martes, 30 de agosto de 2005

¿Este partido quiere conglomerar el supuesto voto evangélico?


Existen a la fecha dos agrupaciones que pretenden aglomerar el voto evangélico. Una, liderada por el pastor Humberto Lay, ex miembro de la Comisión de la Verdad; otra, por Ricardo Flores, vinculado al fujimorismo en la década pasada, y sólo asistente ocasional a una congregación de una de las principales denominaciones evangélicas del Perú. Esto no es un problema en verdad, cualquiera puede tratar de capturar los nichos de votantes. El asunto es cómo lo hace. Al respecto, La República publica en su edición del 30-Ago-2005 un artículo que transcribo literalmente.
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JNE convierte inscripción de partidos en un circo.

UN PARTIDO CON CARPA.
En la sede de Reconstrucción Democrática de ‘Riflo’ aún pueden verse los restos de lo que hasta hace apenas una semana fue la carpa de un circo. Los operarios aún continúan desmontando lo que queda del Coliseo ‘Gokú’.

SEDES DE ORGANIZACIONES NO FUNCIONAN
• La República comprobó que en domicilios legales de partidos se dedican a otras actividades.
• El local Reconstrucción Democrática de Ricardo Flores es el canchón donde en julio y diciembre se instalan los circos.


Si el hecho de que siete personas verifiquen todos y cada uno de los requisitos que debe cumplir un partido político es difícil en tan solo cinco días, como argumenta el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), hacerlo entre dos personas en tan solo unas horas se preveía casi una misión imposible.

La realidad nos quitó cualquier tipo de razón. En una mañana La República eligió al azar tres locales partidarios inscritos en el JNE. Lo que encontramos demuestra la gran informalidad de los partidos. Uno de ellos, el de Reconstrucción Democrática, no funciona como local partidario, ni organización política. Es en verdad un circo.

No funcionan

Un guardia municipal nos dice que hace una semana se llevaron a los leones. Lo único que queda en el local de más de 4 mil metros cuadrados son los dos últimos contáiners con la parafernalia del circo ‘Gokú’, que ha terminado su temporada de Fiestas Patrias. Se trata de la sede principal del partido Reconstrucción Democrática, que preside Ricardo Flores, más conocido como ‘Riflo’, aquel que participó en la inscripción fraudulenta de Code-Renovación, y el mismo a quien Vladimiro Montesinos consideraba un "cercano colaborador".

‘Riflo’ ha registrado su local de la avenida Grau 122, en La Victoria, como domicilio legal de su agrupación política. Pero no hay en este ambiente ni asomo de un local partidario, ni afiches que lo identifiquen como tal o militantes proporcionando información sobre el trabajo de la organización.

Lo mismo ocurrió en el local del partido Perú País Unido. Ubicado en plena avenida Paseo Colón, en la sede de este partido no hay nadie que atienda, y menos aún distintivo que lo identifique como una agrupación política.

La pregunta es inevitable: ¿Quién verifica entonces si las direcciones de los 28 partidos inscritos ante el JNE son verdaderas y si allí realmente se realiza trabajo partidario? Al parecer nadie. Cómo podría hacerlo el Jurado si ya ha admitido que le es imposible comprobar la existencia de los 65 comités provinciales de cada partido y verificar la identidad de los 50 afiliados que cada uno debe tener. Lo que queda entonces es que cualquier grupo puede inscribirse con datos falsos, fraguando actas de comités y presentando direcciones de locales que son todo menos sedes partidarias. Todo está permitido.

Ningún organismo electoral, ni el JNE ni la ONPE, se ha pronunciado sobre estos problemas y tampoco, es cierto, ninguna ONG dedicada al tema electoral, salvo Manos Limpias, que es la que destapó la caja de Pandora en que se ha convertido este tema.

De acuerdo con la nueva ley de partidos, el JNE debería verificar la existencia de los 65 comités a nivel nacional y la acreditación de 3,250 militantes en cada partido político. Pero ni lo uno, ni lo otro.

La réplica del JNE ante las primeras denuncias de la prensa es que solo ha cumplido estrictamente con una Ley de Partidos Políticos con evidentes vacíos; y todo con el elenco de siete funcionarios que componen la Oficina de Registro de Organizaciones Políticas (OROP), que además solo dispone de cinco días para constatar todos los datos. Pero el Jurado no ha explicado por qué durante los tres años de vigencia de la nueva ley la OROP no ha buscado corregir "estos impedimentos logísticos" para llevar a cabo sus funciones.

Más irregularidades

El caso más emblemático de la informalidad de las organizaciones partidarias es, sin duda, el partido de ‘Riflo’. Además de la anécdota de los leones en su local, la inscripción en sí misma de su partido ya es un fraude. La historia comienza en noviembre del 2003 cuando entra en vigencia la nueva ley de partidos políticos y se exige a todos los partidos la instalación de 65 comités de base a nivel nacional. Para adecuarse a lo dispuesto, ‘Riflo’ decidió utilizar a la considerable comunidad de evangélicos en el Perú. Y así recibió ayuda de una ex diputada de Cambio 90, Juana Avellaneda, quien habría persuadido a los pastores evangélicos de que era necesario formar un movimiento político. "La comunidad evangélica creyó que el partido de ‘Riflo’ era un grupo político dirigido por sus propios hermanos de Iglesia", dijo Beatriz Mejía Mori, evangélica y abogada de los estafados.

