domingo, 20 de noviembre de 2005

La vida después de la leucemia

Después de la leucemia todo cambia. Ya las idas y venidas al banco dejarán de ser indiferentes y los pensamientos que andaban antes entre el porqué del mundo, la observación de la realidad, mi esposa en sus clases o lo que me esperaba en el trabajo se centran hoy esencialmente en el cáncer de mi hermano, en su posible transplante de médula, en sus quimioterapias, mascarillas, sueros y demás parafernalia médica. La vida de la familia está adosada al octavo piso del Hospital Rebagliati y nuestro centro de gravedad está allí, hasta que él vuelva a casa y todo, si Dios quiere, vuelva a la normalidad.

Los sentimientos han pasado por todas partes. Desde el "Dios de mierda, no te cansas de probar a la gente" de los dos primeros días a una confianza completa en Dios. Creo que no es extraño el hecho de que un evento catastrófico te lleva ante Dios con sólo dos posibilidades: o te acercas a Él y te sometes al puro afecto de su voluntad, o corres en dirección opuesta en estado de negación del evento o de la Divinidad. Una de dos, que a nosotros nos hizo arrinconarnos en pos de lo que ya conocíamos previamente, Su presencia y Su paz.

¿Y qué es lo que vendrá? No lo sé, pero Dios sí y, lo que sea, es lo mejor.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

si pues, "Padre, aparta de mí este cáliz, pero que no se haga lo que yo deseo sino lo que Tú deseas"...

Abel dijo...

Así es, es la mejor forma de decirlo...

Anónimo dijo...

Aveces las grandes penas traen grandes alegrías... el dia que tu hermano salga de ese hospital, va a tener una alegría de triunfo que jamás la hubiera tenido si no se presentaba todo esto... y ya sabemos Quien es el que ya lo hizo ganador no??? =)
animos!!! la lucha ya ta ganada!!!
un abrazo amigo

Abel dijo...

Si amiga, tienes razón. Aunque el día a día es diferente y a veces las cosas son confusas. Sin embargo, es lo que Dios quizo y aunque no se entienda a veces, es lo mejor...

MonjaGuerrillera dijo...

Hermano, recien te leo esto.
Disculpa. Un fuerte abrazo

Abel dijo...

Gracias. Aunque no te conozca personalmente, aprecio mucho tu pequeña nota. Estas cosas transforman nuestro espíritu completamente, creo que sabes eso muy bien.

Otra vez, ¡muchas gracias!

Anónimo dijo...

Hemos llegado a un mundo con gran maldición sobre ella, que anhela y gime por la manifestación de los hijos de Dios. Todo estaba ya confabulado para la destrucción del hombre y si puede corromper el alma cuanto mas los cuerpos, las experiencias de dolor que nos tocan nos hacen mirar la necesidad de los otros y pensamos si tenemos la respuesta para ellos porque otras veces no funciona para nosotros, hasta que entendemos que para ellos tampoco queda mucho tiempo, entonces nos damos cuenta que tenemos que darles el tiempo que nos robaron a los nuestros.
El mejor de los hombres aun joven y lleno perfección murió en una cruz, sin poder dejar su decencia en la tierra, por ello nos hizo sus herederos no teniendo otros, una vida eterna. De gracia recibimos de gracia damos bendición.