberar a Dios de la responsabilidad de todas las cosas que pasan en el mundo, asumiendo como seres humanos nuestra parte de culpa por lo que sucede. Para esto, hay que entender que nuestro libre albedrío es completamente real, para nada ficticio o aparente, siendo uno de los regalos dado por Dios a los seres humanos más grande e importante (solo superado, a mi entender, por el hecho de existir y la capacidad de relacionarnos con Dios). Por supuesto que Dios es todopoderoso y puede hacer todo lo que desee, y claro que es el creador de todo y estamos bajo la sombra de su magnificencia, pero Él nos cedió la libertad y un compromiso con su respeto de las decisiones que nosotros tomáramos. Nosotros podemos decidir, hacer, hasta el punto que Dios permite que colaboremos con Él, caminando con el hombre en el recorrido de la historia.

Dios ha entregado al cuidado del hombre el dominio del mundo, desacralizando su obra para nuestra administración. ¿Por qué así? Por amor y nada más que por amor, asumiendo el riesgo real de que su Creación quiera ir en pos de sus propios deseos. Lamentablemente, el hombre decidió en contra de Dios, y Él (Dios) sufrió y sufre realmente por la senda que la humanidad decidió andar. La historia de Oseas y su mujer adúltera (Os. 1-3), con su enorme desdicha y la forma en que la soporta, y la del hijo pródigo (Lc. 15:11-32), donde el padre soporta en silencio el dolor de la actitud autosuficiente y egoísta del hijo, reflejan cómo es Dios con nuestra actitud rebelde. Dios realmente quiere que le amemos sin cohersión, y ante nuestra osadía espera y nos da oportunidad (9).

Es la libertad que tenemos, mucho mayor de lo que los cristianos actuales quieren asumir, la que nos ayudará a comprender el verdadero papel del Señor. Dios nos dio espacio y nosotros hicimos lo que quisimos ignorando las palabras divinas, pero Él nunca nos abandonó. Nos dio principios y verdades, nos llama a que nos acerquemos a Él y nos convoca a que construyamos la historia a su lado. Ese espacio nos dice que Dios no ha determinado todos los eventos negativos que suceden a diario en nuestro mundo (10). No todo lo que sucede, positivo y negativo, es su voluntad. Él no ha previsto todo lo que sucederá, porque ha resuelto construir la historia con su creación máxima. Él renuncio a parte de su onmipotencia (como en la kenosis cuando inició el proceso de redención) cuando creó seres a su imagen y semejanza y deja los eventos en construcción (aunque conozca lo que sucederá, que no implica que lo decida).

Hay una probabilidad para todo. Puede determinarse la probabilidad de sufrir un accidente automovístico. Por ejemplo, si diariamente 100 personas sufren un accidente de ese tipo y la cantidad de gente que vive en la ciudad es de 100,000 personas, la probabilidad de que un día cualquiera yo sea la víctima es de 100/100,000 = 0.001. O, visto de otra manera, estadísticamente hablando cada 1,000 días yo estaré involucrado en algún choque en cualquier lugar de la ciudad. De la misma manera, cualquier evento positivo o negativo puede ser medido con una probabilidad de ocurrencia. Que viaje a la luna es 0%. Que tenga un segundo hijo puede ser un 90%.

Entonces me puede tocar lo bueno y lo malo, y Dios no tiene que ver necesariamente con ello porque tenemos libertad real. Puede tocarme un cáncer, puedo ganar una lotería, puede romperse el fémur de mi pierna derecha, puedo ganar el sorteo de visas de la embajada norteamericana, puedo sufrir por años de una enfermedad persistente que no logran detectar con precisión y me lleva por momentos a un estado de desesperación, puedo ascender rápidamente en el trabajo. Repito que muchas cosas pueden suceder, pero como Dios en su soberanía nos colocó en un entorno de libertad, necesariamente él no tiene que ver. Es más, me atrevería a decir (aunque, debo reconocer, no con tanta seguridad) que normalmente no tiene que ver.