Lo cierto es que los más de cinco mil evangélicos que firmaron las listas de adherentes de ‘Riflo’ han denunciado este engaño ante el JNE, sin que hasta el momento haya respuesta alguna.

La República pudo comprobar este hecho con algunas llamadas telefónicas a los afiliados que figuran en el padrón de este partido en Chimbote. La respuesta en todos ellos fue similar. Las firmas fueron otorgadas bajo la presunción de que se trataba de un grupo evangélico con intenciones de hacer política.

"Otorgué mi firma porque así me lo indicó mi pastor. Nosotros nos sometemos a la voluntad de Dios", sostuvo el militante Miguel Santillán Cornelio.

Apra y AP piden mayor fiscalización

El Partido Aprista Peruano (Apra) y Acción Popular (AP) coincidieron en señalar que debe potenciarse la capacidad de fiscalización del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para evitar la proliferación de partidos "fantasmas".

El secretario general del Apra, Mauricio Mulder, estimó que de los 28 partidos políticos inscritos ante el JNE, solo cinco o seis merecen ser llamados como tal, y ese es el caso del Apra, el Partido Popular Cristiano, Acción Popular, Patria Roja, entre otros. Según Mulder, se ha caído en "democratismo" al dar excesivas facilidades para la inscripción.

En tanto, el presidente de AP, Víctor Andrés García Belaunde, recomendó al JNE hacer auditorías a los partidos políticos, "una cosa es inscribirse y sacar licencia para funcionar y otra es funcionar verdaderamente". Sostuvo que es "raro y sospechoso" que más de la mitad del electorado peruano haya brindado sus firmas cuando solo el 15 por ciento de la población participa o tiene preferencias políticas.

Por: Sheilla Díaz y Carolina Martín.
Fotos: Rocío Orellana.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni vuelta que darle: cuando los evangelicos se meten en política inevitablemente payasean haciendo que -afortunadamente- sus propios rebaños les voten. Mucho "aleluya, aleluya" y pocas nueces. :)

Anónimo dijo...

corrijo:
... haciendo que -afortunadamente- sus propios rebaños NO les voten. Mucho "aleluya, aleluya" y pocas nueces. :)
AMEN!!

Ernesto dijo...

Pero en todo caso consiguen las firmas de adherentes, este parrafo es evidente:
"Otorgué mi firma porque así me lo indicó mi pastor. Nosotros nos sometemos a la voluntad de Dios", sostuvo el militante Miguel Santillán Cornelio.
Esto me trae el mal recuerdo de que la movilizacion evangelica fue la base para la inscripcion y luego la primera victoria de la "Honradez Tecnologia y Trabajo", solo que Fujimori les pago mal el favor botando a la primera de cambio (antes del golpe!!!) a su segundo vicepresidente negandole el ingreso a palacio....
Mejor separar la politica de la religion..

Abel dijo...

Cualquier ciudadano, si lo desea, puede participar en política. Basta con amar al Perú, ser honesto y, a mi entender, tener un plan desarrollado, una estrategia definida de qué hacer con el país, de cómo mejorar la calidad de vida de los peruanos. ¿Los evangélicos han patinado? Es completamente cierto. ¿Y los apristas no? ¿Y otros grupos tampoco? El punto con los evangélicos y su falencia fundamental es la experiencia política que creo necesitamos urgentemente si pretendemos ir más allá en estos temas. No me refiero a ser experto en temas congresales o gubernamentales, sino que para iniciarse hay que comenzar en trabajar desde abajo, en organizaciones de base a todo nivel, tanto educativas, barriales, gremiales, sindicales, profesionales e inclusive hasta deportivas y luego, una vez "dominada" la micropolítica, conociendo la realidad tal como es, voy hacia la macropolítica. Algunos evangélicos quieren saltar etapas ya que por lo general se han mostrado reacios en construir puentes de dialogo y cooperación con la comunidad en la que viven, sea en sus barrios, poblados, o ciudades, pero quieren ser congresistas o inclusive sueñan con la Presidencia (con las mejores intenciones de seguro), pero eso se presta más a que sean utilizados. Lo de Fujimori fue un ejemplo, y Ricardo Flores también trata de hacer algo parecido pero desde dentro de las iglesias y no desde fuera.

Anónimo dijo...

Los evangélicos son todos unos hijos de una gran yegua puta cancerígena...ojalá se mueran todos.

entren y lean esto:

http://lizardonline.blogspot.com/2005/09/suerte-divina.html

me parecio interesante.

Abel dijo...

¿Que se mueran todos??? Debes tener una razón poderosa para decir eso. ¿La podrías decir??