Entonces, ¿Qué hace Dios ante la desgracia? ¿Me deja prisionero de la fría estadística? ¿Todo no son más que funciones de densidad y modelos probabilísticos sumamente complejos? No, porque como dije líneas arriba, Dios decidió que construyáramos la historia con él, y día a día anda con nosotros. Es feliz por nuestros éxitos, llora nuestros fracasos, nos alienta en la desesperanza, se goza en nuestras celebraciones. Nos consuela ante la pérdida, no nos deja nunca cuando el vacío de la ausencia nos es abyectamente insoportable, seca nuestras lágrimas, soporta nuestros insultos con paciencia, nos cobija en su regazo cuando necesitamos de consuelo, nos muestra el camino por dónde hay que seguir para poder seguir en la vida, no nos deja solos, da sentido al sinsentido, nos regala el placer del recuerdo y nos brinda una sonrisa por la memoria del ido. ¡Ese es Dios! No mata al hijo: cuando eso sucede llora con nosotros el drama de la separación, inclusive, muchos años después ―de ser necesario―. Por eso, puedo afirmar que Dios padeció con cada suicidio, o con la desnutrición infantil de los andes peruanos, o con los campos de concentración nazis de la segunda guerra mundial, o con la sangre iraquí derramada desde la invasión norteamericana, o con los aviones lanzados contra las torres neoyorquinas, o con la pobreza extrema. Todo eso es causa de dolor para él. Como para nosotros.

Somos más libres de lo que imaginamos; Dios no ha diseñado un destino irremediable; no determinó las tragedias de la vida; camina a nuestro lado y nos permite construir la historia; soporta nuestra alma ante las vicisitudes de la vida, llorando y consolándolos. Es, en pocas palabras, la teología que debe reemplazar al inútil determinismo calvinista que no trae esperanza cuando el sufrimiento arrecia, trayendo una innecesaria confusión.

Notas
(1) La naturaleza (Sal. 19:1), la conciencia (Rom. 2:15), las tablas de piedra (Ex. 24:12), Cristo como palabra viviente (Jn. 1:14), la Biblia (Rom. 15:14), el corazón (Heb. 8:10), los cristianos como epístolas vivientes (2 Co. 3:2-3). Esta lista se encuentra en las ayudas bíblicas de la Biblia Thompson.
(2) http://www.geocities.com/leo600603/pagina2/libros/soberaniadedios.html
(3) http://sujetosalaroca.com/2007/12/02/calvinismo-juan-calvino-y-la-soberania-de-dios/
(4) Berkhof, L. Teología Sistemática. Grand Rapids: TELL, 1979. Pag. 194.
(5) Instituciones de la Religión Cristiana. I, XVI.8
(6) Instituciones de la Religión Cristiana. I, XVI, 2.
(7) Cf. Murphy, Ed. Manual de Guerra Espiritual. Miami: Editorial Caribe, 1994.
(8) Cf. García García, Abel. “La hermenéutica de los amigos de Job”. En “Integralidad” Año 1 Edición 3. Revista Digital del CEMAA, Mayo 2008.
(9) No estoy negando el juicio de Dios. El propio libro de Oseas, en el resto de sus capítulos, es bastante explícito al respecto.
(10) Imaginen que Dios dice: “Adán, te doy mucho margen de libertad para que puedad decidir por ti mismo pero a la vez te doy el marco de las consecuencias” pero al mismo tiempo Dios determina todos los eventos del futuro, predestinando todo. ¿No es eso contradictorio? Por supuesto, ya que la libertad asignada a nosotros sería aparente. Nuestras decisiones no serían realmente nuestras al estar previamente escritas. Ambos preceptos son contradictorios, por lo que uno es el válido. ¿Cuál es? Para mi, el primero de ellos. Por ello, puedo afirmar que Dios no ha determinado el futuro y, en cambio, nos invita a construirlo con él. Él no desea que las malas cosas pasen, pero estas simplemente suceden y, por una pura cuestión de probabilidad, pueden sucederme a mí.

Referencias
La principal es el blog de Ricardo Gondim (http://gondimenespanol.blogspot.com/ Traducción de Gabriel Ñanco)